2. «Resacas» (Luis San José)
Crucé la carretera y bajé por un angosto sendero que llevaba hasta la cala que tantas veces había sido testigo de nuestras caricias. A la mitad del camino ya no se veían las ruinas del hotel. Me detuve en la misma piedra que había sido confidente de mi locura, donde retorcí el cigarro que utilicé para intentar borrar mi desesperación y mi ruina. Las olas reventaban en mis oídos reproduciendo los gritos de varios años atrás mientras la luna prolongaba su lujuria hasta el horizonte. Era la misma luna enorme y completa que quiso rivalizar en esplendor con las llamas del hotel, la que presenció impávida cómo se retorcían sus paredes y mi esperanza.
– Necesito respirar –me dijiste.
Eran tus ganas de vivir. Fue la carretera, sierpe silenciosa, quien te arrastró mucho más allá de los árboles, lo sé.
Llegué hasta la playa. La resaca se había llevado, inmisericorde, tu nombre, tus pisadas y la ilusión que guardada en aquel castillo de arena. Como entonces, vacié cientos de botellas en el agua. Me tumbé en la orilla con la boca muy abierta y me tragué todas las olas, esperando que otra resaca me devolviera tu nombre y tus pisadas.
Luis, precioso texto de añoranza, amor y pasión. Creo que es una continuación al de julio. Muy bueno. Abrazos y suerte.
Gracias, Salvador. Efectivamente, me obsesioné tanto con el de julio, que me fue imposible conformarme con 200 palabras. Espero superar mi adicción a la bebida y empezar batallas nuevas
Un abrazo
A mí también me ha recordado escenas del relato de julio (las ganas de vivir, la carretera como serpiente…), pero es señal de que me dejó huella.
Tiene un punto de romanticismo descomunal, rimas y leyendas, olor a Byron, todo eso y más.
Y pasión…y pasión…y pasión…
Y cómo yo soy de esos, pues me ha ganado totalmente.
Un abrazo.
Gracias Modes. Así me siento, y me alegro haberlo transmitido, a pesar de que soy consciente de que no se ajusta rigurosamente a los requisitos propios del «género microrrelato». Suerte con esa brevedad tan escalofriante tuya.
Abrazosss
Luis, has escrito mal la dirección de tu blog y cuando se pincha encima no te reconduce. Tienes que quitar la primera mayúscula y una «a» que sobra.
Un relato cargado de poesía, con sentimientos de culpa y añoranza.
El último párrafo me ha encantado, está lleno de fuerza.
Un abrazo y suerte Luis.
Me ha conmovido y me ha parecido genial las referencias a meses pasados.
Gracias, Susana por avisarme. Supongo que ya no hay remedio para esta entrada
Abrazossssss
Gracias, Mª Belén. Las opiniones de las recién «doctoradas» se valoran doble. jeje. Venga, lanza el tuyo de este mes.
Mucha suerte también
ESther, gracias por pararte y me alegra que te guste. Siento que me he perdido grandes cosas por romper tan tarde las puertas de mi «clausura». ¡Qué original fue, por cierto!
Con la luna llena los partos se aceleran. ¿Por qué tarda tanto el tuyo?
A ver cómo lo haces ahora. Una monja con sus votos, que tiene un hijo sin padre en un hotel… Hummm….
Suertessss
Luis, historia tormentosa, pasional, que evoca unas imágenes desgarradoras. Me ha gustado mucho. Un abrazo
Gracias, Concha. La luna está llena de cicatrices. Suerte para ti
Abrazossss
Gracias,Ana. Quise sobre todo jugar con las imágenes y las palabras, para mí tan importante como el propio argumento. Quise continuar el relato de julio de «El fagoril».
Abrazosss
Luis San José, conmovedor y bien contado. suerte y saludos
Has hilvanado casi a la perfección la consigna anterior con la de este mes. Me parece un relato intenso y lleno de poesía. Una mirada atrás y una lucha del protagonista por sobrevivir a unos recuerdos omnipresentes. Mucha suerte.
Gracias, Calamanda. Me alegro que te guste. No me cansaré de dar las gracias, a todos los que hacen más grande este rincón con sus aportaciones.
Gracias, Juan Antonio por detenerte en uno y otro. ¡Me envenenó tan dulcemente la huésped del hotel…! Un abrazo.
Una historia conmovedora y potente.
Suerte y abrazos
Gracias, Anna. Suerte para tí
Excelente relato de amor añorado. Me quedo con el final con la boca abierta tragando olas. Excelente.
Ah y el detalle del título unido a lo de las botellas vacías buenísimo
La vida puede llegar a ser tortuosa y enrevesada, tu nos has dejado la prueba con tu protagonista atormentado, y la luna como testigo.
Saludos
Lorenzo y Asun, gracias por deteneros. El tiempo es tan escaso para todos que tenemos que agradecerlo siempre.
Gracias, suerte y abrazos.
Un trozo de poesía y arrepentimiento que encierra la culpa de un protagonista que no pudo hacer nada por retener a su amante. Ante su ausencia y sus recuerdos quema el hotel. Entiende porque se su amante se ha ido, pero él sigue varado en ese mar para que devolverle los recuerdos que intentó borrar.
Aquí el comentario sin faltas:
«Un trozo de poesía y arrepentimiento que encierra la culpa de un protagonista que no pudo hacer nada por retener a su amante. Ante su ausencia y sus recuerdos quema el hotel. Él entiende porque su amante se ha ido (- Necesito respirar –me dijiste), pero él sigue varado en ese mar para que le devuelva los recuerdos que intentó borrar en su desesperación.»
Gracias por detenerte, Patricia. El tuyo sí que me gustó, y para mí es uno de los favoritos. ¡Qué fuerza!
Un abrazo