75. Reparto bíblico
Los hijos de Sem tocaron a rebato
Pusieron redes en las playas para contener a los incómodos cadáveres.
Esputaron lamentos.
Repudiaron las insidiosas imágenes de Alan Kurdi.
Obligaron a usar cordadas para facilitar la recuperación de los cuerpos.
Quemaron bosques y cabañas.
Uncieron a los hijos de Cam.
Encendieron una estrella en el portal de las mentiras.
Hicieron máquinas para testar el nivel de humanidad.
Impulsaron la cría del tiburón.
Jalearon a los perros.
Ocultaron faros y luces en la costa.
Simularon miseria en sus propias tierras.
Desecaron mares.
Esterilizaron con fuego su manos y conciencias.
Proyectaron un inmenso muro.
Urdieron técnicas de “tierra quemada”.
Trenzaron vallas y alfombras acuchilladas.
Agrandaron osarios y navetas.
Mientras, Dios y Noé, pidieron otra ronda.
Cada línea, una joya, inaccesible a mi simpleza. La última, un brillante.
la caja de Pandora. Como siempre unos, los más, caen mientras otros, los menos, lo celebran.
El acróstico superior.
Saludos.
Hola, Luis.
Texto muy ambicioso el tuyo. Los hijos de Noé, según cuentan, fueron Sem, Cam y Jafet. Y también nos explicaron lo que Dios le pidió al bueno (en teoría, como todos los buenos, como todos los justos)de Noé. Un emigrante en definitiva.
pero por si no se entendieran estos versos o esta magnífica prosa poética, ya nos lo aclaras en el margen izquierdo con ese epíteto, no sé si calificarlo así, que suena a realidad, sí, sí, PERO QUÉ HIJOS DE PUTA. Pues eso. Un abrazote.
Inteligentes versos cargados de intención.
Suerte
Así que, mientras sus vástagos hacen de los suyas, quienes deberían velar por que se cumplieran sus enseñanzas y preceptos se acodan, de nuevo, en la barra del bar o del puticlub a tomarse otra ronda. Me parece que esta situación, desgraciadamente, podemos intuirla en la forma de actuar de muchas «organizaciones». Suerte, Luis, y saludos.
Gracias a los que os detenéis. Solo quiero esclarecer una pequeña intriga y ahorrar visitas en Google: Hubo un niño de tres años, de camiseta roja, pantalón azul, con su pequeña boquita llenándose de arena. Inerte. Su imagen me araña los ojos cada vez que los cierro. Ese niño, cuya foto ha recorrido y recorrerá inútilmente el mundo, se llamaba Alan Kurdi.
Un abrazo para todos
Perdón por la mayúscula de «hubo».
Luis, me gusta esa cadencia de campana sonando, de tus párrafos de una línea. Semejan versos pero a mí me recuerdan, también, al paso de un via crucis, en Semana Santa. Es un caminar hacia la nada, hacia el acabamiento. Y la última frase, definitivamente ¡genial!
¡Feliz Navidad! Abrazos.
Golpeas fuerte en cada verso, Luis. A cada frase, un nuevo abatimiento, la certeza de que ya han sido abandonados. Y la frase final, estremecedora.
Un abrazo y suerte.