(Q. U. 16) MAR INTERIOR
Castilla era ancha, ancha y larga, y mujer de armas tomar. Cuando se enfadaba, su voz atronaba no solo a la vecindad, sino a las llanuras de Castilla, de las dos. Como contrapunto, no había moza más risueña cuando las cosas le pintaban bien, que no era muy a menudo ni se sabía cuando podía ser. Además de ancha y larga era hermética. Cerrada, más bien. Cerrada a razonamientos y a embelecos. Mucha mujer decían los mozos. Era por eso que en la edad en que otras ya tienen hijos, ella ni novio tenía. Hasta que un amanecer, con el viento del este llegó Jams , joven, risueño y pescador y la pescó. Nadie sabe que tipo de anzuelo usó, pero desde entonces, solo come sardinas, y navega con las nubes blancas de primavera, y con las negras de verano, como en un barco pirata. En su casa nunca faltan flores y los perros que antes la temían la acompañan a lavar al río. Hasta hay poemas inspirados en ella como el que dice: “la primavera ha venido… Pero el que más famosa la ha hecho es “Campos de Castilla”, y eso que ella ya es más bien de mar.
Pues con qué la pescaría, eso digo yo también, que además la dejó de un manso total. Las sardinas tanto rato a mi me aburren, Antonia.
Un beso.
y de esto ya se ha enterado la señora «oficial» de Jams??, a ver si no le deja ir a más quedadas por ahí…
Qué bonito relato. Quedé encantada con la tal Castilla. Lindo. Felicidades!
Susana, habrá que preguntarle a Jams.
Respecto a comer, mejor variado, algo de marisco, gambas, pulpo, cigalas, a elegir.
Abrazo.
Miel, no sabía que la mujer de Juan estuviera en el ejército, pero yo que él vigilaría donde deja el arma 🙂
Abrazo.
Maria, gracias.Me alegro de que te gustara.Un abrazo.
Gracias Ana, me alegro de que te gustara. Besote.