SEP07. COSECHA DE VERANO, de Nicolás Megías Berdonce
Como fruta madura que se recoge a finales de cada verano, así se encontraba ella rodeada de todos los suyos, estaba preparada para ser recogida después de su largo verano, había nacido regada con el mejor amor, como lo hacen los tomates en sus vegas, se había desarrollado igual que lo hace el maíz en sus extensas tierras, rodeada de las personas más hermosas que había conocido y estaba esperando, de la misma manera que lo espera la hermosa mora en su moral, para ser recolectada.
Sabía que como la sandía o el melón su vida había terminado, pero se iba feliz porque su estancia mereció la pena y logró que todos disfrutaran con ella, igual que lo hace un niño al tomar una tajada de una roja sandía.
Al verlos a todos rodeando aquella cama, les recordó a los agricultores que a finales de cada verano vendimiaban las uvas que daban aquellos viñedos plantados por sus abuelos años atrás.
Lo que no podía imaginar, es que como una fruta podrida en un cesto, su herencia acabaría pudriendo a toda esa familia que ahora la rodeaba en su lecho de muerte antes de ser cosechada por Dios, como creyó siempre.
¡Un hermoso relato sobre una vida hermosa, Nicolás! Aunque su herencia siembre discordia en su familia, eso no disminuirá su aureola de luz. ¡Suerte!
Ya estoy aquí Nicolás, hasta ahora no he podido entrar a comentar.
Me ha sorprendido tu relato era tan dulce al principio y al llegar al final, ese final un tanto amargo , pero como todo en la vida. Es lsto triste realidad.Me ha gustado mucho y como lo has llevado. Suerte compañero.
Nicolás, buen relato, pero no dejes herencia, gástalo con tu familia.
De toda manera de un extremeño no puede salir nada malo. Yo soy pata negra, de Plasencia, madre de Navalmoral de la Mata y padre de Almaraz del Tajo.
Suerte y un abrazo.
Pedimos como premio para diciembre una pierna de Epi y la peluca rubia. 🙂
Una cosa es que sea pata negra y otra que Antonia se la quiera llevar.¡Qué ansia!
Mejora las gafas, es un pañuelo.
Me llevas como puta por rastrojo de un relato a otro deshaciendo entuertos, por Dios, déjame descansar Antonia.
Un beso pero sin pierna.
Es para que luzcas tu cuerpo serrano (de bellota) 🙂
Buenas tardes, pedonar mi ausencia pero he estado de vacaciones, para despejarme de la tensión de los estudios, muchas gracias por vuestros comentarios, ya te echaba de menos Isaballe….
Un abrazo
Buenas noches.
A mí me has dejado «noqueado», en el mejor sentido, sigo sin reaccionar con la fuerza que va adquiriendo hasta el final el relato. Sólo te comento (que quizás ya lo han hecho arriba) un par de repeticiones de vernao/ verano.
Saludos.
Muchas gracias Pablo por tus palabras y tu apreciación…
Saudos…