98. Recuerdos encerrados
Del salón en el ángulo oscuro veíase… La Radio. Disculpe, Sr. Bécquer, por apropiarme de su famoso verso. En efecto, el enorme aparato me observa desde su privilegiada posición, hierático y majestuoso. Sin embargo, está ya cansado, avejentado.
Siendo niña, me devanaba los sesos intentando comprender cómo podían salir voces y música de ese mágico trasto. “Los Porreta” marcaban el final de mi desayuno; “el Ángelus” anunciaba que eran las 12 en punto. Llegadas las dos de la tarde, el silencio se hacía para escuchar las Noticias –para mi padre: “el Parte”-. Esperaba la llegada de la noche, ansiosa, pues el capítulo de la novela me hacía vivir sensaciones maravillosas, aunque, al finalizar, no me dejasen saber nunca quién era el asesino…
Ahora, Mi Querida Amiga, duermes la noche de los tiempos. No quiero perturbar tu sueño, pero no puedo evitar preguntarte: ¿sigues guardando mis recuerdos y vivencias de juventud dentro de ti, como me habías prometido que harías, antes de enmudecer para siempre?
Muy bueno María José, ¡qué recuerdos…!
Mucha suerte
Gracias, José. Muchos de mi generación han vivido experiencias similares, en relación a la Radio, que han marcado su vida. En mi caso,
sirvió para valorarla aún más.
La nostalgia es el denominador común del tema bimestral. Y tú lo has plasmado con mucho rigor.
Ha sido una delicia leerte, María José
Gracias, María Jesús. Una parte fundamental de todos nosotros son los recuerdos. Cuando son agradables nos provocan una sonrisa, aunque estemos tristes y la radio tiene mucho de bálsamo reconfortante.
Bonito final tiene tu relato, me ha gustado mucho ese giro. Felicidades y suerte.
Besicos muchos.
Muchas gracias, Nani. Para mí la radio no es un objeto, a través de que se transmite una señal sonora. Es algo vivo. Ha estado siempre presente en mi vida y sigue reinando en ella, a pesar de la lucha diaria con la poderosa atracción de la televisión…
Hola, María José.
Pues yo podría ser esa misma niña-protagonista porque me pasaba igual que a ella.
Una bonita forma de homenajear a la radio.
Un abrazo muy grande y suertísima.
Aquellos desayunos escuchando a los Porretas … Viva la radio. Enhorabuena, autora.
Gracias, Rafa. Si al acabar Los Porreta, yo no había acabado el desayuno, me caía una buena bronca…¡como para no olvidarlo!
Muy chulo María José, a mí tb me trae muchos recuerdos de infancia y de mi padre pegado siempre a ella..Enhorabuena y mucha suerte!! Un beso, Isabel
Muchas gracias, Isabel. Los buenos recuerdos de la infancia están muchas veces asociados a un sencillo transistor. ¡La de veces que nos ha hecho soñar! Un besazo para tí, también.
Enhorabuena María José!! Excelente relato que en pocas líneas nos traslada, a cada uno de nosotros, a nuestras propias vivencias. Yo recuerdo los momentos en en que me ponía la radio para dormir…. pero no era más que un engaño; me enganchaba de tal forma que muchas noches han sido las que he pasado acompañada de voces a las que intentaba poner cara, e historias ajenas que se convertían en cercanas. Comparto contigo ese maravilloso recuerdo de la radio…. que para mí, sigue siendo presente.
Gracias, Natalia. Me hace feliz ver que compartes las mismas vivencias que yo. Eso une más a las personas, querida amiga.
Me ha gustado mucho tu relato, María José. Me he visto también reflejado en lo que cuentas con tanto acierto. Felicidades y mucha suerte.
Te agradezco Jesús tus palabras de ánimo. Yo también te deseo la misma suerte. Un abrazo.
Como si llevase puestas unas gafas de realidad virtual proyectando mis recuerdos de la radio. Es tan detallado y auténtico como una película de antaño. Tus recuerdos son los mios al leerte.
Magnífico María José, te considero merecedora de ser la ganadora.
Felicidades!
Me halagas, Celso, pero no creo que tenga méritos suficientes para ello. Son muchos y muy buenos los microrrelatos que aquí participan. De todos modos, muchas gracias. Besos.
Evocadora reflexión de otros tiempos, de nuestra niñez y del gran valor de ese medio de comunicación que aún sigue aportando compañía a tanta gente.
Muy grata lectura.
Claro y conciso María José.
Tu relato me retrotrae a mi infancia, mi abuelo Ramón con sus radios antiguas y mi imaginación y la fantasía hacían el resto en aquellos interminables días de lluvia en Santiago de Compostela. Gracias
Gracias a ti, Geni. Cuando el mal tiempo nos intenta amargar el día, ahí tenemos a la radio, amiga compañera. Yo recuerdo, además, aquellos apagones de la infancia, en los que el transistor a pilas nos mantenía unidos alrededor de las velas.
Un besazo, amiga.
