13. PARTIDA INACABADA (Ángel Saiz Mora)
Manolón, el enterrador, goza de buena memoria pese a sus limitadas luces, de ahí que reconociera a Antonio en cuanto llegó al camposanto. De forma algo enigmática dijo que le esperaba para llevarle con Julián.
Antonio y Julián compartieron un carácter solitario. Ambos preferían, desde jovencitos, dedicarse al ajedrez en lugar de jugar al balón o tontear con chicas. Manolón era testigo de sus duelos, asistía admirado a esa batalla de intelectos tan lejos del suyo.
Desde que Antonio aprobó la oposición no había regresado al pueblo, pero continuaron sus partidas a través del teléfono, todas menos la última, interrumpida por la enfermedad de Julián, que le llevó a la tumba.
Julián había encargado su propio epitafio, dedicado al compañero inseparable: “Gracias por tu compañía constante”. También dejó apalabrado, con una generosa propina, el golpe letal de la pala de Manolón, la misma con la que el sepulturero cubrió de tierra el cuerpo de Antonio, tras empujarle dentro del hueco de la tumba contigua.
Muchos aseguran haber visto a los dos amigos al atardecer, enfrascados en esa partida perpetua bajo los cipreses, ya se encarga Manolón de alimentar la leyenda, cuando cuenta que él, como siempre, los contempla.
Me agrado por lo poético del relato.
Muy bien llevado.
Un abrazo y suerte.
Gracias, Moli, me alegro de que te haya gustado.
Un abrazo
Inacabada, inacabada, no se yo… Me parece que al Antonio le han dau un buen jaque mate!!
Beso
Visto así, llevas toda la razón, tampoco hubiera sido un mal título.
Gracias por tu simpático comentario, Auro. Un abrazo
Debo haber entendido mal el lema de este mes. Para mí un epitafio es algo breve y concreto relacionado con el difunto , y no historias , estupendamente narradas, como la tuya, pero que no cabrían sobre una lápida.
Por favor, me gustaría aclararlo.
Saludos.
Hola María Jesús, lo que se pide este mes literalmente es «Un relato de 200 palabras donde se mencione o aparezca UN EPITAFIO». Supongo que, como siempre, se refiere a 200 palabras como máximo, pero que no se trata de escribir un epitafio, sino una historia que lo contenga. Espero haberte aclarado algo, aunque seguro que Jam estará encantado de resolver cualquier duda. Besoss!!!
María Jesús, no soy quien para intentar aclarar las normas de participación en ENTC, para eso está el jefe Jams. En todo caso, te hago un «corta y pega» con un párrafo de las bases que espero pueda servirte de ayuda. Un saludo:
«Se ofrecerán cinco convocatorias a lo largo del año relacionadas con determinadas efemérides o eventos. Cada convocatoria (que incluirá la fecha del evento como FINAL DE PLAZO) ofrecerá una propuesta (un texto, una idea, un vídeo, una imagen…) como inspiración que deberá seguirse obligatoriamente aunque de forma completamente libre. No será obligado, ni se valorará por el jurado, homenajear o escenificar en el relato el evento propuesto».
Gracias amigos, por aclararmelo. Era simplemente una duda.
Nunca pretendí cambiar ni hacer cambiar las normas de esta página.
Saludos cordiales
Tal vez Antonio, de haber sabido lo pegajoso que era su amigo, debería haberse enrocado a tiempo. Por lo demás, como siempre, magistral. Un fuerte abrazo Ángel!!!
Un enroque protector o unas tablas a tiempo pueden evitar más de un disgusto, y más si éste tiene visos de volverse eterno.
Muchas gracias por tus palabras, Juancho
Un abrazo, campeón
Un trío dispar que, para bien o para mal, parece condenado a entenderse, aunque las circunstancias cambien, en una relación duradera en el tiempo, que en parte es forzada y en parte buscada.
Agradezco tu amable comentario y te mando un abrazo
Ángel, qué original cuento y qué final tan injesperado. Es así de triste, hay cariños que matan. Enhorabuena, saludos y suerte.
Puede resultar comprensible que alguien desee pasar la eternidad con quien más entretuvo y mejor colmó su tiempo en vida, aunque quizá, antes de forzar las cosas, la otra parte podría haber tenido la posibilidad de elegir por sí mismo, y no que se lo impusieran a través de un golpe de pala concertado.
