SEP02. RADIACIÓN DE FONDO CÓSMICA DE MICROONDAS ESCUCHADA A TRAVÉS DE UN TELEVISOR, O FFFFFFFFFFFFFFFF, de Marcos Santander
Parto de un lugar oscuro y frío que me lleva sangrando hasta el infinito y es por el camino que sus bifurcaciones se multiplican hasta lo sempiterno también unas veces sangrando otras llorando ya que todo es multicolor, incierto y desesperado. Los mares se repiten pero las olas no, todo es azul o verde o gris porque todo es azul o verde o gris. Miro hacia delante y veo la foto de mi primera comunión en la que mi cabello brilla retorciéndose como oro, aunque no reconozco las cunetas de la carretera. Dicen que son mis hijos pero yo no los encuentro, solo rocas que debo escalar si quiero perderme enésimamente todos esos ojos que parece que me observan similares a túneles llenos de lágrimas como cristales. El miedo se ovilla a mi alrededor y la pena parece extraída de un pozo con brocal inmenso. Es posible que si camino infinitamente encuentre alguno de esos otros infinitos pero no puedo distinguir las voces apabullantes que me guían. Parece que lo único que deseo es perderme, perder todo, incluso mis referencias y hallar el mismo punto oscuro que perdí. Doctor adúleme, digo, ayúdeme, con ye de rey de Ítaca.
Marcos, en qué angustias te metes. Seguro que se te ha ocurrido tomando el sol en playa. No te quites el sombrero que aunque tus largas canas te cubren bien el sagital, este año es año de tormentas solares, para las que no hay pelos-proof que valgan. Ahora que lo pienso, debes de estar en Cádiz,donde algunos colocan el escritorio de Homero y se te ha colado en el oído una «orejilla» susurrante,testigo, cuando «opérculo», de la sombre de Penélope buscándo a Ulises, desde la Caleta.
Un fuerte abrazo. Hasta ahora, en nuestra jubilación, todo ha sido verano.
Efectivamente, Jesús, en este caso sí que me he metido en angustias deliberadamente. Como dice Nieves algo más abajo, quiere ser un viaje que emprenden todas las personas afectadas de Alzheimer sobre todo en los primeros estadios de la enfermedad, en los que la consciencia se mezcla con la locura y la sin razón, de modo consecutivo y aleatoriamente, cuando aún queda algún resquicio en sus mentes para desear salir de ese laberinto inexplicable y fatal, y antes de caer, irremediablemente, en la nada total e infinita de la que ningún doctor ni medicina puede ayudar a regresar a parte alguna.
Efectivamente, en nuestra jubilación todo ha sido verano hasta ahora. ¡Que siga siendo verano, incluso más allá del estacional. Salud, my friend!
Pues fíjate que a mí me gustaba mucho hasta que ha llegado lo del doctor. El título tampoco le hace justicia. Todo eso a mi entender, claro, que es poquito.
Saludos
Gracias Miguelángel por tus aportaciones. Después de leer mi contestación a Jesús, quizás comprendas mejor la frase final del doctor. Quería introducir algo de luz en la locura para poder llegar al destino deseado. Y dar luz, así mismo, al lector para marcarle lo patológico del relato. Un abrazo.
Se me olvidaba Miguelángel. El título tenía que haber sido solamente ese sonido f mantenido en el tiempo. La nada, el suspenso más absoluto, un blackout, un cortocircuito. Pero al escribirlo me acordé que dicho sonido escuchado en cualquier televisor cuando no hay ningún canal sintonizado es precisamente esa radiación de fondo de marras. Y como me gusta jugar a transgredir. . . Así funciono, así me han dibujado. Además tenía que dar alguna pista.
