113. RINCONES SOMBRÍOS
Un apocado escritor que no duda en arrojar a la chimenea cualquier página donde se atisbe un personaje dispuesto a ejecutar proezas para él inalcanzables.
Un escritor libertino que se niega a pernoctar con mujeres, por temor a desvelar en sueños la trama de esa novela que lleva años fraguando, y que bien le pudieran plagiar.
Un viejo escritor amancebado con una joven deslumbrante que, sin embargo, necesita de otras relaciones paralelas para seguir ensanchando su universo literario con nuevos personajes, escenas conflictos.
Un escritor de bestsellers eróticos que, noche tras noche, se encierra en el despacho y aguarda hasta que las lámparas vibran levemente con los ronquidos de su frígida esposa. Invoca entonces a las protagonistas de sus relatos, y suplica que le susurren obscenidades al oído.
Un escritor ignorado por los críticos, que utiliza como confesor y psicólogo a M.C, alter ego de su incomprendida obra al que, igual que a él, le encanta citar a Freud entre trago y trago de ginebra.
Todos ellos en manos de otro escritor repudiado por su aspecto abominable, que se deleita narrando dulces derrotas para encubrir sus rincones sombríos.
Ignacio, no tienen desperdicio ninguno. Y tu mucha creatividad. Suerte y saludos