58. Pegasos, lindos pegasos
Brillaban las luces en la noche de feria. Héctor tiró de la mano de su madre hacia el tiovivo. Eligió un caballo con alas y, ebrio de alegría, le pidió que volara muy alto hasta alcanzar las estrellas que ardían en el cielo.
Aquella noche lo visitó en sueños:
-Mi nombre es Pegaso. Pertenezco al mismísimo Zeus, pero he caído en desgracia y me tienen atado a esa rueda. Solo tú me has hablado, solo tú estás destinado a liberarme.
Al día siguiente Héctor se coló en el recinto ferial y le rompió las cadenas con unas grandes tenazas.
-¡Sube! Volaremos juntos a donde tú desees.
-Al País de los Cuentos.
Pegaso batió las alas y pronto fueron divisando desde el aire el bosque donde se escondía el lobo, la casita de chocolate, dragones y princesas, hadas, ogros y hasta un barco de piratas.
Y llegó la hora en que Pegaso debía volver al Olimpo. El niño le acarició la crin y se abrazó a su cuello. Contuvo las lágrimas hasta verlo partir, porque había aprendido que el mejor regalo que le podía ofrecer era la libertad.
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Desde el título, que evoca a Machado, has dibujado un hermoso cuento de evasión y fantasía. Dan ganas de que sea posible volar a lomos de ese Pegaso sobre ese país hecho para el disfrute.
Un relato entrañable, de agradable lectura, intemporal.
Un abrazo, Carmen. Suerte
Siempre me pareció hermoso el poema de Machado que recuerda el corcel colorado de madera. Le he puesto alas y he llevado a este niño a un país fantástico que a todos nos atrapó en la infancia. No es más que un sencillo cuento infantil, porque me siguen gustando también a estas edades.
Muchas gracias, Ángel, por tus palabras. Un abrazo.
Pegaso: el caballo alado de Zeus, una constelación, marca automovilística… Y desde hoy, la Wikipedia debe añadir: protagonista generoso y tierno de un cuento infantil fantástico.
Qué bonita la última acepción que le has añadido y qué generoso por tu parte.
Muchas gracias, Edita. Un abrazo.
Hola, Carmen.
Un texto buenísimo. A mi hijo, Edu, como naranja en sazón, le ha encantado tu cuento. Yo diría, por su expresión, que le ha subyugado. También a mí, y por diversas razones: el título, que ya nos habla de una dualidad, de un binomio de caballos, por lo menos, aunque sean uno solo en realidad, Pegaso, el caballo alado, sometido a una suerte adversa. La peripecia está muy bien desenvuelta hasta ese corolario magnífico: la conclusión del niño, la libertad otorgada al mitológico equino imperando sobre el egoísmo de conservarlo. ¡Menudo juguete! Un texto con su punto didáctico. Defensor del valor supremo después de la vida. Y es que un caballo en libertad, son caballos, lindos caballos, parece que se multiplican. Un texto con una acústica de primera, lógica en una poeta como lo eres tú. Ah, y el tiovivo, representativo como nada de la niñez, al menos de las nuestras. Supongo que los feriantes de hoy no se olvidarán del todo de los tiovivos, aunque me temo que sí. En fin… Mi más muy enhorabuena y un beso.
Me regalas hermosas palabras en tu comentario: la referencia a Machado, el tiovivo de la infancia, la acústica, el valor de la libertad… Y te las agradezco muchísimo, pero lo que más me ha emocionado es que le haya gustado a tu hijo. Al fin y al cabo, es un relato infantil.
Besos para Edu y para ti.
Carmen, bella historia cargada de fantasia y de imagenes infantiles y tiernas; has hecho del clásico un paralelismo muy bueno. suerte y saludos
Muchas gracias, Calamanda. Los niños son los seres que más aprecian la fantasía.
Los niños y los locos por las letras.
Un beso.
Los niños tienen esa capacidad para inventar sus propias historias y solo nos piden que les expliquemos cuentos para recargar la batería y poder después rediseñar sus propias aventuras. Eso es lo que hace tu personaje, alimentar su fantasía, y tú, la nuestra.
