20. Relicario (Izaskun Albéniz)
Una arruga hendía el entrecejo y mostraba los labios en un rictus apretado. Como respuesta a mi pregunta, un galimatías seco y severo. Solo le había pedido la cartilla de vacunación de Ladis. ¿A qué tanta furia? ¿Cuándo había cambiado? Apenas lo recordaba. Las lágrimas llenaron mis ojos cuando subí las escaleras tras sus pasos, sumergida en otros tiempos remotos y dulces.
Enrabietado, se revolvía dentro de la habitación como un tornado mientras hacía y deshacía montones de papeles hasta que, bajo uno de ellos, encontró una caja. Aquel recipiente oscuro de esquinas maltrechas lo detuvo de golpe. Pese a su fealdad, lo miraba atónito sosteniéndolo entre sus manos con el mismo fervor místico de un devoto ante una reliquia. Pum-pum, pum-pum, pum-pum. Escuché un sonido que brotaba de aquel estuche ajado. Un golpeteo rítmico, obstinado y firme.
Cuando levantó la tapa, sus cejas se alisaron, y el rictus severo se destensó ante mis ojos. Desconcertada, recorrí con ternura la sonrisa que había vuelto a su boca y en su mirada, brilló de nuevo la memoria de los días felices. Me contempló sereno. Tomó su corazón entre las manos y en ese gesto, comenzó su regreso a casa.
Buscando una cosa puede aparecer otra. No se puede vivir sin corazón, o se puede, pero de manera incompleta.
Me alegra que tu protagonista haya encontrado lo que necesitaba, quizá sin saberlo, como también me alegra volver a leerte después de tanto tiempo, y espero seguir haciéndolo.
Un abrazo grande y suerte, Izaskun
La mayor serendipia ha sido que tras el despido, el trombo, la operación e la espalda y otros etcéteras, me he buscado a mí misma y me he ido recomponiendo en pedazos de momentos y épocas en las que disfrutaba y era feliz con lo que hacía.
ENTC estaba ahí. Durante mucho tiempo.
La quedada de microrrelatistas en Zaragoza fue de lo mejor de aquel año. Pero luego la vida… todo se diluye y si no estás al tanto, se pierde. Vuelvo donde me sentí una más, acogida, entendida y donde compartía el amor (ese sí que nunca ha cambiado) por las letras.
Gracias por tus palabras y por acordarte de que una vez estuve por aquí
Bienvenida; Izaskun! Gracias por traernos un relato tan lleno de emoción, aunque lo mejor es saber que estás de vuelta y que te podremos leer frecuentemente. Por aquí también se te ha echado de menos. Un abrazo grande y mucha suerte!
Bsssss!
Me vas a hacer llorar. Pero de emoción, eh? De buen rollo. Gracias, gracias y mil gracias Juancho.
Un texto que rezuma emoción y sensibilidad en cada frase. Izaskun, me uno a la alegría y al placer de volver a leerte por aquí. Espero seguir disfrutando de tus relatos y de tu compañía. Un abrazo.
Ay Salvador!!! Qué ilusión leerte. Muchas gracias. Un abrazo enorme.
Qué bonito, Izaskun. Hay que recuperar los momentos felices.
Yo no tengo el gusto de conocerte, pero espero que nos encontremos pronto.
Un abrazo y suerte.
Muchas gracias, Rosalía. Estoy muy contenta de estar aquí de nuevo y de encontrar a nuevas compañeras y compañeros y compartir con todos esta locura de escribir. Un abrazo
Es un relato lleno de magia y de emociones. Que, además, mantiene la intriga! Y esa resolución preciosa… Me ha encantado! Enhorabuena, Izaskun!! Y bienvenida de nuevo!! No te conozco, pero tengo muchísimas ganas. Un abrazo!
Muchas gracias por tus palabras Susana. Me alegra mucho que el relato te haya gustado y por supuesto, nos leemos. Un abrazo enorme. Qué gran serendipia es ENTC
Emotivo relato. Me alegro que te hayas rencontrado en esta familia de ENTC.
Un abrazo y toda la suerte del mundo.
Hola Isidro, gracias por tus palabras. No imaginas lo importante y reconfortante que ha sido volver. Os agradezco la maravillosa acogida y bienvenida. Un abrazo enorme.
¡Gran texto, Izaskun! No te conozco, pero por lo que leo, has dejado aquí tu huella. Abrazote.
¿Qué mejor hallazgo casual puede haber que el propio corazón? Me ha encantado ese final tierno y feliz.
No sé si nos llegamos a conocer en el pasado. Yo tampoco estuve siempre. Pero, como tú sabes, es muy reconfortable volver a esta casa. Un placer leerte.
Hola, Izaskun. Creo que es la primera vez que leo y comento un micro tuyo.
Primero que nada, celebro tu regreso a ENTC, donde siempre es un disfrute escribir y leer.
Con respecto a este relicario que le da título al micro, me pregunto por qué el protagonista lo había guardado ahí o si alguien más lo había puesto ahí por él, hasta que él se dio cuenta de que le faltaba… En todo caso, nadie, ni las personas ni los personajes, pueden vivir sin corazón, así que ahora que lo recuperó, vuelve a estar completo y podrá vivir, y sobre todo amar…
Un micro que enternece, con final feliz.
Un beso desde la Patagonia Argentina,
Mariángeles