Gracias por tus palabras, Calamanda. Saludos
Los cipreses, símbolo del renacimiento del alma, con cuya madera imputrescible se hizo la cruz de Jesús, respetado por los masones. Perfecto arquetipo del camposanto y de espíritus desencarnados. Te felicito mi querido Ángel, muy elaborado.
MIR
Gracias por tus amables palabras, Mirta, hermosas y descriptivas, como siempre. Agradezco mucho tu visita.
Un abrazo, Mir
Alguien dijo una vez que la vida es demasiado corta para dedicarse al ajedrez. Quizás Julián lo escuchara e intentara hacer algo al respecto para poder seguir jugando eternamente.
Abrazos, Ángel.
No conocía la frase, pero es muy cierta. Quien ha jugado al ajedrez con intención de hacerlo medianamente bien sabe que a veces ni con una vida se consigue, que es mucho más que un juego. Julián tiene todo el tiempo del mundo para perfeccionar su técnica, el problema es que ya no podrá demostrarlo midiéndose con los mortales.
Muchas gracias, Carles. Abrazos
Julián, como buen ajedrecista, ha sacrificado a un peón, Manolo, y a su propia alma para tener la oportunidad de jugar esa partida eterna. Original e interesante relato que a mí me transmite un poso de soledad e incomunicación. Abrazos, Ángel.
Julián debe ser un buen jugador de ajedrez, aunque también no poco egoísta, al tratar a las personas como piezas desechables, al tiempo que, como atinadamente apuntas, también actúa movido por la soledad.
Un abrazo, Salvador
Una partida que ganas a blancas o negras con tus palabras. El tablero tu espacio, las piezas tus protagonista y el juego a un jaque mate a lo acertado y fantástico que es tú relato.
Eres bueno y cada vez lo demuestras superando aquello que escribes..Una leyenda que lleva tu nombre.
Beso enorme Ángel.
No sabría decir si en mis letras hay alguna mejoría, de lo que estoy seguro es que, de ser así, algo tendrá que ver la la suerte de poder leerte a ti.
Un abrazo grande
Vaya pandi nos has montao. Cuando leo tu relato tengo la sensación de estar viendo un puzzle perfectamente encajado al que ni le sobra ni le falta nada porque su autor lo ha ensamblado con mimo y paciencia. Mucha suerte y un abrazote, Ángel.
Este Manolón no sólo es un personaje en sí mismo, sino que además tiene mucho que contar y es más protagonista de lo que la gente supone, pero eso sólo lo sabemos nosotros, también Antonio y Julián, aunque ellos ya no pueden contarlo. Agradezco mucho que te hayas detenido en esta casa que es la tuya, a la que honras con tu comentario, que te agradezco mucho.
Un abrazo, Juan
Ya sabes, tratamos de que todo encaje, de que no falte ni sobre nada; en mi caso nunca sé decir si me acerco a ello o no, tampoco con este trío de personajes, pero ahí queda la intención.
Muchas gracias, Eva. Te mando otro abrazote
Qué puedo decirte Ángel… me parece un relato muy bien pertrechado, desde la idea hasta la forma de explicarlo. Me gusta mucho tu escritura, y mes a mes vienes a ratificar (al menos para mí) que merece la pena esperar tu relato. Solo me queda disfrutar releyéndolo y desearte mucha suerte. Un abrazo 🙂
Si hay unos relatos que nadie debería perderse son los tuyos; no es que lo diga yo, lo afirmamos, lo pensamos y los disfrutamos cuantos te conocemos, incluidos los más prestigiosos jurados, de ahí que agradezca doblemente tus amables palabras.
Un abrazo, Juan Antonio. Muchísimas gracias
Menudo peón que resultó ser Manolón, ÁNGEL querido. Evidentemente, él también quería, aún con sus pocas luces, que esa partida entre amigos no se acabara, de ahí que accediera a «reunir», de un palazo certero, al amigo vivo con el muerto.
Un cuento de los tuyos, MAGISTRAL, como no podía ser de otro modo.
