30. Psique
L’amour est un oiseau rebelle.
Carmen, G. Bizet
Un gorrión entra en la cocina, chocando asustado contra puertas y cristales. Tras de sí, un rastro de polvo, plumas y objetos rotos. La niña, el alma de la casa, lo persigue por todas las estancias mientras los gritos de la madre remueven incluso los cimientos. Tropieza sin consideración con muebles y jarrones hasta que, en un ágil giro de muñeca, logra enredarle las alas con un retal de tela que encuentra sobre la mesa de costura. La fragilidad del pajarillo despierta al instante la ternura de la muchacha. «¿Puedo quedármelo?». Sabe de sobra por otras veces que sus progenitores no quieren animales. Para no resultar muy severo, el padre propone buscarle juntos un nombre antes de soltarlo. «Se llama Eros, papá», se apresura a responder ella. Y, nada más dejarlo ir, vuela tras él.
Tras el caos, el orden. No se entiende a Eros sin Psique, y viceversa. Ella bien lo sabía, a los padres les costará más aceptar el nido vacío.
No solo es un relato original, también es un homenaje a una leyenda que forma parte de la cultura occidental, con raíces mitológicas. Por si fuera poco, se adapta como un guante a la convocatoria, con un título clave, que no se desvela hasta el final, en combinación con las últimas líneas.
Un abrazo y suerte, Raúl