33. Recuerdos
Día 548
Querido diario:
Desde hace ya un año y medio, tal y como me aconsejaron después de diagnosticarme esta enfermedad, uso tus páginas para escribir mis recuerdos, esos que poco a poco iré olvidando de mi memoria, entre ellos él que hoy he recordado al ver a mi nieto montado en bicicleta.
Aquel día fue uno de los más felices de mi vida, mi padre regresaba tras varios años trabajando en el exterior. Mi madre nos vistió con la ropa de los domingos para ir a recibirlo a la estación de tren.
Tras varios minutos de retraso, el tren realizó su parada en el andén. De él bajaron los pasajeros con sus maletas de maderas, entre ellos mi padre, que bajaba con lo que intuíamos que podía ser una bicicleta.
Aún esta enfermedad no me ha hecho olvidar como aquella «bici» nos acompañó durante los años más felices de nuestra infancia para después quedar olvidada en uno de los rincones del desván de casa.
Me despido querido diario, pensado que quizás mañana este recuerdo lo haya olvidado y solo volviendo a leer estas líneas me haga creer que en algún momento lo llegue a vivir.
Muy bonito relato Nicolas.
Muchas gracias Gema por pasarte a leerlo y dejar tu comentario… Un saludo.
Enternecedor.
Muchas gracias por pasar a leerlo y comentarlo… Un saludo.
¡Esa enfermedad…!
Bonito relato lleno de ternura y tristeza.
Muchas gracias Virtudes, me alegro que dentro de la tristeza te haya gustado…
Un abrazo.
Una enfermedad que barre todo recuerdo, una lucha por escribirlo y conservarlo entre esas lineas.
Buen relato lleno de tristeza y memoria … quizás lograda.
Hola María Belén.
Muchas gracias por pasarte a leerlo y dejar tu opinión, aunque este no es mi estilo, quería escribir algo más emotivo y lleno de sentimientos… Aunque no se si lo habré llegado a lograr…
Un abrazo.
Me quedo sobre todo con la imagen del padre bajando la bici y la ilusión que uno imagina en los niños. Una bici era algo espectacular en otros tiempos.
Abrazos
Buenos días.
Muchas gracias Javier por pasar a leer y comentar el relato, la verdad que me hubiera gustado describir mejor esa escena, pero el límite es el límite y de algún lado había que recortar, XD XD…
Un saludo.
Enhorabuena Nicolás. Un relato cargado de fuerza, emotividad y nostalgia. Me gusta cómo describes la forma según la cual resulta posible llegar a convivir con esa terrible enfermedad.
Te deseo suerte.
Buenas tardes Ton Pedraz:
Muchas gracias por pasarte a leer el relato y dejar tu comentario.
Un abrazo.
Bonito relato, lleno de ternura. Qué triste enfermedad que te borra los recuerdos y te va apagando la vida.
Un abrazo
Buenas tardes:
Muchas gracias Blanca por usar parte de tu tiempo en leer y comentar el relato. Esta vez he querido cambiar de estilo e intentar hacer algo con más sentimiento, que no se si he podido conseguirlo…
Un abrazo para ti también.
Buenas tardes
Muchas gracias Ana, por pasar a leer y dejar tu opinión del relato… Saludos.
Una cruel enfermedad y un método bastante eficaz para revatirla. Ojalá consiga mantener vivos la mayor parte de los recuerdos en ese diario.
Mucha suerte con este relato tan tierno Nicolás.
Buenas tardes
Muchas gracias por pasarte a leerlo… Me alegro que te haya gustado…
Un abrazo.
Madre mía qué final más bueno y yo creyendo que había alguna incongruencia… Qué va qué buena idea.
Muchas gracias Lorenzo por pasarte a leer y comentar el relato. Pues no hubiera sido raro que hubiera habido alguna incongruencia, conociéndome… 😛 😛
Un abrazo.
Un texto muy conseguido en formato diario. Es un tema interesante, ¿realmente le será útil? Por lo demás un relato triste por un enfermedad terrible.
Buenas tardes
Muchas gracias Javier Ximens por pasar a leer y comentar el relato, muy buena tu pregunta…
Un saludo.
Precioso relato Nicolás y malvada enfermedad que va borrando los recuerdos uno a uno hasta dejar la memoria vacía y a la persona desamparada :'(
Solo la lectura de ese diario le acercará a aquello que estaba en sus recuerdos y que su enfermedad le ha hecho olvidar cruelmente.
Me ha encantado 🙂
Un abrazo.
Madre Sabina, leí tu comentario pero lo he ido dejando, dejando y se me había olvidado contestar… Muchas gracias por pasarte a leerlo y comentarlo… Me ha gustado mucho tu comentario, es lo que pretendía reflejar al escribirlo…
Un abrazo…
NICOLÁS, en ese formato tan personal cuentas la dureza de la vida, bien conseguido. Suerte y saludos
Muchas gracias por tus palabras Calamanda…
Un saludo