90. Pálpito refrenado (Calamanda Nevado)
Nevaba en aquella siesta sin chicharra cuando vestimos el Árbol de Navidad. Los niños reían a mí alrededor, nerviosos y bullangueros como payasos, hasta que asomó el sueño y la madrugada se hizo dueña de aquel tesoro infantil; luego se acurrucaron en sus camas y el silencio vivo y mágico de sus caras inocentes me hizo envidiar su descanso, y el secreto de cómo instalarme en su reino. Entraba en él cuando el vivo reflejo de las luces navideñas del abeto me solicitó huir de la cama y navegar hasta el pasillo. La copa en el suelo, en el aire las raíces, y las hojas revoloteando indicaba que el pino se había dado la vuelta. Las ramas, increíblemente desnudas, vertían sus detalles navideños; los Papa Noel y enanitos de baquelita dorada y roja que las adornaban me miraban, y yo a ellos, mientras trasportaban continúas cargas de vistosos juguetes. Las estrellas se sembraron en el techo entre carcajadas, las esferas nevadas, y de cristal, agigantadas por las sombras, rodaban con estrépito. Una me hizo girar la cabeza y estremecerme cuando murmuró: -Ven, soy Fantasía; lo decoraremos otra vez-. Busqué la caja, y arrebolado guardé el árbol y sus atropellados adornos.
Un relato lleno de fantasía, en el que ocurren cosas fantásticas, cosa que al protagonista no le hace mucha gracia. Calamanda, tu relato tiene algunas frases que me encantan… «asomó el sueño y la madrugada se hizo dueña de aquel tesoro infantil», «Las estrellas se sembraron en el techo entre carcajadas», por ejemplo.
Te deseo una Felices Fiestas.
Un abrazo y suerte.
A ver quien se atreve a decir que este no es un cuento de Navidad con todas las letras… 🙂
Calamanda, qué bonito, has bordado la Navidad con este cuento. Pero parece que a tu protagonista no le ha hecho mucha gracia tanto jaleo. A mí me ha encantado.
Felices Fiestas!
Nada más mágico que un sueño, si además enlaza con la famosa magia de la Navidad el resultado puede ser una historia tan imaginativa como ésta. Los árboles que metemos en casa en esta época son un elemento que ilusiona aunque, en el lenguaje onírico, también puede transformarse en una pesadilla que se vuelve contra nosotros. Esta época tampoco gusta a todos y ello puede manifestarse a través del subconsciente.
Un relato ingenioso y lleno de interesantes matices.
Un abrazo y suerte, Calamanda
Precioso, Calamanda. Me atrapa esa tierna fantasía que adorna el texto con bellas figuras literarias. Besitos y suerte.
Te ha salido una historia ideal para estas fechas. Y muy sugerente, por lo que muestra y por lo que oculta. Me gusta. Un abrazo y suerte, Calamanda.
Bonito, muy bonito Calamanda. La Fantasía nunca falla, y menos en Navidad.
Besos
Hola. Te leí anoche, pero tenías aún los comentarios desactivados y no pude contestar. Bien, pues disfruté de todas y cada una de las palabras, es más, me recreé en ellas. Te lo habrán dicho mil veces, pero destilas poesía por todos los poros, desde siempre. Y este mes en particular, nos has dejado a todos arrebolados, chica!!! 😉
Hola Calamanda, a mí lo que me parece es que tu protagonista se ha pasado con el vino, el cava y los licores de la cena, ja,ja,ja. Quizás al día siguiente, guardó el árbol y los adornos en medio de una resaca del copón.
Ahora en serio, coincido plenamente con el comentario de Ignacio.
Una cosilla, creo que tienes una errata en «continúas», perdón por el apunte, odio corregir a nadie, pero aquí hay confianza y «el mejor escribiente echa un borrón», yo el primero, que no el mejor.
Abrazos encantados, te deseo muy ¡¡¡Felices Navidades!!!.
Hola, Calamanda.
Un preciosísimo cuento de navidad el tuyo. Lleno de fantasía, de magia en todos sus renglones con el aliento añadido y maravilloso de la poesía. la infancia y su mundo, cuando es cándido, son la esencia de la Navidad. Sí tal cualidad se traslada a los mayores, baqueteados por la vida en mayor o en menor cuantía, la cosa es de órdago a la grande con los amarracos de la magia en la mano. El abeto y sus adornos. Una esfera de cristal que nos reclama y nos invita a redecorar el árbol. Pura magia. Da mucho calorcito tu relato. Nos has vuelto niños, Calamanda, mi dilecta y fiel y entrañable Calamanda. Y no te cuento a EDU: se salía de la silla al terminar de declamárselo. Felicidad ahora y para siempre para ti y los tuyos, ¿O no es la felicidad el compendio de todos los bienes? Y un beso muy sentido, ese solo para ti, poeta.
Es muy fantástico y bonito tu relato. Ese árbol de navidad con vida propia, da un poquito de canguelo, jajaja. <muy divertido también. Felicidades y suerte.
Besicos muchos.
Calamanda, Has escrito un precioso cuentecito navideño. A mí personalmente me encantan los cuentecitos de Navidad y lo tuyo desde luego es precioso. Buon Natale, Sotirios.
También yo pienso que la Navidad es de los niños. Es difícil entrar en ese reino cuando se pierde la inocencia o no estás rodeado de ella. Lo intentas, pero como tu protagonista, al final, siempre acabas dejando las cosas en su sitio. Suerte Calamanda!!!
Bssss!!!
Rosy, Edita, Maribel, Ángel, María José, Jesús, Yoya, J. Ignacio, Barceló, Martín, Edu, Nani, Sotirios, Juancho. Con comentarios y compañeros como vosotros da gusto enviar un relato. Besos. Gracias por vuestro seguimiento y comentarios. Suerte en el nuevo año y Feliz Navidad a todos¡¡¡¡¡
Un relato donde la fantasía se adueña de los sueños y en el que las emociones de la navidad se enfrentan en la mente del protagonista. Muy buen relato, Calamanda. Abrazos y felices fiestas.
El duende de la Navidad ha tomado por asalto tu relato y la fiesta de la Fantasía obra su algarabía en este precioso cuento. Mágico e imaginativo a un tiempo. Felicidades, Calamanda, y Feliz 2018. Gracias por dejar que el duende de tus palabras pasara también por mi relato.
Es un precioso cuento de Navidad. Fantástico, mágico.
Te deseo unas felices fiestas y un maravilloso año nuevo.
Besos, Calamanda.
Precioso Calamanda, parece que pudo instalarse perfectamente en el Reino de sus hijos, eso sí, no quiso permanecer demasiado allí.
¡FELIZ AÑO 2018!
Calamanda, tu original relato nos contagia magia y fantasía. Me lo he pasado muy bien imaginando a ese árbol al revés, con todos sus adornos cobrando vida.
Felicidades y te deseo lo mejor para el 2018. Besos.