Ronda 2 – Poltrona 8
Los participantes con el alias : CATALEPSIA – HUESO– ZOMBI
deberán escribir un relato :
- El pecado de la pereza NO debe aparecer. Tema libre.
- Plazo : hasta el domingo 24 a las 23:59 hora peninsular de España
- Extensión: 123 palabras EXACTAS (título NO incluido)
- Con las palabras : barita mágica (o varita mágica) y rimmel
NOTA DEL JURADO:
Por un error de transcripción (Melísima que tiene muchos defectos pero no el de la pereza) se nos coló Barita con B (de bario) en vez de Varita con v. Dado que ya tenemos un relato con B, vamos a admitir las dos versiones. Señores votantes, ambas son válidas.
Dejad vuestro relato en este enlace
Podéis votar en este otro
HUESO – VESTIDA PARA MATAR
Barita mágica. Ése era todo el secreto. Apenas una fina capa de pigmento en el rostro y voilá, podía ser quien quisiera: faraona de mirar oblicuo, cortesana de elocuentes ojos rasgados, condesa veneciana, mujer watusi lista para la boda o la guerra…
Mientras la máscara se secaba, terminó de vestirse y luego completó la transformación con rimmel. Se alejó unos pasos del espejo y miró en detalle: se las vio negras, bien negras. Tan negras como la ocasión lo ameritaba. Sintió escalofríos de contento. La faraona, la cortesana, la condesa, la watusi… todas ellas la habían llevado a ese instante, ese instante de sublime perfección. Tomó su guadaña, cortó el aire para comprobar el filo y entonces, sólo entonces, salió a la calle.
ZOMBI – PROMESAS CUMPLIDAS
“…Pues si lo ves por aquellas tierras -decía apuntando al horizonte- no le digas que su madre sigue viva. No merece la pena. Cada vez que te veo por aquí… tenía tus mismos ojos… Él sabrá por qué renegó de nosotros. Cinco años ya… Bueno, para qué darle más vueltas…”
Giró y se fue sin despedirse, llevándose aquella retahíla de lamentos con ella.
Como siempre, no vio las huellas de rimmel surcando la cara de la joven que escuchaba, ni sus ojos suplicando ser reconocida, ni oyó sus protestas silenciosas, antes de volver a irse:
“Pero mamá, fuiste tú quien cada noche prometías hacer realidad mis sueños con tu varita mágica. ¿Por qué no preguntaste qué soñaba?
¿O aquello sólo era un juego?”
CATALEPSIA – Impotencia
Miran el mundo con desolación. Su poder podría arreglarlo si los humanos se pusieran de acuerdo. Si pidieran unánimes la paz, la desaparición de la isla de plástico o el fin de la pobreza. Pero no. Los deseos de unos y otros se oponen con tal fuerza que las hadas no saben discernir quiénes merecen conseguirlos. Por eso agitan confusas sus varitas mágicas. Y por no hacer más daño, solo las emplean para milagros pequeños, casi imperceptibles: que la muchacha que va a examinarse no pierda el autobús, que la señora de los pies hinchados pueda comprar sardinas a buen precio, que al chico que derrama una lágrima mientras se viste a escondidas con ropa de mujer no se le corra el rimmel.