9. Por siempre mi niña.
- “No te distraigas por el camino, ves directa a la escuela, no hables con ningún desconocido, ¿entendido?”.
- “Tranquilo papá, y ves, que tú también llegarás tarde”.
Cada mañana acudo a esa esquina a despedirme de ella. Hoy es su aniversario, son quince años los que cumple, suficientes para poder usar sus primeros tacones, pero eternamente llevará calcetines de colegiala. Destrocé aquel despertador, el que no escuché aquella mañana, el que paró el tiempo para siempre en nuestras vidas. Creí que debía desayunar bien, le di prioridad, le esperaba una mañana intensa con un par de controles importantes. Era una estudiante excelente.