SEP07. COSECHA DE VERANO, de Nicolás Megías Berdonce
Como fruta madura que se recoge a finales de cada verano, así se encontraba ella rodeada de todos los suyos, estaba preparada para ser recogida después de su largo verano, había nacido regada con el mejor amor, como lo hacen los tomates en sus vegas, se había desarrollado igual que lo hace el maíz en sus extensas tierras, rodeada de las personas más hermosas que había conocido y estaba esperando, de la misma manera que lo espera la hermosa mora en su moral, para ser recolectada.
Sabía que como la sandía o el melón su vida había terminado, pero se iba feliz porque su estancia mereció la pena y logró que todos disfrutaran con ella, igual que lo hace un niño al tomar una tajada de una roja sandía.
Al verlos a todos rodeando aquella cama, les recordó a los agricultores que a finales de cada verano vendimiaban las uvas que daban aquellos viñedos plantados por sus abuelos años atrás.
Lo que no podía imaginar, es que como una fruta podrida en un cesto, su herencia acabaría pudriendo a toda esa familia que ahora la rodeaba en su lecho de muerte antes de ser cosechada por Dios, como creyó siempre.
………..final inesperado.
Gracias x compartir :))
SC
Me gustó ese giro final, enhorabuena.
Un saludo
Muchas gracias a los dos por vuestros comentarios…
Saludos.
Buen recorrido que llegó a una meta distinta de la esperada…
la vida nos madura y, aunque se nos repitan las estaciones y las semillas se siembren de otra manera, seguimos siendo… frutos.
¡Enhorabuena Nicolás! Lines
Están muy bien hechas las similitudes y las comparaciones. También me ha gustado el giro final. Sin embargo, yo habría suprimido la última frase porque no se sabe a qué se refiere. Es confusa.
Suerte, Nicolás.
Muchas gracias por vuestros dos comentarios Lines y Roberto… y a ti te doy toda la razón Roberto, después de haberlo enviado y releído lo he pensado yo también, esa frase sobra, quise dar a entender que la protagonista del relato era creyente e iba a ir ante Dios, pero no me ha gustado como ha quedado ese final…
Me gusta tu humildad, Nicolás. Otro no hubiera tomado de buen grado una crítica constructiva.
No es la humildad, es que esa frase no me gusta como quedo al final… pero como dicen de los errores se aprenden…
por desgracia son muchos los casos de familias bien avenidas que por cuatro muebles, cuatro hectáreas, cuatro millones de pesetas se pelean…
¡ah si los pobres abuelos levantarían cabeza!!
lo de ser creyente no me parece a mi que sobre porque me imagino que esta mujer creyente habría educado sus hijos en buena armonía y no se la había ocurrido pensar que sus esfuerzos en amasar bienes vaya a resultar en rotura de familia…
demasiado a menudo hay tantos hipócritas que a la hora del repartir se comportan como truhanes y no cristianos…
Kistila lo acabas de resumir perfectamente, es lo que pretendía hacer ver al lector…
Muchísimas gracias por tu comentario.
Saludos.
Por lo menos deja bien claro que la susodicha, es una mujer de campo, y que la familia bien pudiera ser parte de la nuestra. Las herencias no unen pero sí destrozan las vidas de muchas personas normales que por cuatro duros, rompen hasta con Dios.
¡Mucha suerte Nicolas!
Y si, lo que dejamos a veces no es tan bueno como lo que nos llevamos, bien logrado. Mucho éxito.
Bueno días, muchas gracias a los tres por vuestros comentarios. Un pequeño inciso, no habló de sirvientes,lo hago de los agricultores o trabajadores que se reunían para regorer la vendimia, o al menos no quería que se interpretará así…
Saludos.
Muchisimas gracias Ana por tus palabras, decir que no me he molestado para nada con tu comentario, yo agradezco todas las criticas que me haceis, a mi me sirven de mucho…
De nuevo muchisimas gracias.
Saludos.
Hola Nicolas,
me gusta muchísimo la historia de la vida como fruta que va madurando, el simil de ser recogida. Da una imagen muy visual de estampa típica de campo, todos reunidos ante la moribunda. el tema de la herencia, no me repito, arriba lo dicen muy bien.
Ya que encajas tan bien las críticas, te dejo la mía, con la mejor intención. Se repite mucho «recoger», quizás usar otros sinonimos lo mejorase. La frase final que tanto decís, que tal un «esperando germinar en Dios» ?
