19. SEIS SEGUNDOS
Los dos amigos eran verdaderos cazadores de tormentas, expertos en fotografiar tempestades y todo tipo de arrebatos atmosféricos. En busca de estos fenómenos habían recorrido el mundo. Uno de ellos estaba dotado de un don especial para captar la imagen perfecta en el momento adecuado. El otro, aunque buen profesional, carecía de ese talento innato, de ahí que el primero obtuviese numerosos galardones en concursos internacionales en detrimento del compañero.
La predicción meteorológica había anunciado dos noches de tormentas cargadas de gran aparato eléctrico en cierto país tropical, con un régimen político tambaleante y una revolución en ciernes. Nada más llegar adquirieron un pequeño revólver en el mercado negro, debían proteger los caros equipos y, llegado el caso, sus vidas.
Mereció la pena llegar a aquel caserón abandonado en lo alto de un cerro. Desde esa atalaya eran observadores privilegiados de la tormenta que comenzaba a formarse. Ambos desplegaron sus trípodes, los dos objetivos ajustados con idéntica apertura de diafragma. El relámpago fue majestuoso, aunque sólo uno tomó la foto mientras el otro contaba mentalmente seis segundos. El estruendo del trueno amortiguó el disparo.
About Post Author
Joder, Ángel… Que bueno, que original y que bien narrado.
Nos llevas hasta el final, cargando la historia de tensión, y llevando la tormenta y la tragedia hasta el punto culminante.
Bueno, muy bueno.
Suerte, mucha suerte.
Gracias campeón, uno lo intenta, pero nunca sé si llegaré a tener tanta calidad como lo que se cuece por aquí, tú entre ellos, ladrón. Muchas gracias y un abrazo.
Ah…el título, antologico.
Muy bueno. Me ha gustado mucho. Cómo escribes y la mala leche (para bien) que tiene tu historia. Mucha suerte.
La verdad es que muy positivo no ha salido, la envidia, que es muy mala. Agradezco tu comentario, José Antonio.
Te has superado a ti mismo, Ángel. ¡Qué final! Me ha sacudido como si hubiera recibido yo el tiro.
¡Enhorabuena!
Con tu buen criterio, si te ha llamado la atención, ya me doy por satisfecho. Gracias y un abrazo.
Impactante. Me he visto dentro de uno de esos que graban en el Discovery Channel.
Muy buena la historia. Enhorabuena.
Confieso que he jugado con cierta ventaja para tratar de que fuese impactante, al unir el estampido de un trueno y el del disparo. Me alegro de que te haya gustado. Un saludo.
Me gusta mucho como está redactado, esa especie de melodía que sentimos al leer ciertos textos. Cuando compran el revólver ya me he imaginado el final.
Me alegra leer que has percibido una cierta musicalidad en el texto. Para mí tiene su importancia y no sé si siempre lo consigo. El revólver era el invitado necesario, aparte de las cámaras de fotos. Gracias por tu comentario y un saludo.
Para mi ha sido sorprendente el final, no tenia ni idea en lo que desembocaría la trama, muy bueno.
Qué haríamos sin el efecto sorpresa, a mi entender uno de los ingredientes básicos de los relatos cortos. Gracias, de verdad, por leer y comentar. Saludos.
Muy bueno Angel, me ha gustado muchísimo. Un saludo.
Gracias a ti por dedicarme un poco de tu tiempo, que seguro que no te sobrará. Me animan mucho tus palabras. Un saludo.
Un gran relato, Ángel. Muy bien ambientado y desarrollado, además con ese final tan impactante, que hasta duele. Fíjate que, inconscientemente, la primera vez que lo he leído he querido interpretar que eran atacados por alguien ajeno, y que el que nunca ganaba premios había sido en esta ocasión el héroe respondiendo a tiempo al atracador. Luego ya he visto que mi interpretación era muy ingenua y realmente se trataba de un crimen en toda regla. Felicidades y mucha suerte. Saludos
El final que habías interpretado en la primera lectura podría haber sido perfectamente posible, nunca ingenuo y, en todo caso, mucho más generoso que el mío, pero se ve que tocaba ser un poco truculento. Gracias, Juana. Un abrazo.
