1. Penélope (Jesús Garabato)
Los recuerdos, engarzados a sus sueños por los arpegios tristes del laúd, apacentaban la dulzura de la tarde. Una vez más. Acuciante, la doncella la despertó avisándola de la llegada del heraldo. Las buguinas, todavía lejanas, lo anunciaban. Débilmente, pidió a su criada y al músico que la dejaran sola. «¿Cuántos años habrán pasado desde la última vez?», se preguntaba; aun así, no conseguía evocar su cara, su voz, su mirada, su olor… Se acercó hasta el arca de la cámara buscando algunos ropajes sencillos que parecieran acentuar su sumisión. Mientras, escuchaba cómo las voces de la comitiva se aproximaban. Debería salir al mirador para recibir al mensajero. Del fondo del baúl cogió lo que creía el último de sus regalos. Debajo quedaban los restos polvorientos del emisario que lo había traído. «¿Cuánto tiempo hará ya?», se preguntó apartando los huesos de todos los demás. Para hacer sitio.
Muchísimas gracias, Juan, por pasarte y comentar con tan amables palabras. Son muy bienvenidas. Saludos.
Me ha encantado tu relato, Jesús. Me he dejado envolver por su magnetismo poético y, aunque me gusta mucho como escribes habitualmente (y te admiro por ello), este texto me parece sobresaliente, excelentemente bien tramado, con elegancia y denotando tu gran cultura. Enhorabuena.
Un abrazo grande.
Caray, María José; aunque me da que te pasas un pelín, agradezco mucho tus palabras. Besos.
Hola Jesús. Vuelvo a encontrar tiempo para comentar y me encanta retomar la costumbre de hacerlo, precisamente con tu propuesta para esta convocatoria, la cual valoro como lo que es, Literatura grande de pequeñas dimensiones. Chapó caballero.
Un cálido saludo.
Otro ¡caray! para ti, Ángel. Me emocionan tus palabras. Gracias también por leer. Saludos.
Magnífico relato, Jesús, de principio a fin, mi más sincera enhorabuena. Saludos.
Muchas gracias, Loli, por pasarte y dejarme tu amable comentario. Saludos.
Has dibujado una Penélope que, como no puede ser de otra forma, espera la llegada siempre demorada del amado, con una palabra clave: «Sumisión». pero la tuya tiene la característica peculiar de eliminar a los mensajeros. Esto podría interpretarse como que en realidad no desea en realidad el posible regreso, o que no acepta más que la llegada efectiva del esperado, sin intermediarios. En todo caso, un personaje de armas tomar, lejos de la mujer fiel que podríamos esperar.
Una interesante vuelta de tuerca que hace pensar, con hermosas pinceladas descriptivas, como la de ese laúd que tan bien conoces, en una primera frase que incita a la lectura y no hace presagiar en nada el sorprendente final
Un abrazo y suerte, Jesús
Muchas gracias, Ángel, por pasarte y regalarme tus palabras. Saludos.
Hola, Jesús.
Bueno, pues organizando mi tiempo: durmiendo menos horas, quiero decir, vuelvo a comentar, os lo merecéis mis amigos.
Has escrito un texto maravilloso. Al amparo de la intertextualidad, de la tipicidad universal (tabestand en alemán, qué palabra tan hermosa), al socaire de la intertextualidad, nota muy característica del microcuento, has desenvuelto el mito de Penélope y su fidelidad con una fluidez magistral y la palabra más oportuna siempre. Tu laúd, tan querido por ti y por los que hemos sentido tantísimo gozo al escucharlo esta ahí. Las buguinas, tan bien traídas. La peripecia es fantástica: el juego que ella se trae entre manos con los pretendientes, cuando a ella solo su Ulises le hace tilín y es quien le hace sentir una nostalgia inmensa Cuán atinadamente insistes en el factor tiempo, con dos interrogantes. Y ese final impactante que todo microrrelato pide a gritos. El mirador nos devuelve a la foto, para que no falte de nada. Abreviando, te doy un diez sobre diez. Me fascina la variedad de los recursos narrativos que pones de manifiesto. Mi muy más mayor enhorabuena y el abrazo que mereces: entrañable, amigo mío, muy muy entrañable.
P.S.- Tú voz era para comérsela en esa pieza en la que cantaste para dar el más estupendo colofón, el lustre definitivo al evento donde se presentaba, o re-presentaba mejor dicho, «Instantes Hallados», de María José Viz, creo recordar que fue el pasado 24 de febrero, y donde sonaron dos Cantigas de Alfonso X en la bandurria a la que prestabas tus manos, tus dedos. Me emocioné hasta el paroxismo, hasta la lágrima. Fue mucho. Edu daba saltos en la silla de ruedas, no te digo más.
Eduardo, tú siempre sorprendiéndonos, por una cosa o por otras cien.Si yo no fuera tan soso también daría saltos al conocer la noticia de tu vuelta al asunto comentadil, y que sepas que a muchos se nos ha hecho muy larga, por cierto. Aunque ni por asomo serían tan alegres como los de Edu, nuestro adorado Edu. Qué puedo decir ante la bondad de tus palabras y ante tus consejos. Pues mil gracias. Espero que, por ahora, sean suficientes. Un abrazo.
Jesús, fenomenal interpretación del clasico con este increible final. Suerte y saludos
Muchas gracias, Calamanda, por leer y dejarme tu amable comentario. Un saludo.
