34. Sabía que decir (Calamanda Nevado)
Frente a él ocho calles en zona de carreras esperan sus primeras zancadas. Comienza a calentar y a derramar su sudor sobre la pista de poliuretano de alta competición. Para un momento. Observa la excesiva inclinación lateral de la calle interna. Marcajes, bordillos, plataforma, pintura y remaches parecen correctos y estabilizadas sus características porosas y mecánicas: compatibles con normas de medio ambiente. Aquel lugar sufre condiciones climáticas inimaginables.
Toma posición. Corre de forma prodigiosa cuando una fina capa de resina mal colocada tambalea sus expertos tobillos. Más adelante pisa otra deformada, después una tercera de espesor considerablemente menor al permitido. Se detiene. Chasquea los dedos mirando al pavimento. Una vocecita de plata, cantarina como un cascabel, le replica: -No cumple las directrices-. Su Ok a las instalaciones le reporta beneficios y es solo un ex atleta de elite probando pistas. Acallará esa voz. Ser minucioso supone penurias.
Deja de trotar, afloja los cordones de sus zapatillas, esquiva las miradas de unos deportistas, se acerca al cuerpo técnico y al fabricante de la empresa líder que lo contrató, no han perdido detalle de sus zancadas, alaba el perímetro y estado de la superficie, firma y murmura sonriente: -Buen suelo para correr-.
Hola, Cala.
Como una técnico expertísima nos das datos (que yo ingnoraba) de los suelos y pavimentos por donde trotan los atletas. Este, tu protagonista, también lo es aunque solo le paguen por probar pistas o zapatillas.
Qué original has sido. Olé, Cala.
Un beso grandísimo.
¡Cuánta gente actúa de forma irresponsable! Y, por supuesto, no sólo en el mundo del deporte. En este caso, haber llegado a la cumbre en ese ámbito no lo ha convertido en mejor persona, puesto que para mantener su nivel de vida no le importa arriesgar la integridad física de sus compañeros. Un saludo y suerte.
Las calles de un estadio de atletismo parecen algo simple en apariencia, pero todo conlleva su trabajo y dificultad, máxime cuando se quieren hacer las cosas bien. Lo más fácil es dejarse llevar por la corriente, abaratar costes y hacer la vista gorda sin meterse en complicaciones, pero el camino sencillo y allanado no suele coincidir con el correcto, es un axioma que se cumple en la mayoría de los ámbitos y ocasiones. Un relato con una visión diferente.
Un abrazo y suerte, Calamanda
En todos lados se cuecen habas, y este parece ser buen cocinero ya que le reporta dividendos aun cuando está retirado. Podría pasar en España al igual que Argentina. Pero… es lo que hay.
Excelente relato Calamanda.
Un abrazo y suerte.
Me ha parecido muy original la temática y tratamiento de la idea que nos muestras, Calamanda. Te felicito por ello. No es más que otro modo de corrupción, en este caso la de hacer pistas sin todas las medidas de seguridad, para abaratar costes y sacar mayor «tajada» algunos desalmados.
Un fuerte abrazo.
María José
No sé si felicitarte o darte directamente el certificado de la ISO:9001 (o la Norma que corresponda a los micros hechos con elegancia, estilo y buen gusto)
Muy bien, me ha encantado!!! 1 abrazo, Cala!!!
Coincido con Towanda pareces una experta de pistas de atletismo; no lo sé, lo que sí has demostrado es dominar el uso de los verbos.
Suerte, Calamanda.
Hola, Calamanda
Me encanta el texto, su originalidad y textura y no así su protagonista. Parece trepar más que correr. Suerte.
Besos.
Towanda, Jesús, Ángel, Ana, El Moli, J. Ignacio, María José, Lorenzo, Martín. Gracias por vuestra lectura y comentarios. Como casi todos practico deporte, y se la importancia del buen estado de las instalaciones. Abrazos.
Muy bueno el relato, documentado, y igual de buena tu habilidad para contar sin decir solo dejándonos en manos de tu protagonista. Mucha suerte !!
Calamanda, además de una lección de «arquitectura deportiva», que nunca me había planteado, has enfocado el relato desde una perspectiva diferente, desde el trabajo preliminar, y sobre todo, desde el enfoque del deporte como negocio (incluso, como sucio negocio). Original propuesta!!
Un abrazooo
Felicidades Calamanda, de una manera excelente, como siempre, has denunciado la asquerosa CORRUPCIÓN que tiene asolado no sólo el mundo de los deportes, sino el de la política, de los negocios, en fin… el mundo entero. Y sucede así, justo como lo señalas, evitando mirar de frente y sonriendo… y no sólo porque reporta dinero, sino porque ahorra problemas… Un verdadero cáncer del que no sé cómo podremos escapar. Un abrazo con mi gran admiración. Ah, y mis sinceras felicitaciones también por los últimos premios. ¡Enhorabuena!
Juan Antonio, gracias por la amabilidad de tu analisis.
Amparo, gracias por tu comentario; me alegra ser portadora de alguna novedad del mundo del deporte.
María, gracias por tu tiempo, estamos a nada de unas olimpiadas y es buena ocasion para hablar, un poco de todo, sobre este mundo repleto de esfuerzo y muchas cosas más.
Agudísima, critica sobre el día a día que nos rodea, con detalles que hacen de tu «micro», una historia redonda.
Felicidades por haberlo logrado.
Besito virtual
Menudo alarde de conocimientos técnicos, Calamanda!!!
Te felicito no sólo por eso, sino por la tensión que mantienes todo el relato, con una explicación tan detallada que hace que estés pendiente de cada palabra y cada acción… muy visual!!!
Me ha gustado mucho, enhorabuena!!!
Un abrazo y mucha suerte!
Marta
Toda una clase técnica en pavimento. Un abrazo
Has utilizado el tema del mes para, de una forma muy original, hacer una crítica a la práctica desleal con la conciencia, el dinero antes que la lealtad con el pasado y la honradez. Abrazos, Calamanda.
María Jesús, Marta, Blanca y Salvador, gracias. Si, me ha salido la critica a todo esto tan material, casi sola. Saludos
Uf, qué mal rollo da este ex atleta… Si era alguien respetado y valorado por su esfuerzo, nos muestra que el dinero corrompe más de lo que parece, que gente que podemos tener en alta estima también puede caer ante la avaricia.
Buena visión del tema planteado.
Un beso.
Carme.
Aplaudo el punto de vista olímpico que has tomado. Un buen homenaje a los trabajos que hay detrás. Sorprende, por otro lado, que el espíritu esté corrompido. Buen trabajo.