Los envidiosos siempre estarán a la sombra del talento y piensan que con la traición o el asesinato pueden lograr un poco de visibilidad. Buena propuesta, suerte.
Saludos.
El talento necesita de trabajo y esfuerzo, pero también es cierto que en cierta forma es un don con el que se nace o no. Todo el mundo es brillante en algo, lo triste es no encontrarlo, o empeñarse en que hay que serlo hasta las últimas consecuencias. Gracias por tu punto de vista. Un saludo.
Ángel, nos cuentas que quienes más cercan están son los que pueden jugartela. Triste realidad bien contada. Suerte y saludos
Si sucede que a quien estimas te produce inquina, es mejor retirarse antes de pasar del aprecio al odio. Muchas gracias. Un saludo
Un relato negro muy bien contado.
Abrazos.
Si que ha quedado un final oscuro. Gracias y un abrazo.
Ángel, qué sangre fría, contar seis segundos hasta que estallara el trueno. Seguramente se ha perdido el relámpago de su vida por la cochina envidia. Me ha gustado mucho. Abrazos.
Sería una ironía quedarse sin haber hecho la fotografía de su vida por dejarse llevar por su mala sangre. Gracias por tu amable comentario. Un abrazo.
Caín y Abel, la cámara y la pistola, el rayo y el disparo, la tormenta tercermundista y la calma opulenta… Muy bueno, excelente.
En un principio pensé que podían ser hermanos, al final no se dice, pero quizá se intuye. Muchas gracias por tu comentario. Un saludo.
Puro realismo mágico. ¡Me encantó! Gracias por escribir.
Muchas gracias a ti por leerlo y comentarlo. Me alegro de que te gustase. Un saludo.
GENIAL relato, Ángel. Sin más comentarios. 😉
Finalista seguro!
Un saludo!
Seguro nunca hay nada, y cuando publiques tú el tuyo las posibilidades menguarán más todavía, pero agradezco mucho tu apoyo. Saludos, fenómeno.
Ángel, muy bien narrada tu historia que acaba trágicamente. Hasta dónde llega el ser humano que por envidia es capaz de matar. Lo peor es que con este crimen no va a resolver sus tormentas interiores, pues siempre habrá alguien que de nuevo le haga sombra.
Te deseo mucha suerte.
Un saludo
No se me ocurre nada más genuinamente humano y, por tanto, destructivo, que la envidia, tanto para el que la padece como para quien sufre las consecuencias. Muchas gracias y un saludo.
Me sentía sudando x Honduras u otro país y veía la cara de la envidia.Muchas películas y novelas tienen argumentos más limitados. Saludos
Perfectamente podría haber incluido en el texto, de forma explícita, el sudor agobiante y el color verde del pecado capital al que aludes. No lo digo por mí, pero estoy de acuerdo contigo en que si ojeadores de Hollywood se pasearan por «Esta noche te cuento» empezarían a ofrecer contratos. Gracias por pasarte. Saludos.
Muy buen micro. Ese envidioso esperó el trueno adecuado. Me imagino esos seis segundos con el dedo en el gatillo.
Saludos
Seis segundos en los que decidir seguir siendo, a sus propios ojos, un mediocre, o añadir a su condición la de asesino. Muchas gracias, David.
Ese trabajo de caza tormentas tiene que ser muy satisfactorio. Viajes, aventuras, belleza… Eso sí, hay que elegir muy bien a los compañeros.
No es descabellado, existen personas así, como también cazadores de eclipses. Con todos los que somos tiene que haber gente para todo. Gracias, Isabel, por leer y comentar.
Muy visual tu relato y ese final, es de los que te dejan pillaita. Suerte.
Besicos muchos.
