57. ¿Por qué no regalamos sonrisas? (Gemma Llauradó)
Una sonrisa siempre ha sido un buen antídoto para ponerse de pie y hacer frente a cualquier reto. Ella lo sabe bien. Nació con el síndrome de Turner, una rara afección que implica solamente a las personas de sexo femenino, y se produce cuando falta un cromosoma X de forma total o parcial. Ella es la joven de la habitación 405. Es pequeñita y necesita atención médica de varios especialistas, pero cuando la miras, y profundizas en sus ojos marrones, observas que estos también sonríen, no ves la enfermedad que la acompañará toda su vida, ves a una luchadora innata. Jamás pierde esa cálida sonrisa que muestra a diario, porque sonreír pone al descubierto lo mejor de ella y la acerca a los demás. Ella es cercana, amable, educada, atenta… Me regaló un bolígrafo con una pluma tan cálida como su mirada. Pero el mejor regalo que me ha dado es su sonrisa cada noche que trabajo, cada noche que comparto con ella unos minutos mientras le administro su medicación, esos instantes que sólo son nuestros. Hay miles de cosas bonitas en esos minutos, en esa mirada, en su sonrisa…
Dedicado a VC
Un microrrelato muy cálido y revitalizador. Un chute de afecto que llega a notarse al leer.
¡Enhorabuena!
Gracias por tu comentario. Un saludo Julia.
Me alegro de que disfrutes de tu trabajo, se nota. Eso es una lotería estupenda, la mejor. Esa chica de ojos marrones estará más que contenta de tenerte cerca.
Un testimonio muy grande que cabe en uno de nuestros micros.
Gracias por contar tu experiencia, por compartirla.
Feliz noche noche.
Gracias por tus palabras, siempre son gratificantes los comentarios de los lectores. Se puede aprender mucho de ellos. Un saludo Mercedes.
Gemma,qué bonito sentimendo. Gracias por compartir la sonrisa de los ojos marrones.
Sonrisas mil, para ella también
Gracias Manuela. Seguiremos sonriendo. Un saludo.
Precioso Gemma, que razón tienes, una sonrisa es muchas veces el mejor antídoto! Porque no regalamos sonrisas? Seguimos disfrutando y aprendiendo!! 🙂
Gracias Laura. Tu lo sabes igual de bien que yo. Las sonrisas obran milagros. Una abrazo.
Preciosa historia de cariño, mil gracias a profesionales como tu que podeis aliviar tanto dolor, no solo con vuestro trabajo sino especialmente con vuestras sonrisas. Pacientes como tu protagonista retroalimentan las sonrisas de todos.
Gracias Ana Alcocer. Seguiremos sonriendo. No cuesta nada y sienta muy bien a la persona que sonríe e igual de bien a quien la recibe. Un cordial saludo.
Sólo los que aman incondicionalmente, descubren sonrisas en la adversidad. Un abrazo Gemma
Alegra conocer que unas simples palabras llegan a mucha gente. Las sonrisas llegan al alma. Un saludo Cristina.