Ronda 2 – Poltrona 5
Los participantes con el alias : EPITAFIO– CALAVERA– AUTOPSIA
deberán escribir un relato :
- El pecado de la pereza NO debe aparecer. Tema libre.
- Plazo : hasta el domingo 24 a las 23:59 hora peninsular de España
- Extensión: 123 palabras EXACTAS (título NO incluido)
- Con las palabras : bola de cristal y una peluca
Dejad vuestro relato en este enlace
Podéis votar en este otro
AUTOPSIA – Invierno interior
Tía Elisa ha muerto del todo. Digo esto porque parecía propensa a morir cada mañana. Me gustaba su compañía y aquella forma suya de mirar como desde el otro lado de las cosas. Espectadora de todo. Protagonista de nada. Difícil imaginar a la intrépida joven que viajó a Italia cuando las mujeres solo navegaban cocinas. Regresó meses después para encerrarse en el pueblo y en sí misma.
Desde entonces conserva un pantalón acampanado, una peluca y una bola de cristal en la que nieva eternamente sobre Roma. También trajo una hoz en los ojos que segaba cualquier mención al viaje.
Ayer me despidió entregándome la bola y una mirada tan intensa que me permitió ver el otro lado: estaba yo, bajo la nieve.
CALAVERA – La carta número trece o No volverás a saltarte la orden de alejamiento
Solía recibir con cita previa. En su oficio eran importantes los detalles y la voz, a través del teléfono, siempre le daba alguna pista para sorprender a los más escépticos.
Le había llevado mucho tiempo volver a confiar en sí misma y todavía conservaba cicatrices imborrables, pero, aunque el temor persistía, con una peluca y alguna túnica oriental se había labrado una discreta reputación para salir adelante.
Como cada tarde, dispuso todo para la sesión: las velas aromáticas, el libro de conjuros y, sobre la mesa, la bola de cristal y una carta del tarot.
El cliente fue puntual y su mirada amenazante la sentenció desde el umbral. Entonces, el “atrapasueños” comenzó a girar, y a ella le dio tiempo a disparar primero.
EPITAFIO – Por los pelos
Mala época para la videncia. Una legión de sicólogos y coachs sustituía a los videntes. En sus estantes criaban polvo las bolas de cristal.
La penuria le provocó la caída del cabello, y sin necesidad de artes adivinatorias se auguraba calva.
Envidiaba todas las cabelleras. Un día, acariciando el cabello de una amiga, numerosas visiones centellearon en su mente.
Éxito fulgurante. El pelo le había devuelto la vida, pero no regresaba a ella. Exigió entonces un mechón a sus clientes, para fabricar su peluca. Anhelaba la vida que residía en aquellos cabellos. Al colocársela, las numerosas imágenes y tragedias que poblaron su mente colapsaron su corazón. El pelo que le proporcionó vida le condujo a la muerte. Esa imagen no la había visto.
Otra cosita: anda faltando el enlace para votar esta poltrona 😉 …
Falta el enlace para votar.
Pone, como en todas las poltronas: Podéis votar en este otro.
Pero el enlace en azul no está.
?
Eso viene a ser pereza brujeril 🙂