Me haces recordar las tardes escuchando los maravillosos programas de radio, musica, tertulias … Las telenovelas que escuchaban los mayores. Muchos recuerdos … Gracias
Me alegro de que te traiga recuerdos tan bonitos a tu mente, con mis sencillas palabras. Acabar el día con una sonrisa en los labios, es la mayor recompensa. Un fuerte abrazo, Charo.
Bonito homenaje a esa compañera de viajes, en mi caso. Sin radio el coche no sería lo mismo, pero el aparato radio de casa ya tiene los días contados… Muy bien!
Muchas gracias, Cristina. No alejes nunca la radio de tu vida, porque no hay nada como ella para acompañarte en el camino. Un fuerte abrazo.
Te confieso que más que un relato me ha parecido una revisitación de la infancia, en la que se desgranan una serie de recuerdos ligados a la radio. En cualquier caso, es un bonito homenaje a la radio. Besos y suerte.
Muchas gracias, Ana. Me encanta que te haya evocado los buenos momentos de tu infancia. Mi intención era, al escribir el micro, precisamente eso, despertar recuerdos dormidos. Un abrazo muy fuerte.
El relato me ha recordado aquel tiempo ya tan lejano en el que la radio formaba parte inseparable de nuestras vidas…Aquellas tardes de verano… en las que mi madre oía la radionovela y nos decía»quietos ahí mientras se seca el suelo…» y a mi padre con el fútbol…Un relato que me ha refrescado numerosos recuerdos …
Gracias, Miguel. Son muchas y muy diferentes las vivencias de cada familia, pero un denominador común a todas son los recuerdos asociados a la radio, en su mayoría positivos. Un beso.
María José, un repaso fantastico a la programacion radiofonica de otra epoca. Suerte y saludos
Gracias, Calamanda. No he necesitado documentarme: hay recuerdos que no se olvidan nunca y más cuando van asociados a hechos cotidianos, como el desayuno… Un abrazo.
En algún lugar de esa vieja maquinaria, que hace tiempo dejó de ser el eco de muchas voces, han quedado almacenadas las vibraciones de tantos buenos programas que, si nos marcaron la infancia de una forma tan grata, fue por algún motivo, que sin duda tiene relación con la calidad. Lo que fuimos y nuestras vivencias siguen siendo parte integrante de lo que ahora somos. La radio fue importante y aún lo sigue siendo, aunque ya no pueda escucharse la entrañable Saga de los Porretas.
Un saludo y suerte
Muchas gracias, Ángel. Has captado muy bien lo que pretendía transmitir. Un abrazo y suerte para ti, también.
Gracias por compartir con nosotros, María José, esos retales de infancia que adornan, casi a diario, nuestros pensamientos más sentidos. Yo, que no he crecido con la radio, me desplazo diariamente con ella y he de reconocer que tu pequeño relato ha abierto mi caja fuerte donde, sin pretenderlo, descansa el deseo de haber podido compartir aquellos momentos de tertulia familiar. ¡Suerte y a seguir deleitándonos con tus escritos!
Muchas gracias, Pilar. Mi intención era, precisamente, hacer que algunos lectores se reconocieran en mis recuerdos, que sintieran, a través de esas sencillas palabras, los suyos propios, con la esperanza de arrancarles una sonrisa, al menos. Un fuerte abrazo.
Un relato magnífico, María José. Me ha hecho recordar la saga de los Porretas, ja ja ja, y lo estupendos que eran los antiguos aparatos de radio. Genial. Maravilloso marco para un recuerdo colectivo. ¡¡Enhorabuena!!
Muchísimas gracias, Maite. Me sonrojas. Me alegro mucho de haber sabido tocar tu vena sensible. Un fuerte abrazo.
Me encanta!!! No dejes de contar historias. Suerte
Muchas gracias, Esther. Agradezco tu apoyo. Un abrazo muy fuerte.
Yo,que ya crecí con la TV tambien me he preguntado cómo era posible retransmitir desde una caja imagenes y sonidos.
En mi vida soy fan de la radio y de la musica pq como tu bien describes;sirve de gran compañía oír la voz de otra gente y te permite hacer muchas actividades(sin tener q estar sentado delante de la pantalla)
Me alegro q hayas podido experimentar esas sensaciones maravillosas con las novelas;lo importante es mirar atrás y sonreír!!!
MUCHA SUERTE!!! UN BESAZO!!
Gracias, Eva. Te agradezco que compartas conmigo tu visión del papel de la radio y de la televisión, en tu ámbito personal. Un fuerte abrazo.
«El parte» de tu padre también es el de mi abuela, y «los porretas» del final de tu almuerzo eran el comienzo de mis días de vacaciones. Parece que la radio está tan unida a tus recuerdos como a los míos, y ya no sé si darte las gracias a ti o la radio. Quizás a las dos. Felicidades
Las gracias te las doy yo a ti, Patricia, de mi parte y de la de Mi Querida Radio. Somos muchos los que hemos crecido con la Radio y podemos presumir de ello. Un fuerte abrazo.