42. Reencuentro inesperado (Blanca Oteiza)
Desde el mirador de los pinos puede verse el humo que se mezcla con las nubes que decoran el cielo. Se ha detenido a contemplar lo que en unas horas será su nuevo hogar. Atrás quedó la ciudad, los tacones y los trajes de ejecutiva. Lleva meses dando escusas a su amiga que hace años rompió con su vida entre asfalto y rascacielos y comenzó una nueva entre frutales y huertas. El aire golpea su rostro y sigue camino en el coche.
En la pequeña aldea se afanan por apagar las llaman que devoran el paisaje cercano a las viviendas. No quiere ver reducidos a cenizas los esfuerzos de sus últimos años, desde que abandonara las prisas del tráfico y en las aceras por llegar a los sitios antes que nadie. La naturaleza no entiende de carreras, el tiempo pasa a merced de las estaciones. En el campo encontró la paz que añoró en su etapa de juventud rodeada de ruido. El viento azuza con fuerza avivando el fuego, se prevé una noche larga.
Un coche se aproxima por la carretera esquivando los camiones de bomberos, no es el recibimiento que había imaginado pero juntas reconstruirán de nuevo un hogar.
Hermosos y esperanzado relato el que nos traes y donde, además, nos muestras una de las peores lacras que sufren en el campo de modo habitual. Y pensar que la mayoría de los incendios son provocados. Ya lo sea por personas trastornadas, por intereses económicos, por venganzas o negligencias se tardan años en lograr que los montes afectados recuperen su estado anterior. Meno mal que hay mucha gente dispuesta a colaborar, como tus protagonistas. Saludos y suerte.
Gracias Jesús,
Los incendios son la lacra de los veranos en el campo, como dices, no entiendo esas mentes que crean la desolación de un paisaje quemado.
Un abrazo
El contraste entre el campo y la ciudad, esas llamas que pueden convertir el edén en infierno, y una vuelta a una forma de vida más sosegada; también, tal vez, sensata. Estas amigas, que se encuentran en la encrucijada de un incendio, nunca olvidarán ese reencuentro.
Un abrazo, Blanca. Suerte
Gracias Ángel,
Sí, dos entornos totalmente distintos, la gran ciudad y el mundo rural. Dos amigas que se separan por un tiempo aunque siguen en contacto y terminan volviendose a unir en el campo con el inesperado fuego. Pero estan juntas y comenzaran de nuevo.
Un abrazo fuerte
Me gusta el tono del relato y el contraste entre el campo y la ciudad.
Gracias Lorenzo.
He querido reflejar ese contraste entre los dos mundos, ciudad y campo, pues la vida es muy diferente.
Un abrazo
Qué dicha poder empezar de nuevo… aunque sea barriendo cenizas, pero con esperanza en el corazón. Me gustó mucho, Blanca. Felicidades!
Gracias María.
Siempre es mejor empezar acompañado que solo. Ellas tienen una solida amistad.
Un abrazo
Un final esperanzador para una historia donde se comparan dos clases de vida muy distintas.
Un abrazo y suerte
Gracias Rosy, me alegro que te guste. El campo y la ciudad, dos formas muy diferentes de vivir.
Un abrazo
Dos modos de vida y el factor del fuego, que sin distinción lo arrasa todo, salvo la amistad.
bonita parábola
Gracias Maria Jesús,
La amistad, cuando es buena, puede con todos los contratiempos que se pongan por delante.
Un abrazo
La vorágine de la ciudad en contraste con el sosiego del campo. Un maldito fuego que arrasa naturaleza y enseres, pero que fortalecerá más si cabe una amistad. Muy bueno, Blanca. Abrazos.
Gracias Salvador,
La amistad dura y se mantendrá a pesar del fuego. Dos vidas muy diferentes la de ciudad y la de campo. Finalmente gana la vida campestre, aunque no contaban con el fuego que les va a hacer comenzar de nuevo.
Un abrazo
Contraste en tu relato. Las prisas y agobios de la ciudad y la sosegada vida en el campo. Una huida que se encuentra con esa lacra de los incendios intencionados y con su amiga del alma, para luchar de nuevo juntas lejos de su pasado.
Bien traído el tema y las escenas. Una historia que solo la empaña la llama. Lo demás un toque de poesía.
Un beso grande Blanca.
Muchas gracias Maria Belén, siempre bienvenidas tus palabras.
Un beso grande.
Vivir una nueva vida en el campo y dejar atrás la ciudad con sus prisas y su locura, es una idea que a muchos nos ronda la cabeza. Tu protagonista ha dado el paso definitivo y ya nada le hará cambiar de opinión. Me ha gustado mucho el tono con el que has narrado la historia. Un saludo, Blanca.
Muchas gracias Inma por tus palabras. A veces en la vida hay que tomar decisiones, aunque muchas vece nos acomodamos y no nos atrevemos a dar el paso definitivo para cambiar nuestra forma de vida.
Un saludo
Blanca , es entrañable la esperanza que emana de tu historia. Suerte y saludos
Gracias Calamanda
Un beso
Muy bien traídos el contraste entre la vida en el campo y la vida en la ciudad. La dureza del fuego que todo lo destruye. Y la esperanza de que estas mujeres lucharán juntas para conseguir salir adelante. Mucha suerte, Blanca.
Muchas gracias Patricia.
La amistad y la entereza de las mujeres sale adelante aún desde las cenizas.
Un abrazo