58. Paraíso (Reyes Alejano)
Enfila su velero hacia la bocana del puerto, después de inspeccionar cuidadosamente la ciudad isleña que se despliega ante él. El atardecer derrama sobre la tierra una luz poderosa que delinea con exactitud los objetos y le permite ver con claridad. Cambió su rumbo hacia tierra porque la isla recibía sin cañones, que dudan a priori de quien se acerca. Y él quería una isla hospitalaria, donde el sonido del mar no deje escuchar el pasado que acompaña a cada ser, donde el sol dore la piel para que no queden huellas de las marcas imborrables, donde nunca lleguen las órdenes de captura. Quería un lugar justo, que dé cobijo al hombre.
(frases en cursiva de Kipling)
Poesia y melancolía en tu escrito, aderezada con un pensamiento «Kipligniano». Acertada composición.
Buena suerte.
Gracias por tu comentario!
Muy bonito, todos querríamos ese lugar justo que emulas en las palabras de Kipling
Felicidades
Si, un lugar donde no fueran necesarios los cañones
Gracias por comentar!
Gracias Ana!
Bien podrían haber sido los deseos del mismo Napoleón encerrado en Santa Elena. Lo que es seguro es que el relato rezuma luz y procura tranquilidad y sosiego al lector. Mucha suerte 🙂
Me ha gustado tu comentario. Porque en la búsqueda de ese lugar están en el mismo barco grandes de la historia, como Napoleón, con otros medianos, y con las almas más olvidadas
gracias por comentar
Por kipling y la esperanza me seduces -Discreto Paradis-
Lugar querido amigo, en el que los sueños solo hallarás en las estrellas. No cejes en tu empeño.
¡¡Mucha suerte!!
Lena
Gracias por tu comentario!
Esperanza sin cañones, ¿existirá? Habrá que seguir buscando, como este navegante
Relato con tintes poéticos que da sosiego al leerlo.Todos buscamos ese mundo, que sin cañones, nos acoja estemos tranquilos.
un beso.
Gracias Mª Belén…¿verdad? me apetecía escribir que alguien encontraba su particular paraíso
un abrazo
Reyes, así termariamos con las guerras y todo sería mejor. Suerte y saludos