A ver si esta noche escribo el mío… esperaré tu crítica también.
Muchísimas gracias, María Elejoste, como le dije a Ricardo con su crítica tienes toda la razón, me repetí muchísimo con recoger, pero probé con otros sinónimos y no me gustaba tanto y lo deje así… muchas gracias por tu aportación, gracias a vuestros comentarios sigo aprendiendo para mejorar poco a poco en los siguientes…
Y por supuesto estaré encantado de leer el tuyo y comentarlo…
Perdón como le dije a Roberto…
Gran relato, Nicolás. Me ha gustado mucho esa analogía continua entre la vida humana y las frutas; excelente ese cesto de frutas final. Además, transportas muy bien al lector a la escena y la ambientación sin necesidad de mencionarla expresamente. La frase final no la veo tan fuera de lugar; a mí particularmente me parece que marca un cambio de ritmo interesante para acompañar el final de la historia.
Mi único «pero» (según mi humildíííísima opinión) está en el exceso de comparaciones a través del adverbio «como». Si no me he equivocado, he contado 8 «como» en un texto de 200 palabras. Has utilizado otros recursos, como el momento en el que dices «les recordó a…», que creo que hubiesen enriquecido el texto si se hubiesen utilizado para cambiar algún «como» de vez en cuando.
Por lo demás, insisto en ello, un muy buen relato.
Muchísimas gracias Raúl por tus palabras, te doy también toda la razón como a los demás compañeros, y agradezco vuestros consejos para ir mejorando…
Saludos.
Pues a mi me ha encantado. Era como estar viendo la escena campestre con sus sembrados, sus árboles florecientes y las cosechas y los frutos y el símil con la vida, está fenomenalmente aplicado.
Me he visto en un pueblito de Extremadura, presenciando toda la escena.
Gracias, Nicolás y suerte en el concurso.
Todos aprendemos día a día.
Muchisimas gracias Rodrigo y me has ganado con el pueblito de Extremadura, yo soy extemeño… jejej…
Saludos.
y yo también tengo origen extremeño, Nicolás, nací en Logrosán…
En serio eres extremeño, Jams???
Nací en Logrosán, a poco kilómetros de Guadalupe, y luego mis padres se fueron a Madrid, y allí viví hasta hace 8 años que me «he echado al monte»… Allí tengo tíos y primos y un cariño inmenso por esa tierra.
No conozco personalmente Logrosán, pero si Guadalupe, es una zona preciosa…
Me alegro encontrae con un paisano por estos lares..
Saludos.
Hermoso cuento, Nicolás. Las frutas y tomates que lo adornan me han atrapado, pero lo que más «la fruta podrida en un cesto», muy buena metáfora.
Tan solo un apunte, si me permites: «Esa familia que ahora la rodeaban», el verbo en singular por lo de la concordancia.
Un abrazo.
Muchas gracias por tu aportacion, Susana, un pequeño lapsus…
Saludos.
Suerte, amigo extremeño y a todos vosotros. Es atractivo ese campo de Extremadura, muy rico en todo, en tradición, en manjares, en gentes, buena gente de la generosa y amable incluso (o más) con desconocidos.
Gente seria por los trajines del campo y por las duras temperaturas, pero de corazón blando.
Muchisimas gracias Isabel por tus palabras hacía mi tierra, aunque mi relato puede darse en cualquier zona…
Saludos
Genial Nico!
Me encanta esa «intriga» que pones al final del relato dando el giro a la historia.
Enhorabuena!
Estefanía.
Muchas gracias Estefanía por tus palabras, me alegro de que te gustara…
Saludos.
Muy bueno tu relato Nicolás. Me ha gustado mucho y me has enganchado, imaginándome esas jugosas frutas veraniegas, para luego, al final, hacer esa reflexión sobre como se «pudre» la armonía en la familia —como una fruta que se dejó caer al suelo— cuando no está esa mano generosa que es capaz de dar y de unir, amar y conseguir que exista armonía. En cuanto a la última frase, puede que sobre, no lo sé, pero a mí me gustó porque me recordó la muerte de mi abuela y el deseo de que llegase a los brazos de Dios, tal y como nos educaron de niños a la mayoría de los españoles, en la fe católica, y que sigue intacta en la mayoría de nuestros mayores. Te felicito, día a día te veo avanzar con paso largo y firme, cada vez más próximo a tu meta.
