29. PRIMA VOLTA (LA PILA)
Habíamos quedado los dos en el lugar más recóndito del hospicio. No queríamos ser molestados, ¡iba a ser nuestra primera vez! Los dos habíamos leído que escucharíamos como música celestial, voces como de ultratumba, que sentiríamos un escalofrío a la vez que una desazón en parte de nuestros cuerpos y perderíamos casi la consciencia, de la emoción. «¿Cómo sería?» Algo nos embargaba el ser y mariposas ruidosas e inquietas nacían, volaban y se reproducían con algarabía en el interior de nuestros estómagos. Éramos bastante críos aún, y sabíamos que chicos mayores que nosotros, y gente adulta, hacían lo mismo con regularidad. «¡Qué nervios!», nos decíamos mutuamente, «En unos minutos estaremos haciéndolo». Llegamos ambos al lugar, solitario y recoleto, que habíamos elegido, nos pusimos todo lo cómodos que supimos y pudimos, y, después de dejar todo al descubierto, conectamos lo conectable, juntamos todos los extremos y metimos aquella joya en el pequeño y apropiado, estrecho lugar. Algo de energía y… ¡Eureka! Era verdad, la experiencia fue como un gran y mantenido orgasmo. La primera vez que escuchábamos algo recibido en nuestra radio de Galena.
Genial Marcos! muy bien llevado el relato, con un humor muy fino…
Un abrazo y suerte.
Muchas gracias, celebro tus amables palabras.
Marcos, muy buena tu historia, la habilidad con que nos mantienes pendientes del final es buenisima. Suerte y saludos
Muchas gracias, Calamanda.
Con mucha habilidad has escrito el relato. Parece ir por un camino y al final, la radio de galena.
Buena estrategia, y buena suerte, Marcos
Gracias, María Jesús. Y al final la radio de galena, que fue el principio. Jajá!
Lo has urdido muy bien para llevarnos por un lado y dejarnos aparcados con una gran sonrisa en la cara en otro. Le has dado un gran ritmo y una gran intriga. Mucha suerte 🙂
Gracias, Juan Antinio!
Muy buen relato en el que has jugado con los dobles sentidos. Te deseo suerte con tu apuesta, Marcos.
Thank you so much, Izazkun!