17. Rescoldos de humanidad
La joven de pelo corto y chaleco reflectante me mira sonriente y aplaude cuando paso a su lado. Le explica algo a la fila de niños que le sigue con sus camisetitas fosforito, y algunos de ellos imitan sus aplausos. Otros, en cambio, se afanan en tirar de las trenzas de la niña de delante, o se entretienen en volcar un poco de agua de sus botellitas de plástico a un escarabajo que ha tenido la mala fortuna de cruzarse con la expedición.
Desde ayer tengo que soportar estas molestas y caprichosas felicitaciones, y todavía no sé la razón. Si es por el perro que saqué de la casa en llamas, he de decir que yo jamás abandono a alguien en apuros, aunque sea un animal. Lo único engorroso fue desatarle del rabo la cuerda chamuscada. Nada que no hubiera hecho cualquiera.
La fila se aleja a pequeños pasos, y sólo queda un niño rezagado con chorretones en la cara que se empeña en provocar al escarabajo con un jirón de periódico encendido. Testigo de la falta, me acerco un poco para sentir otra vez ese agradable olor, a cerillas usadas, a tinta y papel en combustión.
Al leer tu relato no he podido evitar recordar mi infancia. A mí me parece mentira, pero ya pertenezco a otro siglo y tuve la suerte de criarme en un entorno más rural que urbano. Los niños éramos así entonces, revoltosos y más bien dañinos para el entorno, sobre todo para los animales, aunque nos fascinasen. Hoy no volvería a hacer lo mismo ni dejaría que un hijo mío hiciese tales desmanes a seres vivos indefensos, pero entonces era entonces y eso ya no se puede cambiar. El salvador del perro no puede evitar volver a ser ese niño deseoso de experimentar, aunque sea jugando con juego, aunque sea hostigando a un pobre escarabajo, por más que sea una conducta que tenga poco de edificante.
Un relato con fuerza narrativa y un título muy sugerente.
Un saludo y suerte, Elmiro
Lo cierto es que mi idea era sugerir una trama que igual no queda clara. La cuerda en la cola del perro, la familiaridad con el perro, el olor a periódico ardiendo que le resulta a la vez agradable y reciente… Seguramente había nudos en la cuerda del perro y restos de periódicos quemados que entre ellos.
Gracias Ángel
Por mi parte quiero entender que hay un niño muy cabroncete y demasiado travieso que casi mata quemado al perro como ahora intenta con el insecto, un mal bicho este niño que en su ingenua niñez lleva dentro una pequeña bestia. Suerte al relato Elmiro.
Los niños meten a los humanos en la naturaleza. Son unos personajes perfectos. Gracias Manuel
Yo entiendo que es un falso héroe. Desata al perro que previamente ha intentado quemar. Quizás me equivoco??? En cualquier caso es un buen relato. Suerte
Es una trama coherente. Gracias, María Jesús
Hola Elmiro, me gusta mucho el giro final de tu relato y como con tres palabras » ese agradable olor» descubres el pastel del falso heroe piromano.
Suerte. Nos seguimos leyendo.
Gracias, Fernando
Sí, yo al principio creía que se trataba de un héroe salvador pero según he ido avanzando en el texto me he dado cuenta de que era un pirómano atraído por el fuego, que recordaba las barbaridades que en su niñez había cometido. Un buen texto, Elmiro. Suerte
Tiene sentido, gracias Gloria.
Por mi parte , sólo quiero comentarte que el título me parece un acierto total; has utilizado las palabras justas y más significativas. Para mí, es muy importante encontrar un buen título y a veces, me resulta difícil.
Nos leemos.
Gracias, Isabel