Te mando un beso grande,
Mariángeles
A veces, para que dos partes lleguen a unirse, se necesita una tercera que haga las veces de argamasa o pegamento. De ahí que el papel de Manolón no sea secundario, aunque pueda parecerlo; de hecho, de los tres personajes, quizá sea el más singular y carismático, y tú has sabido verlo muy bien.
Agradezco y valoro tus palabras como el tesoro que son, al tiempo que aprovecho para enviarte un abrazo enorme
Un canto a la amistad que va más allá de lo terrenal. Me gusta el medio que utilizas para la trama, esa partida que nunca acaba.
Enhorabuena y suerte.
Una amistad que se fuerza, a golpe de pala, para que perdure más allá de la muerte.
Muchas gracias por tu comentario, Yolanda. Un abrazo
Ángel, me gusta la idea, quizás el desarrollo sea demasiado explicativo, aunque queda oculto el porqué del encargo. Sin duda ese eterno pelearse que quieren llevar más allá. Suerte.
Julián ha elegido pasar la eternidad jugando al ajedrez con su compañero, rival y amigo, esa «compañía constante» de la que habla el epitafio, he ahí el motivo del encargo, con Manolón y su pala como instrumentos necesarios.
Gracias infinitas por pasarte por aquí. Un abrazo, Javier
Muy buena idea estupendamente ejecutada.
Cuando escribimos buscamos una idea y tratamos de plasmarla adecuadamente, si piensas que me he acercado un poco a ambas cosas me quedo muy satisfecho.
Un abrazo, Edita. Gracias por tu comentario
Me ha gustado el relato, bien contado.
Pero Julián como amigo… no sé yo… En vez de llevarse al amigo al otro barrio podría haber pedido a Manolón que Antonio buscara una mèdium o una ouija para continuar las partidas.
Un saludo.
Carme.
Estoy de acuerdo contigo, como se suele decir, con amigos como ese no hacen falta enemigos, aunque también habría que hacerse cargo de que en un pueblo pequeño quizá haya poca posibilidad de encontrar una médium o un tablero de güija para comunicarse con los espíritus, en todo caso, Julián ha tirado por el camino fácil.
Muchas gracias, M. Carme. Un saludo
El encargo del palazo está bien claro. Un amigo es un amigo hasta en la tumba.
Mucha suerte. Saludos
Julián quiso que su amigo le acompañase hasta después de la muerte, quizá a Antonio no le importe, pero la verdad es que tampoco le preguntaron antes del palazo, nos quedaremos con esa duda.
Gracias por tu comentario, Elena. Saludos
Ángel, preciosa historia de los amigos, que aún muertos, yo creo siguen jugando esas partidas de ajedrez. Una prosa estupenda que se lee facilmente y con un sonrisa emotiva hasta el final.
Un abrazo
El ajedrez puede llegar a enganchar mucho; más que un juego es un mundo completo, complejo y absorbente, a algunos les dura la afición hasta más allá de la muerte.
Gracias por tus palabras, Blanca, te agradezco mucho la visita.
Un abrazo
Ángel, esta es una de las mejores perlas tuyas. Gracias por desenterrarla.
Muchas gracias a ti por estas palabras que hablan de perlas, algo de lo que tú sabes, mucho, ya que dispones de una brillantísima fábrica propia
Gracias y un abrazo, Lorenzo
No sé si era tu intención, pero a mí, esta historia, me ha producido una ternura enorme, además de estar narrado con muy buena precisión.
Suerte y un abrazo.
En esta historia se pueden entrever unos cuantos sentimientos, como la soledad, la amistad y el egoísmo; también, como bien dices, la ternura, que viene a ser la argamasa que une a este trío de personajes, muy por encima de la violencia, que no deja de ser el pegamento.
Un saludo y muchas gracias por comenar
Hay amores que matan… Y en este caso, quedarse en tablas parece que no valía. Con amigos así, ¿Quién necesita enemigos?
Ángel, un micro de recovecos y espirales, Una historia muy bien urdida, con personajes «especiales» para narrar una historia fuera de lo normal, porque ¿quién puede asegurar que los espectros no existen?
Un abrazo
Estos personajes son un tanto peculiares, es cierto, pero bien mirado todos lo somos un poco, como, quizá, también seamos espectros en potencia. En cuanto a su amistad, proviene de la infancia, esa época clave y maravillosa en la que se forjan tantas cosas, algo que tú conoces muy bien.
