SEP131. CARRERA URBANA, de Alfonso González Cachinero
Esperando que el semáforo cambie, rodeado de un apretado grupo. Delante de mí, mujeres atestadas de compras como mozos de estación, adolescentes hablando a gritos, parejas agarradas a punto de descoyuntarse, papás y mamás con bárbaros y cochecito, un perro enorme sujetando al dueño, turistas de indestructible sandalia-calcetín… Rivales que alcanzarán la meta de enfrente antes que yo. Siempre pendiente de todo, intento abrirme paso entre ellos subrepticiamente, pero han cerrado huecos los muy listillos. Al otro lado de la avenida, otra multitud idéntica, compacta, aguarda para cruzar. Ahora que lo pienso, mis verdaderos enemigos están allí, no aquí. En realidad mis vecinos de acera y yo formamos un equipo —heterogéneo y fortuito, pero equipo al fin— y tenemos que llegar primero. ¿Cuál vencerá? Semáforo en verde. Con qué decisión saltamos, como dos ejércitos, el uno hacia el otro. Paso firme, miradas asesinas mientras avanzamos. Mujeres, turi
stas, familias, perrazo…, ninguno se aparta. Cuando la colisión es inminente, los bandos se atraviesan con milimétrica limpieza, sin rozarnos siquiera, zigzagueando con una esquiva digna de Pernell Whitaker. Piso la acera exultante: hemos ganado. ¡Dios, olvidé recoger al peque! Media vuelta, y soy el último de mi nuevo equipo.
Que jugada má bien narrada.Ya se sabe los primeros serán los últimos, ¿o era al revés? Buenas descripciones, con mucho ritmo, humor y mostrando los personajes con detalle.
¿Has probado de comentarista deportivo? Suerte.
XDDD Antonia, el periodismo deportivo no es lo mío. Pero gracias por todo.
Vaya vuelta!! Qué bien narrada y que divertida. Felicidades, Alfonso.
Es un honor recibir estos elogios de tu parte. Gracias, Miguelángel.
«papás y mamás con bárbaros y cochecito». Esta frase por si misma ya merece una mención. Por eso te has olvidado del tuyo?? Jijijijijijii… Muy bueno.
Es que este personaje es un pelín despistado. Gracias, Aurora.
Magníficas descripciones y muy acertada la referencia al boxeador para los que sabemos de sus esquivas. Mucha suerte.
Pernell «Sweet Pea» Whitaker, menudo púgil. ¡Cómo esquivaba el «Dulce Guisante»! ¡Y cómo atizaba! Que se lo digan a Poli Díaz, que acabó con una muñeca y una costilla rotas.
Muchas gracias, Rafa.
Alfonso, es verdad, a veces un cruce en una gran avenida se convierte en un campo de batalla; tu lo has contado muy bien. Suerte y saludos
Gracias, Calamanda, y eso que no era durante las Navidades. Saludos.
La verdad es que a veces la ciudad es peor que la jungla.Un abrazo.Gloria
Pues sí, menuda fauna urbana formamos entre todos. Otro para ti.
La verdad es que a veces la ciudad es peor que la jungla.Un abrazo.Gloria
Excelente relato, divertido, original, y concierta moraleja . ¿ Quién no ha tenido esa sensación alguna vez al cruzar un semáforo en hora punta? y tu Alfonso lo has contado muy bien.
Gracias, Begoña. Sí, tiene cierta moraleja: la rueda de la fortuna, hoy arriba, mañana abajo, el cazador cazado, etcétera. En fin, ¡las vueltas que da la vida! Un saludo.
Buena narración, quiza por eso es que siento añoranza por el campo. Muy bueno, suerte.
Saludos.
Gracias, Beto. En cambio, yo necesito ver el mar; con vivir cerca del mar ya me conformo. A ser posible, con piscina, jardín, mansión, bodega para los amigos y pista de pádel. Me conformo con poco.
Gracias por la sonrisa que me has regalado. Suerte y besos desde el aire
Gracias a ti por tus palabras, me han gustado mucho.