114. Puntos de vista
Al salir de la misión, el guerrero MBo me dice algo en su lengua, parecen muchas palabras o tal vez pocas pero largas. Al pasar Henríquez, que sabe todos los idiomas, le hago una seña para que venga y me ayude.
MBo repite, todo suena exactamente igual que antes. Henríquez va traduciendo:
-Dice que entiende el bello poema que ha leído el misionero. Esa mujer desprecia la vida y quiere morir. Dice que él también conoce cómo usar esas mismas palabras.
-Luego cuenta que su mujer acaba de morir al dar a luz y el niño también. Todo con grandes padecimientos. Él la acarició hasta el final mientras ella decía: muero y no sé por qué muero.
-Dice que él mismo quiso matar al curandero cuando vio los hierros que había usado en el parto, pero que otros de la aldea se lo impidieron: no lo hagas, te desterrarán o irás a la cárcel.
-Por lo visto, su mujer no ansiaba morirse, sino más bien ver crecer a sus hijos.
-Dice que él también siente como si unas fieras lo estuvieran devorando.
-Y nos muestra esa tela ensangrentada por si nosotros sabemos decirle dónde el alma está metida.
Me gusta la estructura que has elegido, Ignacio, la referencia al poema y la imagen final. Suerte.
Muy original, totalmente llevado a un contexto que perfectamente podría ser real. Me ha gustado mucho, por lo novedoso, al menos para mí.
Un saludo.
Me ha encantado, has usado una perspectiva sorprendente y novísima, y todo ello trabado a la perfección. Buenísimo, Ignacio.
Ignacio, coincido con los comentarios de los compañeros, original estructura y vision. Suerte y saludos
Dos mundos diferentes que conjugas en un personaje en el que subyace ese choque de culturas, y esa incomprensión tan bien descrita. Mucha suerte 🙂