RETRATOS
«En el microrrelato se tiende a prescindir de técnicas como la descripción», «Dada la brevedad de los microrrelatos, es imprescindible reducir la caracterización de los personajes», «Para describir lo mejor es elegir un buen detalle, hacerlo con el término preciso». Estas son algunas ideas sintetizadas de los decálogos o características de los microrrelatos relacionadas con la descripción de los protagonistas (y escenarios) que se pueden leer en Internet. La idea básica es que la economía de las palabras en estos textos así lo exige. Y no parece mal consejo. Todos nos hemos enfrentado a la tiranía de aquellas, y generalmente de lo primero que prescindimos es de los adjetivos y adverbios que definen en exceso a un personaje, para buscar la palabra concisa que lo caracterice.
Y entonces nos encontramos con Tráfico, de Fran Rubio, un relato de cien palabras cuya estructura se basa precisamente en tres descripciones. Como siempre hemos oído, salirse de la norma, ser original suele ser un buen punto de partida para casi todo, pero si hablamos de escritura y conseguimos con ello una finalidad expresiva, tendremos medio camino hecho para atrapar al lector.
En cuanto a las descripciones de los dos personajes, ambas están muy trabajadas y cada una con un estilo diferente. De la protagonista del micro, a quien identificamos como una prostituta, se puede decir que se hace una descripción más clásica. No se escatiman adjetivos: queda retratada como una mujer insegura, experta perdedora, físicamente sana, con esa edad que para mujeres como ella ya no admite más prórrogas, y necesitada de dinero. Así es como se nos detalla la miseria física.
Para el otro protagonista (en el texto no se especifica género, pero en ese juego de subordinación y prepotencia creo que le va más ser un hombre), la descripción de su personalidad es radicalmente distinta. Aquí se sigue la consigna, que deberíamos tener marcada a fuego, de «mostrar sin explicar», y su retrato queda caracterizado a través de sus acciones. Sabemos que es un personaje insensible: cuando la mujer sube al coche no hace nada para tranquilizarla; egoísta: solo le preocupa que el cuerpo de ella esté sano para que sea factible la compra del órgano que ha ido a buscar, sin importarle nada más; indiferente: pese al estado en que ella se encuentra se mantiene cinco minutos sin decirle nada; y ruin, sobre todo ruin, cuando ante la única pregunta que le hace, la que más le preocupa, él le miente con descaro. Toda la miseria moral del personaje podría estar concentrada en esa respuesta sin necesidad de más explicaciones.
El contraste entre esa descripción tangible/física (con sus adjetivos) por una parte y la intangible/moral (con sus acciones) por la otra es lo que sustenta el relato, lo que le da consistencia para el mazazo de la frase final. Allí, con la inclusión de la palabra «clínica» junto con lo que sabemos de los protagonistas, ya podemos intuir que a lo que hace alusión el título del micro es al tráfico de órganos. Y la miseria de la sociedad queda reflejada en el tercer retrato, esta vez en forma de metáfora: cada vez hay más desfavorecidos por la vida a los que solo les queda por vender, para poder sobrevivir, sus únicas pertenencias verdaderas, y más gente sin escrúpulos que se aprovecha de ellos, dispuesta a hacer negocio con un trocito de sus vidas. Demoledor, ¿no?
Concurso: WONDERLAND – Ganador semanal.
(100 palabras justas, excluido título – periodicidad semanal)
TRÁFICO, de FRAN RUBIO
Subió con exagerada decisión y con actitud resuelta se colocó el cinturón, probablemente para disimular inseguridad. La ojeada a su expediente me la había dibujado como experta perdedora de batallas, físicamente sana a pesar de su insana trayectoria y de edad limítrofe. Acostumbrada a vender su cuerpo entero, los años comenzaban a bajarle la tarifa y había decidido venderlo por partes. A los cinco minutos, el silencio que mantenía se le rompió en la boca:
–¿Se puede vivir con uno solo, verdad?
–Perfectamente –respondí sin tener idea.
Cerca de la clínica, como todos los días, el tráfico iba en aumento.
Enlace a fuente: aquí
Es un micro perfecto que remueve conciencias. Con pocas palabras nos acerca al terrible tema del tráfico de órganos haciéndonos sentir el temor de la víctima y la frialdad del depredador. No hace falta más. La frase que cierra al relato crea un paralelismo de tráficos, informándonos, como el que no quiere la cosa, de su aumento. Como bien dice Rafa, demoledor.
IM-PRE-SIO-NAN-TE el relato. Demoledor, también, el comentario de Rafa.
Abrazo.
Magnífico relato y magnífico análisis. De Champions vamos. Me voy a ver al Atleti.
Gracias por vuestros comentarios, Paloma, Aurora y Rafa, tocayo. En Wonderland se dan buena maña para elegir.
Un abrazo.
Un relato brutal de Fran, impactante. Y un análisis de antología, Rafa, qué bueno eres, gachón!!
De verdad te digo, Rafa, que esta sección es para hacer una edición de LUJO con ella. Leo con muchísimo gusto tu introducción y conforme avanzo en ella, casi me da pena llegar al micro, porque eso significa que se terminó la buena lectura. ¡Pero no! Siempre eliges unos textos magníficos, y este en concreto me ha gustado muchísimo. Enhorabuena, Fran.
Hasta la próxima y muchas gracias, majo.
Miguelángel, Susana: es un placer que os guste. Muchas gracias por vuestros comentarios.
Y Susana, es que juego con ventaja: los textos ya vienen «recomendados», son todos Microcampeones.
Un abrazo.
Deluxe tanto el concienzudo análisis como el micro, merecedor de haber ganado una antorcha semana de Wonderland. Leer los preceptos sobre la descripción y después leer el micro ha sido muy productivo.
Muchas gracias por tu comentario, Lorenzo. Me alegra que el comentario te haya resultado interesante.
Un abrazo.