72. REALISMO Virtudes Torres
Mojó el pincel en la mezcla color carne y dio las últimas pinceladas. Miró a la modelo que parecía cansada y decidió terminar la sesión.
Ella tomó su ropa con desgana y se vistió ajena a la mirada del pintor.
Una vez a solas, éste siguió admirando con pasión su obra.
Tomó una silla y se sentó frente al cuadro. La noche empezaba a caer. La oscuridad tapaba los rincones de la estancia. Una luna llena se colaba espléndida por la ventana.
Acercó su obra a la luz de la luna, que parecía empeñada en besar a la imagen del cuadro.
Así pasaron los minutos, quizás las horas, hasta que unas caricias le despertaron.
La muchacha había vuelto y besaba sus labios. La atrajo hacia sí y la pasión se desbordó en manantiales.
Gozoso, cerró los ojos para seguir paladeando el momento. Al abrirlos descubrió la soledad de su cama.
La luna seguía iluminando la estancia. La imagen ocupaba el lienzo.
En su cara latían los besos y sus labios aún conservaban el olor a óleo carmín.
¡La Luna, ay la Luna…! Incluso hace perder la cabeza. Porque a mí me ha quedado una ligera duda de si verdaderamente el pintor vivió lo deseado o simplemente lo ha soñado. Me ha dejado un regusto a óleo carmín. 🙂
Querida Edita, creo que te voy a dejar con la duda.
Ponle tú el final que desees. El que más te guste.
Abrazos.
Virtudes, preciosa historia la que cuentas del pintor y su obra. Según lo he leido, me ha parecido un sueño, pero ese Realismo del titulo deja la duda…Tras una segunda lectura, no sé si me equivoco, creo que te refieres a que el cuadro esta tan bien pintado que es realismo puro, tanto que el mismo pintor se cree besar a la chica, cuando lo que en realidad besa es la pintura aún fresca, de ahí el regusto a oleo carmín.
Un beso
¡Ay Juán! Tu si que sin saberlo has llegado hasta mis recuerdos más recónditos, al llamarme hechicera.
Hace muchos años yo pertenecía a un grupo de teatro- Hicimos en una ocasión unos Pasos y de uno de ellos «La hechicera» yo fui la prota.
En cuanto a la película que me nombras sin duda tengo que haberla visto. Pero ahora no la recuerdo.
Mi buenaventura y mil gracias de saberte por aquí.
Gracias Ana. Me alegro de que te guste.
Un beso para tí guapa.
Blanca, dejo a tu elección el desenlace del relato. De lo que no hay duda es de que mi pintor está totalmente enamorado de su modelo y de su obra.
Lo demás… a gusto del consumidor.
Besos.
Virtudes, me gusta tu relato por lo mágico. Esa pasión que la luna con su influjo hace posible. Un beso
Bonitas palabras Concha. Gracias por tu visita. Besos.
Virtudes, mi mente ha tomado dos caminos, uno es que el influjo de la luna ha hecho real la pintura, y otro que el pintor, embelesado con el realismo de su obra, yace con ella, jajaja. Ambas posibilidades me han encantado. Abrazos y suerte.
Salvador ambas posibilidades son preciosas. No descarto ninguna.
Gracias por tu comentario. Un abrazo.
Precioso relato Virtudes. El pintor enamorado de su obra, la luna que le incita a poseer la, la ausencia de la modelo desganada; Todo hace que en sueños quiera conquistar su cuadro y un aroma a oleo quede prendido en sus labios.
un beso.
Ni quito ni pongo una coma. Todo lo has resumido en unas lineas.
Gracias Mª Belén por tus palabras. Un abrazo.
Virtudes, donde llega la luna y la imaginacion lo embellecen todo. Suerte y saludos
Sobre todo si es una luna tan inmensa como la de hace unos días.
¡Qué preciosidad!. Un abrazo.
Espléndido, la magia y el arte de la pintura, la pureza femenina y el amor masculino todo en uno. Me ha encantado, Virtudes.
Me alegro de haber conseguido dar ese toque de magia a mi relato.
Y si esto gusta, me doy por satisfecha. 🙂
Saludos.
Sin duda las noches de luna llena son mágicas y tu relato nos recuerda que todo puede ocurrir cuando se desea mucho. Aunque sea con ayuda de la luna.
Me ha gustado mucho, Virtudes.
Las noches de luna llena, con tanta claridad, invitan a pedir deseos o a soñar que se cumplen.
Gracias por tu comentario Patricia.
Un beso.
Preciosa la recreación de una noche mágica. Tan colorista como el cuadro que nos dejas imaginar. ¡Felicidades!
Bien dibujado Esther. Nosotros tenemos imaginación, eso sí que no nos falta.
Un abrazo.
Dos imágenes de la modelo: una cansada de su trabajo y una convertida en sueño apasionante. Siempre la luna.
¡Cuánto inspira la luna!
Y no siempre bueno, aunque en este caso sí.
Este debe ser un pintor realmente virtuoso. he visto obras en la que la imagen parece que quiere salir del cuadro y fundirse con la realidad. Eso pasa en este relato en la que esta pintura seduce al artista, cosa que no hace la modelo. Muy buen relato Virtudes, ¡suerte!
Saludos.
Este pintor además de pinceles y oleos, pinta con el corazón. Y encima la luna le echa una mano.
Gracias Beto por comentar. Saludos.
Mágica ambiguedad la que destila tu historia. Tan bien llevada y tan redonda que vuelves a leerlo para buscar matices y cada vez encuentras de nuevos. Me parece un acierto dejar la conclusión final al lector. Mucha suerte 🙂
Gracias por tus bonitas palabras Juan Antonio.
Me gusta que cada cual le de el final que más le apetezca.
Abrazos.