Abrazos y suerte,
Dados como son a la fantasía, al protagonista lo que más ilusión le hace es visitar el lugar donde habitan los personajes de los cuentos. Los adultos visitamos los libros o el cine para no perder del todo esa capacidad infantil.
Muchas gracias por tu comentario, Anna. Un beso.
Un relato tierno y con un mensaje de libertad muy contundente. Podría ser un relato para niños. Y no por eso tiene menos valor ante los ojos de un lector adulto. ¡Mucha suerte!
Muchas gracias, Patricia. Yo lo veo como un cuento infantil en el que destacan la fantasía, la amistad y la valoración de la libertad.
Me alegro de que también lo leas con agrado desde una perspectiva adulta. Un beso.
Carmen, precioso cuento, en el que a través de Pegaso nos haces volar a un mundo de fantasía. Me ha encantado la frase final. Nunca hay que perder lo más valioso, la libertad.
¡Enhorabuena!
Besos muy apretados, amiga.
La fantasía es lo más preciado para el niño, pero con Pegaso aprende un valor fundamental, el de la libertad. Dejarlo volar libre es una muestra de amor.
Muchas gracias por tus palabras, amiga.
Un beso.
Tu relato me parece una maravilla, en su sencillez instrucctiva, inocente y positiva. Reconozco que si leí en su día el poema de don Antonio no lo recordaba, cosa que gracias a Google he podido subsanar. Y es otra maravilla, claro. Pues nada, que me gusta mucho. Suerte y abrazos, Carmen.
De inocencia y de aprendizaje trata el cuento, Jesús. Me alegro que te haya gustado su positividad.
Te agradezco tus amables y generosas palabras.
Un fuerte abrazo.
Qué ironía que lo que para uno es un divertimento (tiovivo/calesita), para otro pueda ser una jaula, una cárcel… Y qué gran lección que trasunta el micro: que sepamos ver más allá de los ojos y escuchar más allá de lo que oímos.
Me encantó esta historia de pegasos, CARMEN.
Cariños,
Mariángeles
Enriqueces el cuento con los significados añadidos, el de la calesita -preciosa palabra- divertimento y jaula y el de mirar más allá de los ojos, con la fantasía.
Muchas gracias por tus cálidas palabras, Mariángeles.
Un beso.
Carmen, una preciosidad de cuento, un bellísimo relato. Está totalmente impregnado de fantasía e ilusión. Es una de esas historias que a uno siempre le ha gustado leer, pero sobre todo escuchar contadas por otros, y tú has sido esa persona que nos has traslado con tus palabras al mundo de los sueños y la ilusión. Además creo que es un relato para todos, para que recuperemos esa ilusión de niño, rompamos esas cadenas que nos unen a la realidad cotidiana y seamos capaces de soñar y volar. Gracias por esta preciosidad de relato.
Te deseo mucha suerte, esta belleza de relato y tus letras la merecen.
Muchos besos.
Una de las funciones de la literatura es la función de evasión. Al leer nos elevamos sobre nuestra realidad cotidiana para volar y soñar con otros mundos. Es lo que hacen juntos Héctor y Pegaso, romper esas cadenas que tú señalas para adentrarse en la fantasía y la ilusión.
Me alegra que te haya gustado el relato, Javier. Agradecida por tus palabras, yo también te envío muchos besos.
Todos hemos sido niños, todos hemos vivido esa primera vez que te montas en un tiovivo como un viaje iniciático, como una puerta abierta a la fantasía. Y hoy, al menos a mí, me has hecho rememorar aquel momento, entre sombras que se mueven y luces de colores. Mucha suerte Carmen!!!
Bssss!!!
Los recuerdos de bellos momentos de la infancia nunca se olvidan. Siempre nos queda algo del niño que fuimos.
Muchas gracias, Juancho.
Besos.
Qué bonito y tierno es tu micro, Carmen. Me ha gustado mucho. Felicidades y suerte.
Besicos muchos.
Me alegra que te haya gustado este cuento infantil, Nani.
Muchas gracias y besos.
Me ha emocionado tu relato.
Qué suerte ha tenido el niño de volar por el mundo de los cuentos. Y Pegaso de encontrarle y recuperar su libertad.
Es precioso.
¡FELIZ AÑO Carmen!