78. Retoque final
Le preocupaba esta instalación a pesar de sus sesenta años y su ya largo recorrido. El lema: La muerte del tiempo cronológico o el resurgir de un tiempo real.
Los discos de vinilo, algunos rotos, los esparció por el suelo, al igual que los cromos de la Biblia, los periódicos ya sepia de la riada del 57, varios peúcos de lana gruesa y variopintos elementos más. En peanas de diferentes alturas puso el molinillo de café, la horma de zapatero del abuelo, la quesera desportillada de la dote de su madre y todo lo que quiso resaltar. En un extremo la mesa camilla con faldones y un cartel que invitaba a levantarlos para ver dentro los indios y vaqueros. En el centro un sinaí de Manises, que muchos no conocerían, pero quedaba majestuoso.
Las puertas se abrían a las diez. Poco antes entraron los tres. Su madre se sentó en la mecedora y a su lado puso a su padre en la silla de ruedas. Sonreían mientras ella le acariciaba un muslo en leve balanceo.
Qué cantidad de objetos utilizas en tu micro. Es fácil sentirse ahí con los protagonistas, y acompañar en esa caricia al muslo del padre. Mucha suerte y un abrazo
Gracias por pasarte. Me gusta te sientas en ese entorno, que es más que eso.
Abrazotes
Nada ni nadie es eterno, ni las épocas, ni los objetos y personas que les acompañan, pero no se hace daño a nadie emulando momentos pasados a los que se está más unido que a los del presente, para que una pareja de ancianos rememore y disfrute. Este hijo o hija es muy buen gente.
Un abrazo y suerte, Javier
Gracias Ángel. El tiempo cronológico lleva a la muerte, el otro es distinto.
Siempre abrazos.
Javier, ese retoque final es lo que de la realismo a la escena. Es muy visual, y he podido imaginar cada uno de los objetos, excepto el Sinaí, que he tenido que buscarlo (gracias san Google!). Me ha resultado muy entrañable.
Un abrazo y suerte.
Gracias Rosalía. Me es grato tu comentario. Parece que lo has visto a pesar de no estar yo especialmente acertado.
Me alegra buscaras el sinaí, todavía lo tenemos.
Muchos besetes.