67. Plata sobre las nubes
En algunas casas, como la de Laurita, nunca amanece. Por eso el día que se rompió la persiana los rayos del sol pasaron tan de golpe que la niña se convirtió en vapor de agua, emigró hasta las nubes, y se quedó ahí, dando tumbos, en esa especie de limbo improvisado donde, si alguien suspira, puedes mecerte entre las cigüeñas, pero que, si estallan estornudos, las vueltas del tornado llegan a alejarte hasta de tu propio nombre.
Ahora algunos gobiernos han descubierto que pulverizando yoduro de plata sobre las nubes se puede conseguir lluvia (o incluso nieve) artificial. El objetivo inicial es limpiar el ambiente, atraer al turismo, luchar contra la sequía… Pero sin querer están consiguiendo que chicas como Laurita tengan una segunda oportunidad. De hecho, si miras bien, en días lluviosos puedes observar extrañas coreografías bajo las aceras, riachuelos de vida deslizándose hasta formar siluetas grotescas. Son esas almas llovidas, que, pese a todo, se ríen de su propia sombra.
Qué bonito, Alberto. Me gusta la lluvia que dibujas, a partir de ahora cuando llueva me fijaré bien para descubrir ese submundo que dibujas.
Mucha suerte.
Un abrazo.
¡Me ha encantado, Alberto! Una historia tan fantástica como bellamente narrada.
Un saludo.
Alberto, preciosa historia cargada de fantasía. Suerte y saludos
Precioso título. Un texto que desliza como un sueño hacia esa imagen final de las almas llovidas. Saludos y suerte.
Ana, Sara, Calamanda, Yolanda, mil gracias por acercaros por aquí. Un abrazo
¡Que bueno Alberto! Me ha gustado mucho. Esos riachuelos de vida, creo que ya nunca veré la lluvia igual.
Mucha suerte y saludos.
Muy bonito Alberto. ¡Sugiere tanto la lluvia, que hasta es posible este mundo que nos muestras. Suerte.
Besicos muchos.
Que alegría leeros, Maribel, Nani, todos nos dejamos mecer por las nubes. Y quizás hasta que no llovemos, no nos mostramos, Muchiiisimas gracias!!
¡Qué preciosidad de cuento!, qué poético, qué expresivo y qué bien contado, caray!
Me encanta.
Mucha suerte
Jeje, y a mi me encanta que te encante Mónica. Gracias!
Bello relato. Me he quedado suspendida entre las risas de las almas llovidas.
un cálido abrazo, Alberto.
Preciosa imagen esta de las almas llovidas. Aunque hay alguna frase larguísima, se lee sin dificultad. Me encanta esa mezcla de magia y ciencia, un cóctel de niñas que se evaporan y científicos que bombardean las nubes con yoduro de plata para devolverlas a la tierra (aunque no fuera ese el objetivo). Me ha gustado mucho.
Suerte. Saludos,
Muchisimas gracias Mónica. Anna, me alivia mucho que se entienda esa parte de la que hablas, porque sabía que era arriesgado dejarlo así. Encantado de vuestros comentarios. Abrazos
Me ha gustado mucho, Alberto. Qué bueno dar nuevas oportunidades a los niños que fallecen tempranito.
Me ha encantado Alberto, me ha recordado a aquellos versos de Neruda que se preguntaba dónde irían las lágrimas que no se lloran…
Precioso. Un saludo.
Muchisimas gracias, Javier y Macarena. Un abrazo
Felicidades, Alberto! No solo nos regalas una amable y bien trazada narración, sino que dejas pinceladas de crítica social, incluso metiendo el dedo en esa llaga tan transitada de las cositas que hacen los gobiernos para conseguir intereses.
Gran relato!
Suerte!