75. Pesadilla Número 43 (María Ordóñez)
La hondonada es verde y profunda, partida por una franja blanquecina. ¿Será cal o son cenizas de aquel infame fuego? ¿O de otros fuegos? No lo sé.
Mi corazón se oprime. Viene gente gimiendo, despacito, sin ruido. Son muchos y su dolor crece, sube al cielo y se extiende hasta muy lejos. Me tapo los oídos pero ahí sigue ese lamento largo y triste.
Qué oscuro está todo y huele a muerte. Agudizo la vista. Extrañas sombras se aproximan. Apenas se arrastran. Son cuerpos mutilados, rostros descarnados, esqueletos humeantes que van desprendiendo cenizas. Emergen de tierra que se quiebra a golpe de pico y pala. Tras ellos madres abatidas, padres desolados, familias destrozadas, multitudes agraviadas. El ruido ahora ensordece. Es llanto seco, gritos, súplica de voces estertóreas que se repiten sin descanso.
Volteo. Gente ciega y sorda por todos lados. Tratan de huir indiferentes, pero resbalan en la sangre derramada. Se incorporan, siguen adelante, se inventan una vida donde no pasa nada. No pueden y no quieren ver ni oír a aquellos que vienen. Pero trepan y caen, trepan y caen. No hay escapatoria. Mientras, yo siento que muero porque no muero, porque yo sí los oigo y los veo.
María, ya se te echaba de menos por aquí. Se nota en tus letras el tremendo drama que asola a tu, y nuestro, querido México. Nos quedamos con lo positivo: te ha servido de inspiración para un relato apocalíptico, muy bien escrito y en el que has integrado de forma perfecta el verso obligado, en una frase final redonda. Enhorabuena, un relato excelente, digno de laureles.
Besotes.
Olvidé mencionar lo acertado del título, con esa referencia al número de jóvenes vilmente desaparecidos en el estado de Guerrero. Un homenaje a las víctimas y una denuncia a la barbarie.
Más besotes.
Muchas gracias, mi querido amigo. Tú siempre tan generoso. La verdad es que esos versos de Santa Teresa no inspiran otra cosa que no sea dolor… Ya ves, siempre te fallo con mi promesa de escribir algo más amable. He regresado para leer dichosa, los grandes relatos de todos ustedes, maestros de las letras. Ahora mismo buscaré los tuyos! Recibe un enorme abrazo!
Estremecedor relato, María. Transmite mucho dolor y mucha rebeldía también porque no es justo que las atrocidades se ignoren y se olviden. Por fortuna siempre hay alguien que no cierra los ojos a la verdad y nos recuerda que no estamos aquí para callar . Excelente. Mucha suerte.
Tienes razón María José. Gracias por tus palabras. Efectivamente, hacer como que nada pasa es cruel y el olvido propicia que el crimen se repita. Un abrazo grande.
María ¿Estás describiendo el resultado de la tercera guerra mundial?
Yo he sacado esa conclusión y me parece que va a ser algo muy parecido.
Me has metido en situación y desde aquí envio un S.O.S.
Suerte
Querida María, ojalá fuese sólo una pesadilla futurista. Realmente, es algo que está sucediendo en México. Aunque parezca insólito, existen brigadas civiles que se dedican a la búsqueda de fosas clandestinas, constituidas por los familiares de las personas que en estos años han visto desaparecer a 22,000 personas en todo el país. ¿Puedes creer algo tan espantoso? La pesadilla continua y no sabemos hasta cuando. Mientras, los medios se censuran para que esto quede en el olvido… Un abrazo y gracias por leerme!
Un relato que habla de dolor escrito de una manera exquisita. Por suerte, hay hechos que muchos buenos escritores no dejan que caigan el olvido. Enhorabuena y mucha suerte 🙂
Juan Antonio, muchas gracias por tus palabras. Así es. La literatura no puede abstraerse de la realidad. Un abrazo con la admiración que tengo por lo que tú escribes.
Sin otras palabras mas que de admiración por tan intensa manera de presentarnos tan trágica realidad. El titulo me ha encantado y el último verso me ha hecho pensar ¿Es que a alguien más nos duele nuestro país?
Saúl, gracias por pasar a comentar. El último verso contiene la genial frase de Santa Teresa que era obligatoria en este mes y refleja con mucha puntualidad lo que sentimos todos cuando recibimos las noticias diarias de muerte y desolación. Somos muchos los que sufrimos, aunque los medios nos hagan pensar que no es así. Un abrazo!
Mi muy estimada Consuelo. Cada día se aprende más, desconocía la capacidad sintética de plasmar nuestra realidad como país y como planeta. Hasta el corazón duele de reconocer esta nuestra realidad como humanidad. La clave esta en reconocer que el mal es únicamente falta de LUZ, y que el Amor lo,puede todo.pues el conflicto mundial, inicia con un Conflicto Personal, en tanto no resolvamos esto, desafortunadamente, queramos o no la situación seguirá, hasta que la misma naturaleza haga sus propios trabajos de reacomodo. Un abrazo sincero Sra. Consuelo. Siga explorando el simbolismo del Sagrado Corazón de Jesús. Un abrazo desde Anahata.
Muchas gracias doctor. La verdad, nunca he explorado el simbolismo del sagrado corazón de Jesús, aunque sé que éste se resume en el amor a la humanidad. He reflexionado sobre sus palabras y estoy de acuerdo en que es la falta de amor la que nos ha llevado a estos extremos de represión brutal que vive México, y yo diría que aunada al amor al poder y el dinero. La denuncia es lo único que nos queda, y cada quien la hace desde donde mejor puede. Un abrazo!
Hola, María, mi fuerte en los cuentos es el terror. Tu relato como muy bien lo nombras pesadilla da al lector escalofrío de principio al fin. Metes al lector en un mundo de oscuridad y terror absoluto donde la única escapatoria es terminar el micro. Mi más sincera enhorabuena me gustó sinceramente mucho. Un fuerte abrazo, Sotirios.
Muchas gracias, Sotirios. El mundo de oscuridad y terror lo están viviendo miles de personas en México, cuyos familiares han sido masacrados, desaparecidos o reprimidos cruelmente o por las mafias de narcotraficantes o por aquellos que ven afectados sus intereses económicos basados en la explotación de sus semejantes y la corrupción gubernamental. Ojalá fuera una historia imaginaria. Agradezco muchos tus palabras y que hayas pasado a leerme. Un gran abrazo!
María,estas descripciones tan desgarradoras me recuerda un espantoso final del mundo. Suerte y saludos
Querida Calamanda, gracias por tus palabras. A veces la realidad supera la ficción. Un abrazo!
Cuando he leído a Rafa y después has confirmado que es una pesadilla real, me ha llegado al alma. Suerte, María, con el relato y con México, sobre todo.
Muchas gracias, Lorenzo. Me siento honrada al saber que mi trabajo haya tocado al alma del gran escritor que eres. Ojalá la suerte llegue al país algún día. Yo ya la he tenido al contar con la lectura que ustedes han hecho de mi texto. Un abrazo!