SEP135. TRES MINUTOS DE CERTEZA, de Elena Villanueva
Lo vi en el centro comercial. Caminaba con un adolescente a su lado, que sin duda era su hijo. Los dos con paso decidido, seguros de sí mismos, dos cuerpos esbeltos que se saben pero no le dan importancia. Los dos sonriendo, resplandecientes entre el tumulto. Venían directos hacia mí. Era mi hombre, mi futuro. Le hice una seña hacia el cajero, necesitaba sacar dinero para el parking. Un minuto y estoy con vosotros. Un minuto y te acompaño durante el resto de mi vida. Él y yo. La certeza del acierto, la certeza de habernos encontrado. Recogí el dinero y la tarjeta, y cuando me di la vuelta… desperté. Desde entonces, me acuesto todas las noches invocándolo para que vuelva, pero aún no lo he conseguido.
Que pena que no sea realidad pues la verdad es muy difícil encontrar tu otra mitad y más difícil detenerla. Un saludo. Gloria
que bonito y que bien escrito. Suerte. Nuria