83. Recuerdos (Marian Ramos)
Observo sus dedos, ennegrecidos de tanto doblar, desdoblar, planchar y volver a doblar la hoja de periódico.
‒ Yo sé hacer muy bien pajaritas de papel. Me ha enseñado mi mamá. Las hacemos en cartulina, de todos los colores. Mis favoritas son las amarillas. ¿Quieres que te enseñe? Es muy fácil.
A su alrededor, varios papeles arrugados desmienten su destreza. El sol de la tarde arranca pequeños destellos de su pelo rubio platino y mira por la ventana, ceñuda:
‒ Ya es muy tarde, me tendría que ir a casa. Seguro que mis papás están preocupados. Me van a regañar si llego cuando esté oscuro. Se van a preocupar y me van a regañar, mis papás ‒ repite, retorciendo ansiosa la hoja de periódico.
‒ No te preocupes, yo les aviso, seguro que lo entienden cuanto les diga que aquí tienes tu cena favorita ‒ la tranquilizo, mientras muerdo y trago la palabra “mamá”. ¿Cómo dirigirme así a ella sin derrumbar su pequeño universo?
Me mira suspicaz, sin saber quién soy. Hace tiempo que el olvido me borró de su mente, como la imagen de una foto abandonada al sol.
Bienvenida, Marian, a este sitio de recreo, espero que te sientas tan a gusto por aquí como el resto de participantes. Una cosa: cuando publiques, comprueba que se puede comentar el relato. Si ves que no, tica en «edición rápida» y «permitir comentarios». Lo normal es que permita desde la primera edición, pero a veces no. Y antes de que termine el plazo puedes también modificar el texto si lo deseas.
Lo dicho, bienvenida ¡y mucha suerte!
Una niña trata de sobrevivir en su mundo, marcado por sus propias limitaciones, en apariencia bajo la atenta mirada de su madre, a la que no reconoce. Temo equivocarme, pero creo que se plantean dos posibles argumentos. Por un lado, se trataría de una pequeña con algún tipo de discapacidad que hace que no reconozca a su madre. También podría tratarse de una huérfana que no termina de asumir su condición, al cuidado de personas que no son sus padres. De lo que estoy seguro es de que la intensidad del relato engancha y no suelta al lector, con una narración sutil y efectiva, que destila una tristeza propia de la impotencia ante una situación que no tiene remedio..
Sabía que te pasarías por aquí, por suerte para todos, porque podremos leerte. ENTC acaba de hacer otro buen fichaje.
Un abrazo y suerte, Marian
Muchas gracias por vuestro recibimiento y vuestros comentarios. Es un placer estar aquí. Y aún más pacer leer vuestros micros. 🙂
Un relato intenso en la ternura que desprenden los dos personajes. Amables palabras que cuentan la crudeza de esa maldita enfermedad del olvido.
Un saludo, Marian. Bienvenida.
Hola, Marian!!
Qué bueno verte y leerte también por aquí…
Me encanta tu relato y espero que tengas suerte.
Nos leemos.
Besos!
Bienvenida preciosa Marian. 🙂
Un relato tan tierno como tú. Suerte con él.
Besosss
Buena historia sobre el olvido, terrible enfermedad a la que has dado un toque muy personal y tierno.
Bienvenida a esta página, Mariam.
Tan tierna como emotiva, Marian, tu historia se pega a los ojos, y se adentra desde ellos hasta llegar a donde duelen los relatos. Me gusta tu historia.
Un beso y suerte.
Gran relato que toca y remueve sentimientos. Bonito y casi poético, me ha gustado. Bienvenida a esta página, suerte Marian, besos.