114. Penélope y las caracolas
PENELOPE Y LAS CARACOLAS
Teje despacio, en la orilla serena de la azotea del séptimo piso sin ascensor del arrabal más olvidado de la ciudad, fuera de toda periferia.
Es la única ocasión que tiene de expresar la espera, allí, sin la mirada de las vecinas que la ven como una mujer sola, abandonada por el único hombre que quiso, total por la fama. Ellos y la fama, siempre son compatibles.
Quiere tejer, quiere destejer, quiere esperar, lo quiere, lo quiere a voces desde la terraza, en la madrugada, para que nadie lo sepa, para que nadie la compadezca, lo quiere antes y después de sus batallas.
Se ha hecho amiga de todas las caracolas de aquella orilla, que se mantienen alerta por si lo escuchan regresar mientras ella sueña. Que no lo sepan las vecinas.
Y lo supieron en el duermevela de la asfixia de la tarde, al verlo llegar en un Cadillac americano, rodeado de sirenas caribeñas dispuestas a no esperar a nadie, a no tejer el tiempo, a romper las caracolas.
Y se fueron, ellas y el afamado guerrero, por no detener el paso de los días de un arrabal sin pretensiones, sin espacio para el brillo de la fama.
Una belleza de relato que encoge el corazón, un homenaje a todas las Penélopes,
y una patada en cierta parte a los Ulises dominados por las sirenas.
Muchas gracias Mari Carmen. Sí…esas son algunas de las batallas del relato.me alegro de que te guste.
Cuando leo sobre el mito de Ulises y Penélope me viene a la cabeza el libro de Margaret Atwood, ‘Penélope y las Doce criadas’, en donde se le da la vuelta al mito. Igual que has hecho tú, igual de bien que esta autora canadiense.
Te dejo una reseña por si un día lo quieres leer: http://elpais.com/diario/2005/11/19/babelia/1132361418_850215.html
Mucha suerte.
Gracias Esperanza…he leído esa obra…me encanta la autora. Me apasiona el mito de Penélope, de la espera en las mujeres. Es un halago que compares mi humilde micro con la obra de M. Atwood. Gracias
Isabel, este clásico siempre es actual, tu lo muestras con nuevos aires, y muy bien, en tu cuento. suerte y saludos
Gracias calamanda, si la vida es un «clásico» circular. Me alegro de que te guste el aire nuevo de mi cuento. Un saludo
Gracias Ana…me emociona tu comentario. Que describas así su atmósfera es un regalo. Me alegro de despertarte esas emociones. Gracias…Os leo
Teje que te teje…, y él ahí, en sus batallas. original.
Un saludo
JM
Gracias Juan M…y que desteje… Bueno…original, no creas…real y cotidiano para las Penelopes… Un saludo
Muy bonita forma de expresar el androcentrismo que aún nos rodea.
Hay esperanza para nosotras, sobre todo cuando lo detectamos y lo divulgamos, Muy bueno,Isabel!
Lo malo del modelo es que impone también a los hombres una conducta estereotipada, aunque nunca tan exigente como a nosotras.
Gracias Juan M…y que desteje… Bueno…original, no creas…real y cotidiano para las Penelopes… Un saludo
Gracias Cari. Tanto que decir del androcentrismo y los mitos… Un saludo
precioso relato, donde la poesía esta latente en la lectura, Gusta leerlo, parece que una música te acompaña a ello.
un beso Isabel.
Gracias Belén…buen acompañamiento el de la música, me alegro que así lo percibas.
Un saludo
Muy bella la referencia al clásico.
Gracias Esther…lo clásico nos acompaña…
Un saludo
Si te lo lee Ricardo Arjona te lo hace canción. Enhorabuena. Mucha suerte 🙂