75. REENCUENTRO (Alicia Alguacil Agudo)
Era un ritual de verano, cada año y en la primera semana de vacaciones teníamos que visitar a una prima de mi madre que vivía en lo alto de la loma, en una gran casa ya destartalada por el tiempo, pero en la que se divisaba toda la bahía.
A pesar de haber ido a esa casa montones de años, jamás me había fijado en esas fotografías que cubrían toda la pared del salón. Algunas con marcos de plata, otras con marcos dorados, todas colocadas simétricamente. Pero se podía apreciar la mella del tiempo en muchas de ellas por su color amarillento.
Esa tarde, tía Lourdes, como yo la llamaba, nos contó la historia del retrato más grande de la sala, era la bisabuela tanto de mi madre como de ella, decía que con los años, yo iba pareciéndome más a ella. ¡Son igualitas! Le decía sonriendo a mi madre, y además tienen las mismas manías, creo que es su reencarnación.
Hice una foto con el móvil y la verdad parecíamos como dos gotas de aguas. Esa noche tuve sueños raros. ¿Será verdad lo de la reencarnación?