31. Rara atmósfera
Circunspecto, atusando el bigote, con la oreja pegada a la radio, el señor de la tienda de sombreros parecía de cera; para nada había escuchado los vítores que en la calle ancha se prodigaban al hombre, que altivo enarbolaba la mano desde una tarima ridícula. La oreja había permanecido atada a la radio, como si fuese la prolongación de la misma, y es que hay veces que las personas se mimetizan de tal forma que una no sabría distinguir una cosa de la otra.
De modo que toda una amalgama de sonidos y voces se podían escuchar. Era fácil poder intuir que él se encontraría ahí dentro, junto a ese mundo tan misterioso y real, por el modo en que reaccionaba cada vez que la oreja se fundía junto al aparato, como una loncha de queso cuando viaja en el microondas.
Voces con noticias de esto y aquello, sonidos relevantes que hacían trotar hasta los caballos, y el caballero de cera envuelto en ese humo misterioso, en ese otro lado.
Hola Juan, también me alegro de veras de volverte a leer, y sobre todo con tus gratificantes comentarios a lo que escribo.
Gracias y un beso.
María, misterio y realidad de la mano en tu original cuento, bien ambientado y escrito. Suerte y saludos
Gracia Cala, muy amable.
Un abrazo inmenso.
Buen año, María. Que buen relato, me encanta el «como una loncha de queso cuando viaja en el microondas». y el remate «en ese otro lado», en el que dejamos dormitar el espíritu.
Abrazos.
Buen año para ti también, María. Me alegra que te haya gustado el relato.
Abrazos y besos.
Un cuento muy agradable, que deja un buen sabor de boca y dispara la imaginación .
Saludos cordiales.
Gracias María me satisface que lo veas así.
Saludos cordiales.
Un historia bien ambientada que puesto a volar mi imaginación a tiempos pretéritos.
Muchas gracias Ezequiel.
Un abrazo.
Hay expresiones que me parecen realmente acertadas y la atmósfera general tanto del relato, como de la historia, disparan tu imaginación. Mucha suerte 🙂
Qué importante es poder evadirse en algunos momentos, María. Muy buen retrato de uno de ellos. Te deseo mucha suerte.
Hola, María.
Un micro cargado de datos para retrotaraernos en el tiempo.
Un abrazo y suerte.