62. SEGUNDAS PARTES.
No éramos la pareja ideal, ni tan siquiera aspirábamos a serla. Puede que la historia se deteriorase en aquella barra compartiendo miradas, copas y tertulias con antiguos compañeros de los años setenta. O quizás fuese aquel camarero que jugaba con nuestra rutina, ahogada en cubitos de hielo. De cualquier modo, el amor se derretía.
Yo fantaseaba con viajar a Manhattan en busca de un amor apasionado que no tendiese a naranja ni a mecánico. Sentarme frente al puente de Queensboro para contemplar aquellos Ford-de-Luxe que se habían convertido en Hot-Rods de caminar seductor y atrevido. Poder derramar mis penas al río East. Soñaba con no echarte de menos.
Pedías otro Bourbon y de nuevo, recurrías a tus anécdotas enredadas de tupé e instituto Rydell, pero hace tiempo que dejé de ser una adolescente a la que le quedasen bien los pantalones de cuero y los rizos rubios. Marlon Brando aseguraba que era el momento de huir. Con la intención de salvar lo perdido te sugerí interpretar un tango, pero contestaste: Sandy, es tarde para bailar lejos de París. Y mientras desafiábamos al destino, éste había dado su gran golpe, al mostrarnos que las “Love Stories” del cine también mueren.
Mercedes, BONITO Y BIEN LLEVADO ESTE VIAJE POR EL CINE Y SUS MEJORES MOMENTOS. SUERTE Y SALUDOS
Qué te puedo decir, me ha encantado. El primer párrafo te atrapa con esa especie de decepción resignada, el segundo nos instala en la ciudad más cinematográfica del mundo por la que todos hemos paseado más de una vez nuestras fantasías, y el tercero confirma lo que siempre sospechamos, que la historia de amor entre Danny y Sandy no envejecería bien. La última frase, genial. Enhorabuena y besos.
La desidia, el abandono y la rutina muy bien llevados.
Una voz detrás del relato desesperanzada y sin solución. Tu visión de Sandy me ha dejado atrapar en su fracaso.
Muchas gracias Calamanda, Ana Fúster, Ana U.,Mari Carmen e Isabel, me alegra saber que os ha gustado y os habéis puesto en el papel de Sandy años después. Supongo que todas alguna vez nos hemos sentido atrapadas en una relación rutinaria y hemos hecho uso de la imaginación para escapar. Os deseo mucha felicidad y amor del que no se deteriora con el transcurso del tiempo.