96. REFUGIA-2
Malherida, Paloma cayó en picado hasta el fondo de una botella de ginebra. Dos taburetes más allá, Juan también buscaba refugio en la autocompasión. Inútilmente, pues el frío que desde hacía un tiempo le mordía el alma todavía persistía.
Paloma empezó a juguetear con la cordura y con su anillo de bodas. Nueve quilates de oro blanco engarzados con nueve años de mentiras recién descubiertas rodaron por la barra del bar. Juan levantó la cabeza de su conmiseración y vio venir la alianza y la frágil mirada de la mujer que la seguía. Recogió ambas con ternura y se las devolvió, a cambio de una sonrisa que le abrigó el corazón.
Al roce de sus manos le siguieron unos besos torpes y apresurados. Y luego otros un tanto mejor. Y así, mientras sus labios devenían cada vez más expertos, guarecidos el uno en el otro, la noche se tornó alba y hallaron resguardo por fin.
Una pareja exiliada de su propia relación, que busca refugio en un elemento tan inestable como el líquido alcohol, que bajo su apariencia seductora sólo esconde perdición. La noticia de un comportamiento impropio ha quebrado la complicidad. Todo parece venirse abajo, pero bajo los escombros late algo que no ha muerto pese a las vicisitudes. El perdón y ese impulso poco racional que podría llamarse amor vuelve a poner en pie lo derruido, la tierra de acogida que ambos necesitan.
Hay muchos tipos de emigración, que a veces acaban felizmente, superadas los obstáculos, con una vuelta al origen.
Un abrazo de los grandes, Carles. Suerte y feliz Navidad.
También en el ámbito de las relaciones se realizan viajes forzosos, pero en la mayoría de los casos, el mejor refugio está en casa.
Otro abrazo grande también para ti, Ángel.
Hola Carles.
Buena prosa la tuya, muy musical, luego muy fluida, carente de fatuos alardes y dotada, por contra, de grandes dosis de congruencia e imaginación. Una prosa vivaz. En lo sicológico, en lo hondo, en lo que subyace en el texto, sumarme a lo que Ángel, el magister, te ha comentado. Es bueno que existan las segundas oportunidades y que estas puedan ser aprovechadas felizmente. Casi todo es un eterno retorno, como las Fiestas que nos ocupan y hasta sobreocupan, que te deseo muy felices, y felicidad para siempre sobre todas las cosas. Un abrazote.
Muchas gracias por tu generoso comentario, Martín y felices fiestas también para ti.
Saludos cordiales.
Derroche de expresiones afortunadas envueltas en ambiente metafórico con resultado feliz.
Ah, es lo que tiene la Navidad, Edita: Derroche de buenos sentimientos.
Saludos cordiales.
Bonita historia de amor rebrotada al abrigo del confesionario (como alguien denominó por ahí abajo) de un bar cualquiera. Agurdemos que ese retorno a la sobria cordura sea permanente y consecuente. Buen regalo de Navidad el que nos dejas, Carles. Suerte y saludos.
Como le decía a Edita, escribí el relato el mismo día de Navidad y, por fuerza, tenñia que terminar bien.
Muchas gracias por comentar, Jesús, y saludos cordiales.
Creía haber entendido el relato, pero al leer los comentarios me surge la duda: ¿Paloma y Juan son una pareja separada por nueve años de mentiras que ahora se reconcilia? O a lo mejor lo que estoy interpretando mal son los comentarios. Carles, help!
En cualquier caso, me gusta el juego de palabras y gráfico del título, y la originalidad de llevar el tema de la emigración a este terreno. Besos y suerte.
Ya que me lo preguntas, Ana, te comento que mi intención era narrar el encuentro de dos corazones errantes, en principio desconocidos, en un bar.
Gracias por comentar y felices fiestas, Ana.
Beso.
Vale, ahora sí, con la pregunta de Ana y tu respuestas Carles, confirmo que estaba en lo cierto, los comentarios anteriores me habían despistado. Pensé en tus Regugia-2 como en esos extraños que se encuentran en medio de su soledad. Muy bonito relato, me ha llevado a esos nacientes amores, quizás cortos por la sinrazón del alcohol, pero agradecidos en un momento de dolor intenso.
Mucha suerte y felices días. Saludos.
Original y sugerente historia. Muy bien narrada, me gusta como propuesta diferente y alternativa al tema del mes. Enhorabuena.
Cuando estamos tristes es cuando más frágiles nos sentimos, cuando más necesitamos ese refugio del que hablas, Carles. Dos personas que se encuentran en un bar, cada uno de ellos preocupados por su vida, que buscan apoyo, uno en el otro. Escena agridulce, de entrada, pero que apuesta por un final feliz o, al menos, esperanzador (así lo veo yo).
Un abrazo.
Bonita prosa, narrada con acierto. Original propuesta.
Un abrazo
Le has dado una vuelta original al tema del mes y tus refugiados se han mudado de amor, aunque no de país (que también podría ser). Me gustan mucho las imágenes que utilizas: «Paloma cayó en picado hasta el fondo de la botella de ginebra», o los «nueve quilates de oro blanco engarzados con nueve años de mentiras». Gran apuesta y excelente resultado.
Un abrazo,