Gracias por tu comentario, Amparo.
Un abrazo
Un relato muy bien construido con pulso firme, como es habitual en ti, y donde el personaje que se perfila como protagonista por mérito propio es Manolón, y no solo por el palazo, sino quizá aún más por ese testimonio final, cuya veracidad queda en el aire. Besos y suerte.
Manolón es un personaje muy diferente a los otros dos, mal considerado secundario, pues su papel en la trama como instrumento necesario es decisiva, como también es testigo privilegiado de algo que cualquier otro mortal temería su problema es que al pobre nadie le toma en serio.
Un abrazo, Anna. Gracias por pasarte.
Para contar relatos, no hay nada mejor que la imaginación.A ti te sobra. Felicidades por tus merecidos éxitos. Un saludo.
Si no existiera la imaginación habría que inventarla, qué necesaria resulta para poder encarar una realidad que nunca termina de gustarnos.
Agradezco mucho tus amables palabras, María.
Un abrazo
Una amistad un tanto egoísta la de Julián. Yo creo que a Antonio le hubiera gustado que le preguntaran antes.
Un abrazo y suerte, Ángel.
Es cierto. Julián debería haber preguntado antes, quién sabe, quizá su amigo habría accedido, deseoso también de jugar esa partida; en todo caso, sólo era cuestión de esperar que la muerte le visitase también a él, como a todos.
Gracias por tu comentario y un abrazo, Inés
Esas partidas de ajedrez inaplazables y que son más que un vínculo. Como siempre, tu maestría en el planteamiento y en la narración. Y el detalle socarrón del personaje de Julián, que me ha parecido genial. Tres hurras y un gran abrazo, es un gusto leerte.
Te puedo asegurar, Belén, que el gusto es mío por tu amable comentario y, sobre todo, cada vez que tengo oportunidad de leerte.
Muchas gracias, viajera.
Un abrazo
Magnífica historia que podría ser perfecto argumento a desarrollar para novela de intriga, de humor o incluso negra. Muy sugerente y muy bien narrado. Bueno, como siempre lo haces.
Un fuerte abrazo amigo Angel.
Cada uno planteamos nuestras historias lo mejor que podemos y, no lo vamos a negar, nos gustaría ganar el Premio Nobel o algo, pero, personalmente, con que un amigo me diga que le ha gustado es bastante recompensa para mí.
Un abrazote, campeón
Buen final para un buen relato.
El uso de Manolón como mero espectador te da el juego perfecto para acercarnos a los otros personajes sin enseñarlos por completo. Muy buen truco compañero, me ha gustado.
Manolón tiene un papel de espectador, desde luego, como también de instrumento necesario en la trama, el contrapunto a los otros dos personajes con los que conforma un triángulo dispar e inseparable.
Me alegro de que te haya gustado el relato, Reve, ya sabes que a mí me ha pasado lo mismo con el tuyo.
Gracias y un abrazo
Madre santa, maestro. ¡Qué manera de cobrarle al amigo el haberlo dejado solo en el pueblo. Y sabía quién lo ayudaría, pues no estaba solo en sus añoranzas. Magnífico y terrible relato, maestro. Como siempre. ¡Felicidades!
Julián lo tenía todo pensado y sabía que podía contar con el instrumento perfecto, incluso cuando él no estuviera.
Maestro no soy, pero me alegro mucho de que te haya gustado. Muchas gracias por tu comentario, María
Un abrazo
Ostras Angel, amigos desde siempre y juntos por toda la eternidad…Ese Manolón te ha quedado perfecto con poquisimas pinceladas ¡Enhorabuena por el relato y por tu originalidad!
Abrazos
Qué bien lo has descrito: «Amigos desde siempre y juntos por toda la eternidad». En esa segunda parte juntos sí, aunque amigos ya no lo tengo tan claro después del palazo. Antonio y Julián son dos polos que se complementan, semejantes entre sí; Manolón es muy diferente y, sin embargo, forma parte fundamental de ese triángulo, por eso quizá puede que llame la atención.
