12 ¡Qué a gusto me he quedado!
Cuando nací, Pepito Grillo ya se había instalado en mi cerebro y desde el principio guio mis pasos hacia el camino correcto: obediente, responsable, sin salirme ni un ápice de las normas establecidas, un ejemplo de alumna, de hija, de amiga, de compañera de trabajo…
Estoy a punto de jubilarme y si hago una retrospectiva, la verdad es que ni tan mal, si la felicidad son instantes, sinceramente creo que yo he tenido una muy buena cantidad de ellos.
Hoy me han invitado a una boda, podría haber dado una excusa, pero…. esta vez voy a salirme de la senda para coger un atajo, no me apetece y punto.
Creo que fue Aristóteles quien dijo que fatiga menos caminar sobre terreno accidentado que sobre terreno llano, es el momento de probar suerte y olvidar los “compromisos”.
En la modernísima invitación digital había un formulario con toda clase de preguntas y la primera era la confirmación de asistencia, puse que no y me ahorré el resto del cuestionario y de paso los gastos de semejante bodorrio.
Escoger el sí o el no sin vericuetos, sin explicaciones ni excusas…acabo de encontrar mi ruta perfecta, será divertido sortear los baches.
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Una persona tan recta e intachable tiene derecho, de motu propio y al final de su vida, a tomar las decisiones que crea conveniente, a experimentar el libre albedrío frente a la tutela constante. Seguro que sus conocidos se asombran, puede que hasta ella misma, pero seguro también de que será para bien, sus sensaciones ya se lo van avanzando. Un mundo con otra perspectiva se abre ante ella.
Un abrazo y suerte, Ana
Me he imaginado a mi protagonista levantando los hombros en señal de me da igual y levantando la cabeza para emprender su nueva ruta con más seguridad que nunca, la sorpresa sólo le duró un instante.
Gracias por comentar.
El paso del tiempo y kla experiencia elimina dudas y da seguridad para tomar muchas decisiones y el camino que más correcto nos parece y sobretodo, aquel en el que perdemos menos tiempo y que menos nos apetece. UN saludo, suerte
Tienes toda la razón, llega un punto en la vida que empieza a pesar más tu santa voluntad que el capricho de meros compromisos.
Gracias por detenerte a comentar.
Un saludo.