Penélope es el símbolo de la fidelidad, pero el tiempo debilita el amor y aumenta una furia que los emisarios sufren. Tal vez, ya solo añora su más preciado tesoro, los huesos de su amado. Estupendo relato, Jesús. Abrazos y suerte.
Muchas gracias, Salvador. Me alegran tu lectura y tus palabras. Saludos.
Muy bueno, Jesús. Y con un excelente giro final que hace que el texto tome otro camino diferente al clásico y se convierta en micro made in J.Garabato. Sabes ya, pues te lo he referido muchas veces, que me encanta esa frescura tuya a la hora de escribir. Dota al texto de credibilidad, por muy fantasioso que sea. Te trasladas al momento justo en que tiene lugar la acción. Eso se llama transmitir, aparte de suponer que tienes imaginación para dar y regalar. Felicidades, queridísimo Jesús.
Aluvión de besitos.
Perdón, quise decir fantástico.
Muchas gracias, María José. Tus amables palabras animan al más pintado. Besos también para ti.
Exquisitez total. Ya el aperitivo de la primera oración promete; luego, el plato fuerte con un vocabulario refinado que se deja saborear. Pero todavía faltaba lo mejor: la sorpresa del postre.
Muchas gracias, Edita. Menudo comentario me dedicas para iniciar el día. Como para salir levitando de casa. Saludos.
Estupendo trabajo, Jesús.
Un relato cautivador en todos los sentidos.
Me ha encantado!!!
Brillante desenlace.
Un abrazooo
Hola, Petra. Muchas gracias por pasarte y regalarme tus amables palabras. Saludos.
Un muy buen relato de principio a fin. Felicidades y buena pre primavera.
Regreso Eduardo a su otra casa. Genial
Muchas gracias, María, por tus amables palabras y por leer mi texto.
Hola, Jesús.
Excelente el tono mitológico del micro. Y no es sencillo de hacer.
Un abrazo y mucha suerte.
Hola, Towanda. Me alegran mucho tus palabras. Gracias y saludos.
¡Hola, Jesús!
También te he encontrado a ti… el primero en escribir esta convocatoria e inaugurándola con este precioso canto a una de las historias mitológicas más deliciosas que conozco. Sigo degustando la melodía de tus palabras, que me ha anclado a la lectura desde la primera frase, preludio que te mece hasta el triste pero intuido final. Un canto de sirena hermoso, Jesús.
Muchas gracias por compartirlo.
Enhorabuena y mil suertes para ti.
Un fuerte abrazo
Marta
Caray, Marta. Agradezco mucho tu lectura y tus amables palabras. Un beso.
Cuando tu laúd gime dulcemente… pero qué poéticos estáis de un tiempo a esta parte, rediez!! 😉
Superbien, qué quieres que te diga. Aunque las notas, más que tristes, las intuyo nostálgicas.
Lo tremolas que da gusto, hermano!! 😉
Hay que darle a todo, J. Ignacio. Además yo soy un poquito inconsciente y me lanzo de cabeza (sin saber nadar) a las profundidades seudopoéticas. ¡Así me va! Muchas gracias por pasarte y comentar tan amablemente. Saludos.
Ya veo, ya. Lo de que hay que darle a todo, quiero decir.
Por cierto, tengo por ahí un diccionario náutico del siglo XIX y aparecen los términos ‘tremolar’ y ‘tremular’, ambos relacionadas con el movimiento sinuoso u ondeande, pero no de las olas sino de las banderas.
Un relato estupendo, Jesús. Desde la recreación inicial en los detalles, que le dan un aire melancólico, como si se ralentizara el tiempo para que lo saboreemos, hasta el desenlace final sorprendente y a la vez contenido en el tono nostálgico y brillante del resto del relato. Genial.
Enhorabuena y un abrazo.
Muchas gracias, Antonio Diego. Tus palabras amables animan a cualquiera. Un abrazo.
Jesús, maravilloso relato con la historia de esta nueva Penelope. El inicio descriptivo, casi poético nos abre la puerta a la lectura hasta el desenlace sorprendente.
Un abrazo
Muchas gracias, Blanca, por pasarte y regalarme tus palabras amables. Abrazos.
Qué buen relato nos dejas esta vez, Jesús. Me ha encantado sumergirme en tu historia, en esta Penélope menos serena que la conocida por todos. En mi opinión, estaría por asegurarte que me encuentro si no con el mejor, sí ante uno de tus mejores trabajos, encima me has enseñado alguna palabra que desconocía.
Te deseo mucha SUERTE y un abrazo.
Muchas gracias, Rosy. Me alegran mucho tu lectura y amable comentario. Abrazos.
Jesús, tu relato es una nueva interpretación de un clásico, donde nos muestras a una Penélope muy distinta, que no nos descubres su verdadera personalidad hasta el final.
Buen relato. Enhorabuena.
Besos apretados.
Hola, Pilar. Te agradezco mucho tu visita y tus palabras amables. Saludos.
Jesús, perdona lo tardío de mis palabras. En las puntuales visitas que he hecho, imperdonablemente te he pasado por alto… ¡y eso que das el «pistoletazo de salida» en la convocatoria actual!
Imagino que ,en todos los comentarios, tu relato habrá sido laureado como merece. Como llego tan tarde, me voy a limitar a decirte que me parece un micro magnífico digno de la mejor de las suertes.
Mi enhorabuena y un inmenso abrazo.
Nunca es tarde cuando la dicha es buena. Muchas gracias por tu visita y comentario amable, Nuria. Besos.