79. PRIMER DOLOR (Yolanda Nava)
-Si se acabara el mundo y para salvarme tuviera que ir a una isla en la que él fuese el único habitante, elegiría morirme. Le odio.
Y siguió profiriendo insultos e improperios mientras por el rabillo del ojo lo veía junto a ella, mirándola de aquella manera, hablándole al oído y sonriendo.
-No, ni loca me iría con él, -insistía-.
Pero era la rabia la que hablaba, los pinchazos de los celos que, convertidos en despecho, decían lo contrario de lo que realmente deseaba que no era otra cosa, precisamente, que estar en la isla a solas con él. ¡Cuánto deseaba ser ella! Tener sus ojos posados en los suyos, ser la causante de esa risa alegre y contagiosa. Por suerte, el estridente y machacón sonido vino en su auxilio rescatándola de la tortura de verlos juntos. Se separaron, y “ella” se colocó dos puestos por delante del suyo; ambas ladearon la cabeza a la vez, en dirección a la fila de los de quinto que él encabezaba.
¡Que bien has sabido ponerte en la piel de una adolescente para contarnos esta historia deliciosa!. Suerte Yolanda.
Un abrazo.
Gracias, más que un adolescente yo diría unos niños pues quinto curso…, aunque la verdad, cada vez empiezan más pronto la adolescencia.
Un abrazo.
Yolanda, ocurrente situación a la vez de corriente; quien no la vivio. Suerte y saludos
Me has hecho recordar un tesoro, que por perdido, a veces olvido que estuvo en mis manos: la inocencia. Hay relatos a los que además de desearles suerte tengo que agradecerle cosas. El tuyo es uno de ellos. Un abrazo 🙂
Yolanda, preciosa descripción de la inocencia del primer amor. Abrazos y suerte.
Muy chulo, me ha gustado. Enhorabuena!
A esa edad tan tierna las emociones son muy extremas y tu lo has plasmado fantásticamente. Con una mezcla de inocencia y celos, rabia y deseos ocultos, nos has retratado un corazón atormentado como ninguno, y con sólo once años.
Genial. suerte y saludos
A mí me ha encantado. Te retrotrae a esa época y te pone en la piel de la niña.