He procurado que el final, lejos de ser discreto, fuese algo estruendoso. Gracias y besos también para ti.
Muy bueno, Ángel. Un recorrido perfecto hasta ese disparo camuflado.
Mi enhorabuena.
Suerte!
Un disparo de un artefacto ideado por la peor versión del hombre, camuflado, como bien dices, bajo un estruendo natural. Gracias, Inés. Un saludo.
Muy bueno, Ángel. Me ha encantado deslizarme entre la lluvia de tus cazadores de tormentas. Me ha recordado en ocasiones a una película que me apasiona como Twister, o Dante Speak, y el final es apoteósico de inesperado y original. Enhorabuena por tu creatividad.
Ya me gustaría acercarme, siquiera de lejos, a una brizna de ese talento que mencionas. Algo se intenta, eso sí. Muchas gracias por tu amable comentario y un saludo.
Que buena historia, las complicadas envidias entre colegas. Y lo bien ambientado el tema del mes.
Te felicito por tan original relato, me ha gustado mucho.
Saludos
Decidió cortar por la tremenda, comido por la impotencia que, posiblemente, él mismo fomentaba de forma inconsciente. Dicen los que saben que a veces nosotros mismos nos cortamos el camino con nuestra actitud. Desde luego, el superviviente del relato tomó el peor posible. Gracias, Ana. Saludos.
Me alegro mucho de que te haya parecido original, si es así ya habré llegado donde quería. Gracias, de verdad, Asun. Saludos para ti.
Ángel, aprovechado en todos los sentidos, se queda con la foto, los equipos y la culpa de la inseguridad del país. Muy bueno.
Un abrazo
La verdad es que se había rodeado de un círculo de coartadas perfectas para eliminar a la competencia. Muchas gracias.
Un abrazo
Muchas gracias por tus palabras, como se ve que vienen de un artista. Raymond Chandler y Homero, qué más quisiera yo.
Suerte aquí hace falta mucha. Lo importante es que alguien te lea y le agrade, ahí está la recompensa.
Gracias otra vez y un saludo.
Hola, Ángel.
Me encanta esa mente fría del asesino, es magnífico. Contar hasta seis segundos y ¡zas! Debía estar demasiado quemado conel triunfador y solo hizo lo que tenía que hacer.
Un relato trepidante en el que me sorprendiste con el final. Esa sorpresa y la narración impecable hacen que te coloque entre mis leídos favoritos de este mes.
Olé, Ángel.
Un besazo y que triunfes.
Towanda, qué mejor premio se puede recibir que tus palabras, las de alguien que derrocha siempre tanta maestría. Yo también te deseo lo mejor.
Otro beso y mucha suerte para ti
Muchas veces pienso que no es el amor, sino los celos, lo que mueve el mundo. Unas veces hacia adelante y otras hacia atrás. Muy bien llevados esos celos de tu protagonista que le llevan a cometer tan execrable crimen. A otros les da por intentar superarse, pero no todos eligimos el mismo camino. Buen micro Ángel. Suerte. Un abrazo.
No hay que subestimar a los celos como fuente de energía inagotable, que tome nota quien corresponda para cuando se agote el petróleo.
Muchas gracias, Juancho.
Un abrazo.
Espectacular tu relato, al igual que la tormenta. Una narración amena y precisa, en la nada falta ni sobra. Enhorabuena, es un micro excelente.
No sabes cuánto agradezco tus palabras.
Un abrazo
Angel, muy buen relato, me ha gustado mucho. Has mantenido el suspense hasta el final, qué mala es la envidia. Describes muy bien la historia, por momentos me he visto en Discovery Channel…
Un abrazo
Eso del Discovery son palabras mayores, que esa gente sabe mucho. Muy agradecido.
Un abrazo.
Tan humano ese sentimiento y tan inhumano dejarse llevar por el. Buen ‘trhiller’, Ángel. Suerte y un abrazo.