Me dejo llevar por las leyes de la inercia y “parto de un lugar frío y oscuro” hasta llegar felizmente a un Itaca prometido y soñado. En el camino recalo en un lugar “donde los mares se repiten , pero las olas no” y en donde todo es azul o verde o gris. Quiero recordar aquel viaje, pero en mi Alzheimer, solo acierto a ver “túneles llenos de lágrimas como cristales”. El miedo me ovilla y la pena que siento “parece extraída de un pozo con un brocal inmenso”. Caminaré infinitamente hasta encontrar el puerto prometido, tal vez en él encuentre “el mismo punto oscuro que perdí”. Interesante ingeniería de metáforas para describir de una forma indirecta el proceso que se produce en una enfermedad donde el único recurso que la mente tiene es volver , volver a un lugar donde la nada y el puerto final son la misma cosa. Don Marcos : inteligente y bonito ( el relato, quiero decir 😉 )
Gracias Nieves. Sé que lees con buenos ojos mi relatos y que, por tanto, tus comentarios siempre tienen ese plus. Pero también sé que si no te gustan tus adjetivos son otros. Gracias por tu aliento. Abrazos.
Marcos, curioso laberinto mental hasta su final; muy abierto a interpretaciones. Suerte y saludos
Gracias Calamanda. Los que me conocen saben que me gusta dejar, muchos de mis relatos abiertos, porque pienso que la literatura tiene que ser abierta, incompleta y polisémica. Y ser el lector el que la complete con su vida, su cultura y su sicología. En este caso he frustrado algo esa idea al haber revelado dónde tenía mi mente cuando escribía este relato. Lo siento. Salud.
Uno de esos relatos que me encajan poéticos y en los que me llevo mis propias sensaciones.
Si queremos ayudarnos yo revisaría la puntuación, por ejemplo a mi siempre me gusta la coma antes del «pero» y en frases demasiado largas.
Enhorabuena y abrazos.
Gracias Javier por tus útiles comentarios. En la puntuación pretendo jugar con la trasgresión y de acuerdo a lo que le comento a Calamanda, dejar que sea el lector el que realice el texto un poco a su gusto. Aunque este asunto tiene también sus límites y no siempre acierto, naturalmente. Además en este relato al alargar las frases y dejar sin aliento al lector que espera se incluyan todas las reglas, pretendo con ese recurso darle una sensación de angustia adicional. Mis imperfecciones no me permiten muchas veces conseguir mis pretensiones. Abrazos.
Creo que a este autor ya lo voy pillando; creo que practica una literatura multimedia que incluye efectos especiales.Una especie de «performance» interactivo . En este, al menos, nos ha dejado respirar un poco , pero en meses anteriores, como yo ya lo sabía,aspiraba el aire al comienzo para poder continuar.Y no veas, ese efecto resulta. No pares, que desde Avignon no ha ocurrido nada y algunos estamos esperando.
Sra. Martínez Menaya gracias. Gracias por sus aportaciones con pistas para poder disfrutar con bien de la lectura de éstas mis disquisiciones o relatos que serán fueron nunca existieron podrían haber existido pero nunca será posible que sean realizados ya que ni soy seré fui e incluso soy sin ser y además todo lo contrario. Suyo afectísimo y póngame a los pies de su señor. Hágame el favor.
Es que vengo de leerme sus Obras Completas, don Marcos, y mis horizontes literarios se han ampliado a tenor de ellho.
Es el manual perfecto para el buen lector. Un breviario, un camino de perfección. Donde el autor omite, yo repongo y donde el autor se excede ,yo sintetizo.El quid es no ser literal, según he aprendido en sus enriquecedores textos. Me falta aún cierta práctica a la hora de destrozar lo que leo y darle la vuelta, interpretar lo que no se dice, ya sabe, esa capacidad innata en «el que lee» para sublimar y superar incluso a quien realmente escribe – Pero estoy en ellho, todo se andará.De momento, yo sigo subrayando y anotando. Sus creaciones son todo un tratado al respecto . Faltaría más, hágame el favor 😉
Es como humo caliente y sólido rasgado desde dentro hacia todos los puntos ordinales de la pasión. Son torres inacabadas de minúsculo hormiguero luchando por disgregar moléculas y pareceres patrios de cualquier lector en ingentes otoños vecinales. Son, en fin, murciélagos saliendo de las entrañas de todo tipo de despertadores matutinos y a punto de estallar a.m.g.d
Enhorabuena, Marcos. Me ha gustado muchísimo. Un diez.
