Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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SEP125. EL DÍA QUE CURÉ UNA NUBE Y NO QUISO MARCHARSE, de Érika González Leandro

Conozco una nube que ahora llueve alegre. La encontré sobre la cuneta durante una de mis múltiples andaduras en moto. Rota y sucia de asfalto, sus trozos zigzagueantes desaparecían de a poco con cada remolino que las endiabladas llantas dejaban al paso.
Tras curarle las heridas y rellenar sus huecos con algodón, la acomodé entre mis brazos como lo hacía contigo. Piloté lejos, hasta el lugar donde decidiste que el cielo era el mejor compañero de viaje, para soltarla y que volviera a ser libre. Desde entonces, una nube persigue mis sueños, se posa a mi lado en mis trayectos e incluso a veces, solo a veces, creo oírla lloviznar palabras de perdón por haberme hecho creer que hay mejores acompañantes que yo.

22 Responses

  1. Bonita y positiva historia sobre algodones y libertades. Que esa nube siga feliz y libre, tras su segunda oportunidad y con tan buena enfermera. Me hizo recordar las nubes de algodón de azúcar. Suerte y abrazo.

  2. Me ha encantado el título. La verdad es que no termino de entender bien el relato (torpeza mía, no es la primera vez que me pasa), pero aún así deja un poso de ternura en el lector. Saludos.

    1. Hola Asun, gracias por tus palabras, de verdad, me hacen irme a la cama muy feliz. Con el título tuve mis dudas, quería algo así desde hace tiempo, y pensé que en este relato podía pegar. Gracias de nuevo y un beso muy grande.

  3. No sé cómo se creyó esa nube que iba a encontrar mejores compañeros de viaje con tan buena cuentista; no me extraña que se le oiga pedir perdón. Muy bello relato, Érika.
    Saludos y suerte a fin de mes.

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