(Q. U. 18) INCONSCIENCIA
“Ancha es Castilla”- le dijo su madre a Javier, cuando optó como casi siempre, por ignorar sus consejos, y una vez más, se saltó a la torera todas las normas de la casa.
El joven, acostumbrado a conseguir por encima de todo sus propósitos, se olvidó de las órdenes que le habían impuesto.
Aunque sabía que debía llegar a casa antes de las tres de la mañana y por supuesto sobrio, se olvidó de los ruegos de su preocupada madre, que cada noche de salida, era incapaz de conciliar el sueño. Y de nuevo, llegó bebido.
Parecía haberse olvidado de la multa de 300 euros que la Policía Municipal le había impuesto la semana anterior, del tremendo susto que había dado a sus padres un mes antes, cuando les comunicaron que estaba ingresado en el hospital a causa de un coma etílico, y de la advertencia médica de que tenía tocado su hígado, y que si continuaba por esos derroteros, acabaría sufriendo cirrosis hepática.
La madre encerraba en ese dicho popular: “Ancha es Castilla”, toda su impotencia y rabia, mientras esperaba sin esperanza, que alguna vez se impusiera la cordura en el comportamiento de su querido hijo.
A las diez en casa, ea, y ya verás cómo no le da tiempo.
Un abrazo, Gloria.
Ojalá lo hiciera así. Aunque creo que nuestro protagonista sería capaz de beber hasta en el desayuno. Muchas gracias
Menos mal que el refranero popular y demás expresiones nos dan idea de que no somos las únicas madres sufridoras. Saludos
Si, bueno, es una manera de consolarse, sabiendo que otros muchos sufren esa misma o parecida situación. No hay mal que cien años dure y algún día crecerán. Besos. Gloria
Gloria, qué triste relato. De verdad, así somos las madres. ¿Cómo dormir si el hijo no vuelve? Lindo. Lo único es que no me ha quedado claro el significado del dicho que da título al concurso, en ese contexto. Te ruego que si puedes, me lo comentes. Gracias y felicidades!
Me refiero a que son tantas las veces que sufre la madre que no puede ni contarse. Son infinitas como la longitud de Castilla. Espero que cada vez menos progenitores sufran esta situación. Yo afortunadamente no estoy entre ellos. Para el que lo esté, ánimo algún día reflexionarán. Besos. Gloria