SEP126. AL FINAL CADA QUIEN ES CADA CUAL, de Marga González Ancinas (Desasosegada)
Una sirena resquebraja la noche portuaria, mientras, los viajeros se acomodan.
El barco, cual torre de babel tendida sobre las aguas, parte hacia oriente; tres mil personas agitan sus pañuelos despidiéndose de su vida cotidiana.
Acunados por el vaivén del mar; nobles y villanos, prohombres y gusanos comparten destino mientras mueven patosos las caderas en clase de bailes caribeños. El sol les uniforma con un elegante color dorado que todos lucirán, cual medalla, a su vuelta.
En cada puerto, el barco vomita su preciosa carga volviendo a engullirlos al caer la tarde.
El periplo concluye en mismo lugar en que empezó y entre prisas y sonrisas se produce la diáspora.
Cuando la sirena del barco vuelva a resquebrajar la noche y parta con otra remesa humana, nuestros amigos, ataviados con corbatas, buzos, delantales o uniformes, regresaran a su vida, conscientes de que llegó el final, por una semana se olvidó que “cada quien es cada cual”.
Buenas descripciones y metáforas y buena inclusión de la canción de Serrat. Y es «que todo pasa y todo llega…», que también cantó «el noi».Me gustó tu reflexión
Suerte y abrazo.
Marga, los cruceros están de moda y ofrecen trabajo; pero como en casi todos los viajes lo mejor es la vuelta. Suerte y saludos
Esas travesías multitudinarias atravesando el océano. Bien descrita desde una original óptica.
Suerte y recibe mi saludo.