Muchas gracias Fernando. Celebro con placer sintonizar la misma frecuencia en este caso. Un abrazo.
Maravilloso, original, sorprenderte,Alucinante.¿Que te has comido?
Bueno no se pero lo que sea te hizo ser dueño del lenguaje y de las palabras, manejándolas a tu antojo con maestría.
Te has quedado a gusto, espero.
Felididades!
Un saludo.
Gracias Esther. En realidad me lo he comido todo, no soy nada melindres con la comida . . . ni con la literaria. Pero tal halagadora sarta de adjetivos creo que no los merezco, o al menos son excesivos. Muchas gracias por ello.
Es la enfermedad más devastadora y el relato trasmite la oscuridad y desorientación con sus síntomas. No discuto el título, que me va gustando más conforme lo releo, pero ¿tantas efes? Con tres es suficiente para enfatizar, creo. Aunque, bueno, ya sé que has dicho que te gusta transgredir…………..
Un abrazo.
Efectivamente devastadora, he tenido dos casos cercanos en la familia. Creo, sinceramente, que mi relato ha sido inspirado por los primeros estadios de la enfermedad, esos en los que se va, se viene, aún con pequeños destellos de vida consciente y análisis. Lo terrible es el final, cuando todos los canales dejan de emitir y solo queda sobre la pantalla ese fffffff largo e interminable. En ese momento todo el mundo alrededor del televisor lo único que quiere es que alguien tire del cordón de la luz.
La mente, que nos otorga conocimiento y olvido, imparable y siempre activa aunque nos empuje al borde del precipicio, destino inexorable del ser humano.
Magnífica y angustiosamente contado, Marcos.
Gracias Juan, por eso precisamente es terrible esa enfermedad, porque destruye el origen y centro de toda idea tanto si es coherente como si no. Gracias
A mi me ha resultado tan estremecedor que no he sido capaz de asimilarlo hasta hoy. No le deseo a nadie un mal así pero, menos aún, que nadie lo tenga de vivir de cerca sufriendo más que quien lo sufre. Es la peor de las impotencias.
Gran relato Marcos. Gracias.
Impotencia total, realmente. Pero hasta lo más terrible hay que pasarlo por el tamiz del humor, como vas a poder leer en mi respuesta al metatético Padrino que te sigue. Gracias.
Uhmmm, mi opinión, que nadie ha pedido pero que oso mostrar, es la siguiente: El relato no me parece bonito, ni atractivo, pero si interesante. Un paseo por el caos y la pérdida, por la disolución del yo. Sin embargo, todo lo creado, el ambiente en que te sumerge, queda desvirtuado por la frase final y el chascarrillo. Yo creo que no pega nada, máxime tratanto un tema tan serio. Pero no seré yo quien diga lo que has de hacer, faltaría más. Si es eso lo que buscabas, perfecto.
Con toda mi humildad.
Saludísimos.
Muchas gracias Barlon, cómo agradezco tu comentario que considero enriquece y completa mi relato. Por eso, comienzo diciendo que no entiendo las casi disculpas de tu principio. No hacía falta. Desde el momento que alguien escribe algo para que sea leído, todas las opiniones, interpretaciones y comentarios son válidas, libres y agradecidas. Yo creo, que el autor del relato ha mostrado un ambiente, o expresado un sentimiento. Abrir la espita y que corra el agua, no más. Posiblemente, cuando aparecía el final de uno de los renglones, no sabía lo que iba a surgir en el cuerpo del siguiente, pero seguía manteniendo abierta la fuente. Finalmente ahogado de tanto líquido quizás recordaba que lo más trágico puede necesitar la boutade si se quiere seguir caminando medianamente cuerdo. Quizás. Y yo opino que no hay cosas serias y cómicas, sino la vida página a página. Mi experiencia con el tema que nos ocupa es que recuerdo situaciones hilarantes dentro de los momentos más dramáticos que me encontraba día a día. Por cierto, en las treinta y seis horas que dicen los expertos que necesitaría tener un día para poder atender como se debe a un enfermo de ese tipo. Esto o lo contrario, naturalmente.
