SEP146. ENTRE CRISTALES, de Juancho Plaza
He aprendido a observarte entre cristales, mientras aparento mirar escaparates, en esta plaza en la que un día zarandeaste mis recuerdos. A pesar de que el tiempo se ha mostrado despiadado, te reconocí al instante. Mantienes, a pesar de todo, ese aire distinguido que me hizo enamorarme de ti. Siempre me pregunté qué te llevó a abandonarme queriéndome como me querías. Ya sé que de vez en cuando necesitabas conquistar a otras mujeres, digo yo qué para demostrar tu hombría. No me extraña, presencia y labia nunca te faltaron. Siempre lo supe, pero callaba como una idiota y me consolaba pensando que yo era la princesa en tu castillo. Ahora creo que tal vez necesitaras una señal, que explotara, alguna escena. No has perdido el aplomo, ni siquiera con ese traje pasado de moda y mal planchado. Todavía veo en ti al guapo conquistador que siempre fuiste. Y me da miedo volverte a perder. Pero de momento te tengo donde quiero, en esta plaza, bien plantado, con una foto mía, tienes que reconocer que no me hace justicia, en una mano y en la otra una pizarra en la que se puede leer en letras grandes: “Busco a mi esposa”.
Juancho, tus relatos se leen a través del cristal, como un caleidoscopio. Construyes historias con la habilidad del orfebre. Muchas gracias por tus letras. No pares. Que rueden los cristales y se rompan.
Mucha suerte!
Gracias Tíndaro, no me digas cosas tan bonitas, que tengo tendencia a fabular y me las acabo creyendo. Un placer tenerte por aquí.
Un abrazo amigo.
Yo también soy fan del señor este, y no por sus zapatillas de andar por casa.
Abracísimos.
Joder, qué excelente comienzo para un excelente relato!!! Enséñame, Lagartoooo!!! 🙂
Un saludo de La Marca Amarilla!
Aviso.
Voy a empezar a plagiarte. Sin más.
Menudo club de fans que me ha salido….
Juancho, parece fría y calculadora; quiza el sufrimiento la haga hablar así, Bien contado y con giros muy originales. Suerte y saludos. Calamanda
Yo creo que no Cala, que no es fría, lo que creo es que a pesar de todo, de haber sido traicionada y más tarde abandonada, sigue enamorada y tiene miedo de volver a perderle. Aunque desde luego está disfrutando de su victoria, cuando después de tantos años, este Ulises de nuestros tiempos, vuelve derrotado y reconociendo que es la mujer de su vida. Pero esto es solo lo que yo creo. Muchas gracias Calamanda, por la lectura y por el comentario. Un saludo.
Si una historia con muchos recovecos que nos obliga a imaginar que pasó. Buen relato. Un abrazo. Gloria
Todo micro tiene varias lecturas, pero en mi opinión este no ha quedado demasiado abierta. Yo he querido narrar la historia de un abandono, más bien del regreso derrotado de quien realiza ese abandono. Qué le llevo a abandonar a la que al final parece haber sido la mujer de su vida o qué le ha hecho volver después de tanto tiempo si queda a la libre interpretación del lector, aunque en mi opinión no es lo importante. Gloria, muchas gracias por la lectura y por el comentario. Un abrazo también para ti.