SEP147. GRAVEDAD, de María José Abia Sainz
No le hizo falta terminar de leer el informe para darse cuenta de que su vida pendía de un hilo. El papel se le escurrió de las manos, como pájaro de mal agüero que huye tras haber cumplido la ingrata misión para la que fue creado.
Dos lágrimas, precursoras de un incontrolable llanto, comenzaron a rodar por sus mejillas. Estaba asustada. Con el alma en vilo, como fruta madura a punto de estrellarse contra el suelo.
Excelente concordancia entre ritmo e historia. Muestras sin contar y explicas con imágenes las secuencias de una manera breve pero acertada.
Felicidades.
Gracias, Antonia. Celebro que te haya gustado.
Un beso.
Genial, MJ. Has descrito perfectamente ese sentimiento en que a veces parece que el alma se nos cae al suelo irremediablemente. Me encanta el simil que has utilizado, y también el homenaje a Newton, la manzana y la gravedad.
Mucha suerte!!!
Besos!!!
No he podido leer prácticamente ninguno de los microrrelatos del mes de septiembre; ando bastante liadilla.
Gracias, Pilar (Atenea). Suerte para ti, también 🙂
Un abrazo.
M.José, en pocas palabras dices tantas cosas. Me gusta tu micro.
Abrazos.
Hubiera preferido contar otra historia más alegre, pero esto es lo que salió.
Gracias, Inés.
Un abrazo.
Qué triste, María José, no me atrevo a añadir más a ese momento que nos muestras. Ánimo a todos los que tengan (tengamos) que pasar por este trámite.
Un abrazo.
Como comento más arriba, mi musa me llevó por estos derroteros dramáticos. Yo, tan solo escribí lo que ella me iba dictando 🙂
Un beso. Y gracias, Susana.
Describes un momento y nos dejas imaginar el antes y el después, ese futuro incierto y doloroso.
Muy buen texto, María José.
Un abrazo.
Creo que todos conocemos el antes y el después de este momento crucial donde la incertidumbre deja paso a la certeza.
Gracias, Sara.
Un abrazo.
Ufff… escalofriante, MJ. Sientes auténtica lástima por la protagonista del relato.
Como acostumbra a ser habitual en ti, enorme en las distancias cortas.
Por nada del mundo quisieras estar en su pellejo ¿verdad?
Gracias, Raúl. No me veo corriendo una maratón, la verdad 😉
Un abrazo.
Punto de quiebre, comienzo del fin.
Magnífica entrada. Lectura de hierro con frases de seda. Dureza extrema con palabras finas.
(Hasta a mi me dolió).
¡Saludos!
Lamento haberte causado ese dolor, Juan Carlos. No era mi intención… ¿o sí? 😉
Me siento halagada con tu comentario. Gracias.
Un abrazo.