Muchas gracias por tu amable comentario, Izaskun. Abrazos también para ti
Al final Julián no pareció ser tan buen amigo. Y Manolón, tendría pocas luces, pero se las encendió todas la propina.
Seguro que ahora Antonio le hará alguna jugada trapera. Se lo merece.
Un abrazo y mucha suerte.
Los dos jugadores tendrán oportunidad de ponerse zancandillas mutuamente durante esa eternidad a la que parecen condenados, una tortura, sin duda, por mucho que les gustase el ajedrez. Manolón, todo lo que tiene de simple, le sobra de decidido.
Un abrazo Virtudes. Muchas gracias por tu comentario
Esta partida tiene pinta de hacerse eterna jajaja.
Un cuento redondo, Angel. Tanto la historia como la forma de contarla: con apenas cuatro pinceladas explicas una vida entera y una relación que va más allá de la amistad. Y la figura de Manolón: testigo y verdugo, fiel amigo, me parece un personaje sublime.
Abrazos
Sin Manolón nada hubiera sido lo mismo. Puede que parezca que el suyo es un personaje secundario en relación con los otros dos, pero en realidad juega un papel principal.
Agradezco mucho tus palabras, Anna
Un abrazo
Sorprendente final, los dos amigos juntos para siempre. La forma en que Julián decide el destino de Antonio hace pensar en que la pasión por su amigo no era solo por el ajedrez.
Me parece una trama brillante, los personajes inmejorablemente dibujados, sobre todo Manolón.
Felicidades.
Llevas razón, aquí hay algo más que un juego de mesa. En muchas ocasiones las acciones vienen motivadas por sentimientos o sensaciones a veces inconscientes; en este caso, el miedo a la soledad de Julián, junto con alguna dosis de egoísmo, también han hecho su jugada. Si los dos ajedrecistas son peculiares, Manolón es único.
Gracias por tu amable comentario Asunción.
Abrazos
De los tres personajes, me quedo sin dudarlo con el tal Manolón, el enterrador. Como bien nos dejas apuntado, Ángel, es único, peculiar, y sin él esa pareja -con él, trío- tampoco tendría sentido: Manolón era el público que observaba esas constantes partidas de ajedrez entre Julián y Antonio. Y ahora, gracias a la mediación del susodicho, de constantes han pasado a ser perpetuas.
Gran relato en el que sobresale la sencilla descripción de esos tres personajes -no necesitas más- en una historia de amistad y rivalidad llevada a sus extremas consecuencias.
Manolón, con esa sencillez que roza la simpleza, no duda en actuar cuando y cómo cree que ha de hacerlo, en cumplimiento de un deber o palabra, tendría mucho que enseñar a los políticos que tratan de vendernos buenas intenciones y planes maravillosos, cuando en realidad no son pura sobreactuación, que oculta intereses inconfesables en el marco de su vida compleja y alambicada.
Mil gracias, José Antonio
Abrazos
Yo también me quedo con Manolón, coincido con el amigo Jose Antonio. Definitivamente ha dejado de ser la sombra de los ajedrecistas, aunque para conseguirlo, haya tenido que usar su pala.
Buenísimo trabajo, Ángel, como no tienes acostumbrados.
Abrazos.
Si Manolón se presentase a unas elecciones creo que tendría muchos seguidores, es de esas raras personas o personajes en posesión del don de caer bien y de triunfar finalmente cuando llega su momento.
Me alegro mucho de que te haya gustado, Rosy
Un abrazo
Parece que al final ha sido Manolón el que ha ganado la partida. Genial la idea y su desarrollo, Ángel. Bueno, como nos tienes acostumbrados siempre. Enhorabuena, Ángel. Un abrazo.
Manolón, el amigo fiel que mantiene unido al trío, que pasa de testigo a protagonista, que quizá tiene dentro algo más de lo que supusimos.
Muchas gracias por tu amable comentario y un abrazo, Juana Mª
Buena y surrealista historia, bien contada, que se lee con mucho interés. Quizás las partidas que prosigan acaben siempre en jaque mate.
Suerte y abrazo.
Empezarán y acabarán partidas, o jugarán siempre una interminable. Lo único cierto es que parecen abocados a estar juntos, si están conformes con ello o no quizá no lo sepamos nunca.
Gracias por tus palabras y un abrazo, Antonia