102 Patrañas (Pablo Cavero)
«El sábado cumplo sesenta y quizá no llegue al siguiente, así que os ruego que vengáis, debo contaros en persona algo muy importante, me gustaría que os acompañen vuestras parejas». Mensaje de WhatsApp de la madre a sus hijos.
Han llegado los cuatro. Tras las felicitaciones, besos y abrazos, les reúno en el salón después de más de tres años sin vernos.
-Es momento de poner las cartas boca arriba, de sincerarnos y que vayamos con la verdad por delante, no más engaños. Empezaré yo, gracias a mi falsa alarma sobre mi salud, al fin nos juntamos. Tengo una relación con un italiano desde hace un año, los dos somos viudos. Te toca hijo.
-No soy médico, trabajo de celador, también como monologista en un garito, estudié interpretación. Le toca a mi hermana.
-Curro en un supermercado, y también cuido niños. No aprobé la oposición y nunca he trabajado en ningún ministerio.
-Algo sabía, hijos. Lo importante es que seáis felices. Y por cierto, hija los ojos te brillan al mirar a la supuesta novia de tu hermano, y viceversa a tu hermano, las madres para eso tenemos un sentido especial. Ya puedo soplar las velas, me siento radiante.
Decir la verdad es como soltar lastre, la sensación de alivio resulta liberadora.
Esta madre, con su sinceridad previa y poniéndose de ejemplo, ha sentado las bases y creado el ambiente propicio para que los demás hagan lo propio. A veces, basta con dar un primer paso para que todo se desencadene, es una decisión difícil y valiente, pero, sobre todo, liberadora.
Un abrazo grande, Pablo.
Suerte
Las mentiras, casi siempre, se acaban enredando y haciendo una bola muy pesada. Siempre tus comentarios tan esclarecedores y que son positivos y constructivos. Muchas gracias, Ángel. Un abrazote.