Muchisimas gracias Inma por tus palabras… creo que este relato es uno de los que mas me ha gustado escribir, aunque esta lleno de errores y esa última frase no me guste como quedó…
De nuevo muchisimas gracias a ti a Inma y a todos los demás que lo habeís comentado…
Hola, Nicolás.
¡¡¡FELICIDADES!!! Me gusta que puedas casi ya tocar todos los temas que se te presenten, de cualquier clase que sea y desenvolverte tan bien. Ánimo que me han entrado unas ganas de comer fruta que no veas.
Muchisimas gracias Ricardo por tus palabras…
Saludos.
Maravilloso recorrido frutal, y un final que no te esperas.
Me ha gustado mucho, Nicolás. Te deseo mucha suerte.
Un abrazo.
Muchísimas gracias Inés por tus palabras.
Un abrazo
Nícolas, el relato comienza de una manera hermosa, para terminar con un final que no te esperas. Me gustó. Te deseo mucha suerte, besos.
Mucha suerte! Tienes una forma preciosa de hacer descripciones!
La vida es como la fruta, crece, madura y se funde con la tierra al arrugarse … Enhorabuena Nicolás, es un relato simplemente magnífico …Y el final, con ese giro de los acontecimientos, me parece genial.
Muchas gracias Magica Hilda, viendo de ti esas palabras, para mi es todo un honor, de verdad, y Anónimo seas quien seas, muchísimas gracias por tus palabras, aunque ya me imagino quien eres…
Saludos.
Muchas gracias por tus palabras Juanjo, anímate y participa en este certamen… solo son 200 palabras…
Imaginas bien…!
Anabel
Muchas gracias Anabel…
Un abrazo.
Me ha gustado mucho la comparación de la familia y su vida con los frutos del campo y su trabajo. El final desolador!!
Muchas gracias Malén por tus palabras…
Un abrazo.
una perfecta y clara vision de nuestras vidas, hace que te sientas tocado en cada fase como si fueses la fruta que crece hasta el triste final que nos aguarda a todos- excelente pintura-
suerte Teresita
Muchísimas gracias por tus palabras, Teresita.
Un abrazo
Qué bien vas exponiendo el argumento de tu relato, utilizando símiles vegetales que se adaptan armoniosamente a las características humanas, y terminando con ese final anticlimático y sorprendente. Enhorabuena por esta brillante cosecha tardo-veraniega que has recolectado, Nicolás.
Un abrazo
Ricardo J. Gómez Tovar
muy chulo Nico!
sandra lopez ***
Muchísimas gracias Ricardo por tus palabras, y a ti Sandra, a pesar de la que tenemos encima, gracias por entrar y comentar…
Saludos a los dos…
hasta la fecha, de lo que he leido de ti, me quedo con este. el final se veia venir, pero aun asi no ha perdido ni un apice de intensidad.
suerte, apañero!!!
Muchas gracias, estoy contigo de lo que he escrito hasta ahora es el que mas me ha gustado como ha quedado…
Un abrazo
Nicolás
Me gusta la sorpresa final, esa podredumbre que rompe con todo. Pero lo que más me ha agradado está en tus respuestas a algunos comentarios: eres crítico contigo mismo, y agradeces las aportaciones ajenas. Eso es muy importante cuando uno quiere crecer.
Saludos
Paloma, como somos dos, con apellido: Hidalgo
Me ha parecido un relato original y fresco. Transmite sosiego, una vida madurada y fértil. ¡Lástima de podredumbre por motivos de herencia!… Pero al menos ella se fue tranquila, creyendo (por seguir con el hilo agrícola)que dejaba el grano recogido y la tierra labrada. El ritmo es el que requiere la historia, pausado. Me gusta especialmente «estaba preparada para ser recogida después de su largo verano», denota una existencia vivida con plenitud y una aceptación del imperio del tiempo. El final sorprende y le da un regusto amargo a la cosecha. ¡Enhorabuena y suerte!.
Muchisias gracias a las dos, Paloma Hidalgo, no las cosidero criticas, sino aportaciones por parte de los compañeros delibedas que me ayudan a mejora en mis relatos, Mª Carmen, me ha encantado tu comentario, de verdad, muchas gracias por tus palabras…
Un abrazo para las dos.
Has contado una triste realidad que sucede en muchas familias. Menos mal que los que se van no pueden ver lo sucede cuando ya no estan.
Que tengas suerte en el concurso Nicolás