68. ROSA CHICLE (Beatriz Carilla Egido)
Cargan dolorosamente con su propia historia, sin hacer ruido. Poseen la extraordinaria facultad de estirar hasta el infinito, su resistencia física y psíquica. Son mascadoras de chicle amateur. Mastican y moldean su calvario hasta hacerlo más manejable. En las extenuantes sesiones insuflan el aire con suavidad, llenando lentamente sus pulmones para después sacar la fortaleza por la boca, formando un globo. Cabe la posibilidad de que ese globo explote, sí. Entonces el caos absorbe sus frágiles células hasta deshidratarlas. Paradójicamente, la congoja se acomoda en sus pechos. Todos conocemos algún caso cercano. Las recaídas son siempre traumáticas para ellas y sus familias. Pero en la sala de quimioterapia del Centro Médico Isla, Esperanza es su gobernadora. Estas valientes mujeres saben que, por suerte, la vida no siempre es de color de rosa.
Sobrecogedoramente humano, Beatriz, mujeres aferrándose a la vida, luchando por cada minuto, agradeciendo cada amanecer. Desde su privilegiada perspectiva, saben darle como nadie a la existencia el valor que tiene. Que gobierne siempre la Esperanza.
Reconozco que hacía tiempo que no te leía, me alegro mucho de volver a hacerlo, a ver si visito tu blog.
Un abrazo y suerte.
Ha habido un gran avance en la eficacia del tratamiento, pero siguen siendo muy agresivo. La esperanza es lo último que se pierde, ya sabes.
Aunque he abandonado Twitter y Facebook (soy muy infiel con las redes sociales) sigo actualizando el blog y hasta hace pocos días hemos coincidido en el Cultural. Puedes venir a visitar a mi Matrioska cuando quieras, ya sabes que estás en tu casa.
Gracias, Ángel. Otro abrazo!
¡Hola, Bea! Con tu relato me acaba de pasar como con el de Fernando. Me ha impresionado tanto que he tenido que volver a leerlo. Y me ha impactado todavía más la segunda vez, porque es un tema que me pilla cerca. Te mando dos besos, aunque sean virtuales, porque me has dejado para siempre esa metáfora rosa chicle, de color, sabor y olor fuerte, optimista y vivificante, aunque la vida no sea de ese color.
¡No te vayas!
Mucha fuerza a la persona que lo está viviendo en sus carnes.
Yo te mando un abrazo, dos besos y un gran agradecimiento.
Hola, Bea. A mí también me ha llegado mucho tu relato porque ahora mismo tengo a una cuñada pasando por esa dura prueba. También en su caso gobierna la esperanza y así lo sentimos los que estamos junto a ella. Me ha gustado mucho el perfil que has dibujado de esas mujeres luchadoras y fuertes frente a la enfermedad. Un beso y suerte
La prueba es también para la familia. Muchas veces no se sabe cómo actuar y creo que lo mejor es afrontarlo de manera natural (dentro de lo antinatural de la enfermedad). Tuve la oportunidad de trabajar unos meses en el servicio de quimioterapia y quedé muy impresionada, la verdad. No lo había vivido tan cerca.
Mucho ánimo a tu cuñada. Un abrazoQ
Un micro con carga de profundidad, lo digo porque me pilló completamente desprevenida.
Felicidades
Soy consciente que el título no da idea del enfoque más intenso que he querido darle al relato. Me gusta haber logrado esa contrariedad.
Te agradezco mucho tu lectura, Luisa. Un beso!
Decir que me encantó es quedarme corta, BEA. El trivial acto de mascar un chicle se vuelve símbolo de esperanza y resiliencia ante una durísima enfermedad que, en lo personal, no he experimentado pero sí conozco de cerca: mi sobrina de cinco años- tiene síndrome de down- hizo una leucemia a los 15 meses y nos tuvo en vilo por más de un año; gracias a Dios la ha superado y ahora es una nena hermosa que disfruta de su familia y de su infancia.
Un gran trabajo el tuyo, te felicito.
Cariños,
Mariángeles
Los niños con Down suelen ser muy cariñosos ¿verdad? me imagino que la cuidaréis entre algodones, como a una reina. 🙂 Me alegro de la recuperación de la leucemia.
Muchas gracias, Mariángeles.
Cariños!
Creo que has tratado el tema de una manera muy acertada y además lo has rodeado de historia donde sustestarse. Muy bonito. Éste tocará de cerca. Mucha suerte 🙂
Aprovecho esta plataforma (no participaba desde diciembre) y tu comentario para felicitarte efusivamente por tu triunfo en REC. Muchas gracias, Juan Antonio. Un beso!
Beatriz, qué bien has contado esta historia de lucha constante. Qué bien elegidas las metáforas. Me ha gustado. Un beso
Me alegra saber que mi relato ha tocado el corazón. Gracias, Concha. Un abrazo!
Muy bien narrada esta historia tan triste como hermosa. Las mascadoras de chicle, es una imagen que recordaré para definir a esas mujeres valientes que luchan por su vida.
Cierto, mujeres luchadoras y valientes. Como las amazonas.
Muy agradecida por tu opinión, Paloma. Beso!
Beatriz, preciosa metáfora de lucha. Me ha gustado mucho. Abrazos.
Muchas gracias, Salvador. Abrazo grande!
Hola Beatriz, un relato que quien lo lee no queda indiferente. Bonito homenaje a esas mujeres luchadoras. Todos conocemos alguna,suerte.
Saludos.
Me alegro haberlo conseguido. Muchas gracias, Beto por tu lectura y tus palabras. Un beso!
¡Wow! Qué homenaje. ¡Hermoso! Me encantó la figura de La Esperanza. Gracias, qué lindo de verdad.
Hola, Consuelo. Me alegro mucho de que la Esperanza te haya llegado al corazón. Gracias por leerme. Un abrazo!
Enhorabuena, Beatriz, solo puedo decir. Me uno a lo dicho por Paloma Casado.
Muchísimas gracias, Lorenzo. Un abrazo!
Me has dejado helada. Has convertido un acto tan trivial como mascar chicle en un símbolo de resistencia frente a la enfermedad. Genial.
Suerte y abrazos
Muchas gracias, Anna, por tu lectura y tus palabras. Otro abrazo!
Uhmm, seguro que es cosa mía, pero creo que la metáfora es tan metafórica que se excede. Sigue siendo una gran idea pero no me acaba de convencer como queda el relato. Pero sigo siendo fan de tu magistral persona.
Besísimos.
Lo has conseguido Bea, sin duda, nos has llevado a todos a la sala de quimio, a sus penas pero lleno de lucha incansable que dignifica y las hace como dices valientes, muy valientes.
abrazos y suerte