10. Profesional
Ha llegado al invisible techo de cristal, ese al que es casi imposible acercarse. Le ha dado un puñetazo y ha subido un piso más. Todas sus compañeras, jóvenes y veteranas, la tienen de modelo.
Detrás de sus estudios de sobresaliente, padres esforzados al máximo, una beca estatal y muchos fines de semana de estudio, sin amigos.
Resultado: Multitud de empresas se la rifaron. Un gran logro profesional, cuentas anuales impecables y millonarias; muchas envidias y cuchicheos a su espalda también.
Recompensa: Dúplex de trescientos metros cuadrados, chófer proporcionado por la empresa, brindis con champán al cerrar cada contrato…
Un mundo de fantasía que, al cerrar la puerta de su casa, se convierte en pesadilla. Una jaula de oro solitaria. Además, últimamente no se siente bien. Está cansada, estresada, harta de escalar por techos y paredes. No es tal superwoman. En la pantalla del ordenador los resultados del chequeo médico anual avisan claramente que tiene que detenerse: cáncer de útero con metástasis.
Como profesional se lo pensará antes de dar la noticia a la empresa. Como persona, no quiere luchar contra. Necesita respirar. Desprenderse de ese escudo. Solo es otra mujer trabajadora en un mundo que va demasiado deprisa.
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Tenemos mucho que avanzar para que la igualdad sea en verdad efectiva y en todos los ámbitos. Tu protagonista logró destacar pero con un sobreesfuerzo descomunal, basando toda su vida en el trabajo, como si no hubiese más cosas. Solo cuando la vida, a través de la salud, le envía un serio mensaje, es cuando se detiene un poco. En ese mundo demasiado rápido, competitivo e inhumano no está permitido el sosiego, el pensamiento, mirar dentro de sí mismo, disfrutar de los momentos sin correr un maratón constante y lleno de obstáculos. Tu protagonista no es esa superwoman que todos creen, nadie es súper, son las circunstancias las que obligan.
Un relato actual y creíble. Un abrazo y suerte, Esperanza
Es que hay veces que no se puede llegar a todo. Y cuando pasas los límites, sean techos o escaleras, algo se resiente.
Para bien o para mal, seguimos siendo personas. Y el organismo a veces es frágil, o no tan fuerte como nos pensamos. O nos hacen creer.
Gracias Ángel.
Suerte para tí también ♣
Vivir en una lucha constante para sobresalir, lograr metas que te convierten en la número uno, pero luego toca vivir la soledad de ser tan especial, hasta que la realidad te golpea y solo eres un ser humano con dolencias que surgen por no prestar atención lo que tu cuerpo dice a tiempo, luego será muy tarde. Excelente micro. Un abrazo Esperanza.
La vida es una jungla, y hay que luchar. Aunque a veces hay que dejar algunas batallas de la realidad a un lado. Porque si una no se para, te paran.
Gracias Moli.
Un abrazo 🙂
Romper el techo de cristal la ha vuelto a ella de cristal, y a tal punto, que le ha costado su mismísima salud… No obstante, esta profesional lo sigue siendo incluso ahora que su mismísima vida está en jaque, de otro modo, no se lo pensaría antes de dar la noticia a la empresa… En este escenario laboral en el que ella se mueve – y vaya si le ha costado fines de semana de estudios sin amigos estar ahí – lo único que parece valer son las cuentas anuales millonarias y los contratos cerrados…
Un micro duro el tuyo, Esperanza, sobre una realidad aún más dura: la de ser mujer en un ámbito hasta hace poco netamente masculino, con todos los pros, contras y consecuencias que a ella le acarrean…
Pese a su dureza, me gustó, y mucho.
Besotes😘😘😇😇
Es que a veces la vida laboral parece una jungla (y no de cristal como la peli de Bruce Willis). Y tienes que luchar con todas tus armas para estar ahí arriba. Aunque a veces ni todo el dinero del mundo compensa. Tantos pros y tantos contras te marean. El equilibrio sería lo ideal, casa perfecta, trabajo de éxito, familia maravillosa, problemas 0,… Pero eso solo pasa en las pelis. Y en algunos relatos.
Gracias Mariángeles. Besos ♣