Con todo mi cariño.
Muchísima salud.
Sr. Santander. Me gusta como suena. Y me gusta el relato. Mucho, aunque la verdad, cuando lo leí empecé pensando que se trataba de un enfermo de Alzheimer, pero luego, tal vez porque esa palabreja ya por si misma me da terror, horror y pavor, me decidí por un enfermo mental, tal vez con delirios de grandeza, por lo de adúleme y rey de Itaca. Esta visión me gusta más, porque yo en mi otra vida fui Isabel la Católica, como mínimo :-).
Lo que no me queda claro es lo de la «ye» y no » y griega». O tal vez forma parte también del delirio?
Bueno, sea como fuere. Me gusta mucho lo que has escrito, Y me gusta ese toquecillo humorístico final, para romper el drama de la enfermedad.
Un abrazo muy delirante.
Gracias Aurora por tus palabras. Yo creo que la persona doliente y perdida de mi relato no tiene aires de grandeza, lo que sí gasta es una coña fenomenal. Parece que alterna los momentos de pérdida con otros de clara consciencia que le permiten dolerse en el propio relato. Parece que se lo está contando al doctor, que es un asiduo de la literatura clásica y del blog ENTC, y al final le pide ayuda, pero no articula bien y le sale «adúleme» en vez de «ayúdeme». Un flip-flop entre consciencia y locura. Como sabe que el doctor está al día de las últimas normas de la Academia de la Lengua Española utiliza la nueva manera de llamar, efectivamente, a la y griega. Y haciéndole, además, una llamada clásica a la necesidad de retornar a su origen, como Ulises.
Me lo he leído todo. Tu escrito, los comentarios, tus contestaciones. Ni me imaginaba que esas elucubraciones, desparrames, composiciones de frases, palabras e imágenes mentales, pudiesen dar tanto de sí. Pero lo consigues. Y reconozco que he aprendido más de tus respuestas que de lo que interpreté (inocente de mí), en un primer momento. Eres un profesor chiflado. Y yo soy un fiel aprendiz de tus locuras. Ojalá se me pegue algo. Por favor, no cambies.
Muchas gracias Miguel. Me salen esas cosas porque soy incapaz de escribir como, por ejemplo, nuestro amigo Jesús, cuando coge la vena histórico-costumbrista. Esa incapacidad y dos o tres obsesiones mías sobre vanguardias y literatura me hacen intentar esas locuras. . . Pero bendita locura, la que nos protege de la real sin bautizar! Salud, mental, claro.
Me he quedado encantada leyendo el relato y los comentarios, que me han clarificado la idea que me había hecho al leerte. Se agradece este momento.
Suerte y recibe mis saludos.
Gracias Anna. Veo que en algunos momentos podemos participar de la misma locura por otro tipo de literatura. Saludos.
Hola Marcos. Como alguien apuntó en comentarios anteriores, hay poesía pero vestida de cuento, algo más efectivo que prosa vestida de poesía. Me intrigó el título y después de leer el micro sigo intrigado, a pesar del final y las explicaciones que se han ido comentando. Pero eso es lo bueno, porque si querías conseguir que nos metiésemos en los pensamientos del narrador portagonista, te comento que yo sigo en su cabeza. Suerte.
Perdona Pablo la tardanza en contestarte. he estado fuera algunos días y lejos de ordenadores. Un placer y gracias por tu amable comentario. Como comentas, el título desconcierta, lo sé. Iba a ser solamente esa f repetida como indicando falta de conexión total, ya sabes, solo ruido. Gracias de nuevo. Un saludo.