Ronda 1 – Aquelarre 4
Los participantes con el alias : DIFUNTO – TANATOS – COMENIÑOS
deberán escribir un relato :
- Donde aparezca el pecado de la Lujuria.
- Plazo : hasta el domingo 17 a las 23:59 hora peninsular de España
- Extensión: 123 palabras Máximas (título NO incluido)
- Ambientado en el escenario : CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
Dejad vuestro relato en este enlace
Podéis votar en este otro
Inagurando esta primera ronda!!!!
COMENIÑOS : Pasión en el hemiciclo
Quién pudiera gozar de la tersura de sus cuerpos y de la exuberancia carnosa y animal que emana de sus senos. Los de cualquiera de las tres. Cómo me ponen. Daría lo que fuera por aprehender sus blanduras entre las manos y posar mis labios vírgenes sobre sus pedúnculos. Me emociona su insolente juventud y, también, la libertad que subyace de sus actos. Hostia puta, me llama el Presidente Posada.
─Dígame, señor Presidente.
−Suba con dos ujieres a la tribuna de invitados. Y proceda con el tacto necesario para expulsar a esas alborotadoras, señora Portera Mayor.
−Como usted mande, señor Presidente.
«Aborto es sagrado. Aborto es sagrado…»
Gracias, Dios.; por fin voy a poder sobar unas tetas.
TANATOS – Historias de una pulga en el Congreso
Entonces, sigilosamente, se coló por su oído y escuchó la voz interior que decía:
“Respeta la agenda. Primero, los preliminares. Acaríciala. Que parezca que la lencería cae sola. Improvisa, siempre dentro del marco legal. Recorre todos sus puntos o interpondrá recurso. Acepta sugerencias. No descuides nada. ¡Los pezones! ¡Los pezones! Recuerda: morderlos como quien besa. ¡Infalible! Ahora ya puedes hacerte con el centro. Demuéstrale tu gran talla política. Profundiza sin miedo. Llega al fondo y mantente firme, aunque haya cambios de posturas. ¡Sigue, sigue! Sigue que por ahí viene una votación unánime: ¡Síiiiiiiii!”
Mientras tanto afuera, en el hemiciclo, los diputados que aguardaban el comienzo de la sesión, no podían entender ese grito eufórico, ni la repentina cara de complacencia del Sr. Presidente
DIFUNTO – Aires nuevos
Mi primer día en el Congreso. El aire cálido y fogoso penetra en la piel y en mi atuendo de Diputado. Observo a los leones acariciándose las pelotas. La ilusión de la primera vez me seduce y me traslada a otras primeras veces.
Una leve erección me acompaña al subir la escalinata y al penetrar en el interior. Atravieso el control que me recuerda al condón de la primera vez con Conchita.
Entro y empiezo a desprenderme de la ropa.
¡Señorías que empiece la sesión!
Y buscamos a los miembros de nuestro partido y empezamos a acariciarnos en nuestros escaños. A besarnos, a lamernos. Hasta adoptamos posturas más propias de otras culturas.
A mí, de la política, siempre me había atraído su erótica.