Lo has definido perfectamente. Si cada vez que tenemos malos pensamientos los pusiéramos en práctica ya no quedaría nadie vivo, quizá el más despiadado de los hombres.
Gracias y un abrazo para ti también.
Magnífico final Ángel, culmina una narración excelente y da explicación al título. Me ha gustado mucho, y mira por donde hemos coincidido en el tema de los cazadores de tormentas.
Mucha suerte. Saludos,
Hola Ana
Acabo de leer tu relato. No te preocupes, tu texto y el mío son vertientes totalmente distintas. El mes pasado hubo dos relatos que tuvieron como protagonista a Jesucristo, eso sí que es difícil. No pasa nada.
Muchas gracias por comentar y un saludo.
Ángel, buena idea lo de aprovechar el trueno. Por cierto, todos poneis verde al asesino, pero…imaginaros en su lugar, currando, currando y el otro, por ese talento casi fortuíto, hace las cosas siempre de modo magistral. Siempre ensombreciendo a uno, siempre por encima. Creo que la mayoría de nosotros acabaríamos por odiar a alguien así, a fin de cuentas somos humanos.
Y como yo soy así de picajoso te voy a poner una pega. El título me gusta, pero el modo en que narras que cuenta seis segundos parece como si esperase que fuesen justamente seis. O ya sabe calcularlo a ojo o lo normal es que contase para saber la distancia, sin saber justo cuando sonaría. A mi me perece raro. No te me enfades.
Abracísimos eléctricos.
Sí que puede ser comprensible una cierta envidia ante ciertas personas que han nacido de pie, por parte de quien parece tener siempre un nubarrón encima, aunque eso (ni nada o casi nada) justifica matar. ¿Cómo me voy a enfadar contigo por tu cuestión técnica por lo de los seis segundos? Es el tiempo que tarda un trueno en sonar tras el relámpago, al ser más rápida la luz que el sonido, el asesino lo sabía, claro (habría mirado antes Google), de ahí su frialdad, al contar, para que el estruendo le sirviese de tapadera.
Un abrazo, artista.
Hombre ängel, hasta donde llega mi culturilla, un trueno no tarda seis segundos.No tarda ni uno si te cae al lado y a medida que se aleja va ardando más. Como tú dices es más rápida la luz que el sonido, por ello a mayor distancia mayor ventaja en segundos sobtre el trueno. Vamos, que ahora me demuestras que estoy equivocado y me hundes los cimientos de mi mundo.
No justifico para nada matar, pero si que es humano desearlo. Incluso es humano matar, por desgracia. No pasa un día del año en que en una parte del mundo no haya una guerra. Y tantas veces por razones tan estúpidas.
Abracísimos.
Ardando significa alejando en mi cocoroto.
Y perdón: Ángel
Volviendo al tema y puestos a ser exactos, si entre el relámpago y el trueno hay un intervalo de tres segundos, quiere decir que la tormenta está a una distancia de un kilómetro, y así sucesivamente. Los cazadores de tormentas del relato estarían, entonces, a unos dos kilómetros de las descargas, algo que alguien tan frío como ese asesino habría calculado sin problema. Gracias por comentar, que no te lo dije.
OK, así si me sirve. Los tipos ya más o menos saben lo que puede tardar según la distancia que crean que los separa de él. Perdona por la tabarra. Y gracias por nada, leñe.
Abracísimos.
Ángel, gran trabajo de precisión este microrrelato, que se engrandece a medida que se va leyendo, para sorprendernos con ese final sorpresa.
Me gustó como lo hilvanaste. Te quedó muy bien.
¡Suerte!
Abrazos.
Tú sí que eres grande, por eso me alegro de que te haya gustado, como a mí el tuyo y, en general, lo que escribes, aunque eso ya lo sabes.
Gracias y un abrazo
Una tormenta distinta a las leídas, la narración de un asesinato. Me ha gustado la idea, y la fácil lectura. Aunque al adelantar lo de los premios se ve venir. La suerte está echada.